El argentino Rafael Mariano Grossi fue nombrado como nuevo director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la Organización de las Naciones Unidas, agencia encargada de monitorear el uso pacífico de este tipo de energía a nivel global. Hasta ayer se desempeñaba como embajador argentino en Austria y hoy a través del decreto 801/2019 el Gobierno oficializó su renuncia.
El diplomático, uno de los mayores expertos mundiales en temas atómicos, ocupará el cargo por los próximos cuatro años en reemplazo de Yukiya Amano, quien lideró el organismo hasta su muerte, ocurrida en julio pasado. Además, será el primer latinoamericano en ostentar el puesto.
Durante su gestión, que comenzará el 3 de diciembre, el funcionario tendrá que lidiar con las tensiones en Irán y en Corea del Norte, así como también con las posibles carreras armamentísticas entre Estados Unidos, China y Rusia.
Con motivo del nombramiento, la OIEA convocó a una sesión especial que se realiza en las oficinas de la ONU en Viena, en la que Grossi asume formalmente como nuevo director general de la agencia y tras la cual habrá una conferencia de prensa para presentar a la nueva autoridad.
Si bien el embajador argentino ya fue proclamado como el sucesor de Amano por los 35 miembros de la junta de gobernadores, el estatuto de la entidad establece que se necesita la aprobación de los 171 Estados que integran el grupo para que éste sea designado.
Durante la sesión especial, además de confirmar a Grossi como nuevo director general, también se comenzarán a debatir los principales temas que están en agenda, por lo que se prevé que la reunión dure varias horas y la conferencia de prensa se haría recién entrada la tarde.
Además de su carrera diplomática, el funcionario también se desempeñó como jefe de gabinete y vicedirector de Amano. En el 2015 se especuló con la posibilidad de que el argentino fuera elegido como el sucesor del japonés, que finalmente decidió candidatearse para otro periodo y permaneció en el cargo hasta su muerte.
El futuro director general de la OIEA siempre se interesó por el uso pacífico de la energía atómica: entre 1997 y 2000 presidió el Grupo de Expertos Gubernamentales de las Naciones Unidas sobre el Registro Internacional de Armas. Posteriormente, fue asesor del Subsecretario General de las Naciones Unidas en materia de Desarme, y fue titular del Grupo de Países Suministradores Nucleares.
En el 2017, y por iniciativa propia, Grossi se involucró en la búsqueda del submarino ARA San Juan y se contactó con la red internacional de monitoreo de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, para que rastreen la zona con sus estaciones sismológicas e hidroacústicas.
Así fue como los expertos pudieron identificar el “evento anómalo consistente con una explosión” en el mar que permitió dar con la ubicación del sumergible. “Aquella experiencia fue movilizante y tremendamente emocionante”, recordó en una entrevista con Infobae.
Abogado de formación, apenas se graduó con medalla de plata del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN) en la primera camada de la presente democracia argentina, todavía en la Guerra Fría, fue seleccionado para formarse y conocer de cerca la tecnología nuclear de INVAP, en Bariloche, un viaje que lo marcó de por vida. A su regreso, trabajó con Roberto García Moritán, quien se convertiría en uno de sus mayores mentores en esta área dentro de la Cancillería.
“La actividad nuclear en Argentina es una actividad que goza del apoyo y del acompañamiento y de todos sus tecnólogos y científicos, sean peronistas, macristas, radicales o marxistas”, destacó Grossi durante una entrevista radial tiempo atrás.
El OIEA fue fundado en 1957, apenas 12 años después del lanzamiento de las dos primeras bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, y en un momento en el que Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética ya habían desarrollado sus propios arsenales nucleares en medio de una carrera de armas que comenzaba a sumar a cada vez más participantes.
La formación de esta agencia en el marco de la ONU fue una iniciativa del presidente estadounidense Dwight D. Eiswenhower, presentada durante su famoso discurso y posterior programa de “Átomos para la Paz” iniciado en 1953. Mientras que su tratado fundacional entró en vigor en octubre de 1957 y su asiento estuvo ubicado desde el comienzo en Viena, capital de Austria, donde opera una de las sedes oficiales de la ONU. El estadounidense William Sterling Cole fue su primer director general.
El OIEA tiene tres misiones principales: promover el uso pacífico de la tecnología nuclear; implementar un sistema de salvaguardas para verificar que la tecnología nuclear no sea usada con fines militares; promover altos estándares seguridad en todas las industrias nucleares.
En la actualidad el organismo cuenta con 171 miembros, la enorme mayoría de los 193 países que forman parte de la ONU, y entre los que se incluyen todas las potencias nucleares militares del mundo (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia, Pakistán, India, Corea del Norte e Israel), que aceptan de esta forma las misiones de monitoreo del OIEA.
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