Fueron 11 horas de indagatoria. El fiscal federal Carlos Stornelli dijo haberse quedado “sin saliva” para negar ante el juez de Dolores, Alejo Ramos Padilla, los ocho hechos de presunta extorsión y espionaje en los que quedó imputado en la causa D’Alessio. Con un escrito de más de 80 páginas que insistió en leer en voz alta antes de responder a las preguntas, el foco de su defensa estuvo centrado en acusar al falso abogado Marcelo D’Alessio y al denunciante de la causa de Dolores, Pedro Etchebest, de haberse complotado y “fabricar prueba” en su contra. A lo largo de su exposición, Stornelli dio detalles de cómo conoció a D’Alessio, “ese personaje” con el que llegó a cruzarse chats y encontrarse en Pinamar en enero pasado, cuando estaba de vacaciones. Lo describió como un “charlatán y exagerador”. Y negó las acusaciones en su contra, entre ellas el encargar una cámara oculta a un abogado, presionar a un ex directivo de PDVSA y espiar al ex marido de su esposa.
Stornelli admitió haberle pedido a D’Alessio que averiguara un dato sobre la ex pareja de su mujer, pero tras aclarar que desconocía si esa información podía ser confidencial y justificar la solicitud en una cuestión familiar. El resto, dijo, lo hizo D’Alessio por su cuenta. “No le ordené tareas de inteligencia de ningún tipo”, afirmó. Lo que reveló el fiscal es que borró los chats y los mensajes que D’Alessio le enviaba, según pudo saber Infobae. Es que, según explicó, muchas veces ni siquiera los leía ni les daba importancia. A la vez, puso en duda los mensajes que sirvieron como prueba en su contra encontrados en los teléfonos de D’Alessio en el momento del allanamiento en su casa, en febrero pasado.
Con sus dichos, Stornelli buscó quitarle voltaje al vínculo con D’Alessio, ya procesado por asociación ilícita, extorsión y lavado de dinero. Hasta ahora, tanto en Dolores como en la causa que se instruye en Comodoro Py, D’Alessio siempre defendió a Stornelli, algo que el propio fiscal destacó ante Ramos Padilla.
El martes próximo, D’Alessio declarará ante el fiscal de Dolores Juan Pablo Curi en busca de convertirse en “arrepentido”. Si llegaran a aceptarlo, D’Alessio podría acceder a la excarcelación. Aunque dos de los procesados en la causa (el suspendido fiscal de Mercedes Juan Bidone y el ex espía Rolando Barreiro) han buscado ese rol, el fiscal no lo aceptó. Para ser arrepentido, es clave aportar información verosímil y apuntar “hacia arriba”.
A la espera del “arrepentimiento” de D’Alessio si consigue el aval de la fiscalía, Ramos Padilla dispuso la desgrabación de las 11 horas de indagatoria de Stornelli para contrastarlo con el resto de las pruebas y las declaraciones de los testigos en la causa. Después de ese análisis, el magistrado estará en condiciones de definir si procesa a Stornelli, quien dejó su condición de “rebeldía” en la causa.
Para que quedara claro, lo primero que hizo Stornelli fue volver a rechazar la competencia de Ramos Padilla para llevar adelante esta investigación que apunta a una red de espionaje político y judicial cuya cara visible fue D’Alessio. Infobae accedió a algunos tramos de la defensa de Stornelli que aquí se detallan:
La relación con D’Alessio: “Conocí a Marcelo D´Alessio el día 5 de noviembre de 2018. Recuerdo esa fecha no por memorioso sino porque ese fue el día que concurrió a la Fiscalía a prestar su testimonio en la causa Gas Licuado. Me fue introducido por el periodista Daniel Santoro a quien conozco y respeto por su vasta trayectoria periodística desde hace más de un cuarto de siglo, por teléfono, pidiéndome que reciba a una persona que tenía información sobre ENARSA y cuestiones relativas al Gas Licuado, describiéndola al efecto como una persona de su confianza, que era su fuente, que nunca le había fallado y creo recordar que me dijo que le había hecho una entrevista en un libro”. Según precisó, el periodista dijo que D’Alessio “tenía muy buenos datos y que tenía alguna vinculación o creía que tenía alguna vinculación con la Embajada de EEUU y/o con alguna de sus agencias” (...) Quiero aclarar que nada sabía de lo que públicamente se sabía de Marcelo D´Alessio, no había visto ninguna de sus múltiples entrevistas, ni leído sus artículos firmados, ni ninguna de las numerosas personas que lo conocían y con quienes tenía asiduo trato, y que yo conociese, me lo habían mencionado. (...) No lo recibí como agente de ninguna clase de agencia o nada que tenga que ver con ello, si bien él mencionó que trabajaba para la Embajada de EEUU o que la embajada le pagaba un sueldo".
D’Alessio según Stornelli. El fiscal lo describió como un “personaje que ya desde el inicio se mostraba en demasía cordial, obsecuente, hablador”, que mencionaba a “numerosas personas, algunas de ellas amigos mías, diciéndose amigo de ellas”. Señaló que “hacía menciones equívocas y confusas acerca de diversas agencias de ese Gobierno”. Y hasta relató que el día que apareció en la Fiscalía se lo “avizoraba (...) al menos como charlatán y exagerador”. Según relató, “a poco de ingresar a mi despacho y entablar la conversación inicial, me mostró una marca circular que posee o poseía en su mejilla izquierda, diciéndome que en un operativo, no sé si en Afganistán o Mongolia, había recibido un balazo de grueso calibre que le había ‘volado’ el maxilar superior izquierdo y parte de su rostro, y que eso había sido reconstruido. Levantó su labio para mostrarme la dentadura y fácilmente podía advertirse que la dentadura era la suya y no se advertía ninguna cicatriz”.
Enarsa y Gas Licuado. “Me comentó acerca del motivo de su visita, que él había sido funcionario de ENARSA, creo que entre los años 2011 y unos meses del 2016 y relató, sin que le prestara demasiada atención, acerca de los hechos de los cuales él tendría conocimiento, luego de lo cual fue derivado con dos de los Secretarios de la Fiscalía para que se consigne en un acta lo que quería manifestar”. Su aparición en la Fiscalía fue después de que la Cámara Federal revocara el procesamiento en la causa de Gas Licuado y quedara imputado por falso testimonio agravado el perito David Cohen. Por ese hecho, Ramos Padilla también recibió una denuncia contra Stornelli y el juez Claudio Bonadio.
La valija de D’Alessio. Según Stornelli, D’Alessio fue derivado con dos de los secretarios de la Fiscalía. “Creo recordar que a mis Secretarios les pareció gracioso el personaje, que contaba cosas parecidas a las que me había dicho a mí y mostraba fotografías de selvas, de supuestos operativos. Demás está decir que estos eran comentarios que no tenían que ver con su declaración”. Remarcó que “habló bastante en ese momento de supuestos conocimientos sobre narcotráfico y terrorismo”, una especialidad a la que se había referido Santoro cuando se lo presentó. “Lo que sí llamó la atención y llamó un poco a risa fue que trajera esa documentación en una valija. Valija que después pidió que la tiremos, porque era una valija para tirar”.
Los cruces de mensajes telefónicos. “A partir de ese día y aprovechando el contacto, dado que (lo que ahora entiendo un error) habíamos intercambiado teléfonos, comenzó a enviarme mensajes cordiales que básicamente consistían en cadenas, fotos de ‘operativos’, comentarios triviales de interés general, muchos de las cuales eran lo que se llaman virales o reenviados. No recuerdo con exactitud su contenido dado que son cosas que voy borrando sistemáticamente”. A lo largo de su declaración, Stornelli planteó que los diálogos que Etchebest mostró como pruebas pudieron haber sido fabricados por D’Alessio. Y enfaizó en todo momento que no leía todo lo que el falso abogado le mandaba. “En el poco tiempo que traté a D´Alessio, éste demostró siempre una extravagante y exacerbada personalidad. Esta se exhibía tanto en el trato personal como en los intercambios que ocurrieron vía WhatsApp. Por ello la gran mayoría de sus mensajes, que a veces eran varios juntos sin que guardaran relación uno con otro, incluso con videos, fotos, muchas veces que figuraban como a su vez reenviados, otros que sí recuerdo haber visto pero que no eran reales, no fueron detenidamente tenidos en cuenta por mí. Algunos ni siquiera fueron tomados en serio debido a la grandilocuencia y léxico con el que se expresaba. Muchos los borré en el momento sin verlos atento al peso del archivo, otros ni siquiera los leí, y algunos otros sólo recibieron una respuesta convencional o de cortesía de mi parte. Recuérdese que estaba de vacaciones, sin prestar demasiada atención a todos los mensajes que recibía, tanto de esa como de otras personas”.
Los conocidos de D’Alessio. “Ignoro si nombraba gente mentirosamente o si realmente tenía las relaciones que decía tener. Decía ser amigo de todo el mundo, tener contactos en todas partes y tener una respuesta o saber de cada cuestión que uno le comentaba. Es obvio que no era una persona creíble por lo menos en esos aspectos. Entiendo que buscaba ganarse de esa manera la confianza de las personas que abordaba. No imaginé, no me representé, que los fines eran espurios”.
El encuentro en Pinamar. "Una sola vez lo vi fuera de la Fiscalía por un espacio no mayor a una hora en la localidad de Pinamar y una vez más pasó por la Fiscalía antes de fin de año, a su pedido, donde me comentó que había uno o unos abogados que habían querido ‘girar’ al Juez Bonadio y a mi persona y que me iba a decir quién era. Obviamente me manifesté interesado en tener esa información para adoptar las medidas pertinentes y prometió que en cuanto lo supiera me lo iba a decir (...) Cercano al fin de año pasado yo estaba con un gran cansancio por la intensidad del trabajo. No recuerdo si escribió o llamó diciendo que estaba en el extranjero, que tenía una información importante que podría contribuir a establecer ‘la ruta del dinero’ (sic) y que me la quería aportar. Yo le comenté que estaba yéndome de vacaciones y me sugirió que él iba para la costa, que si yo quería podía pasar a verme y comentarme sobre esa información. No le di demasiada importancia dado que era un hombre extremadamente locuaz y tal vez fantasioso, no dándole entidad hasta tanto supiera de qué se trataba”.
La camioneta. Stornelli afirmó que el 5 o 6 de enero le preguntó su dirección en Pinamar y no se la dio, pero le dijo que “venía con una camioneta nueva que era increíble -habíamos hablado bastante sobre automóviles- que me dijo que quería que la probase a lo que le respondí que me podía encontrar en el parador del Balneario donde yo concurría”. (...) Me llamó la atención, mas no lo suficiente, que D’Alessio hubiese insistido en venir a mi casa y que nada de lo que decía que era motivo de su visita ocurrió. Lo tomé seguramente como parte de su personalidad descripta o que quizás habré pensado en algún momento que quería probar la camioneta nueva que decía tener”.
Vacaciones. “Debo aclarar que es frecuente y más estando de vacaciones y en un lugar público, que yo hable con gente desconocida que se me acerca, muchas veces a decirme tal o cual cosa, para saludarme o intercambiar algunas palabras de cortesía. Es decir, no es infrecuente verme conversando con gente que conozco o que no conozco, incluso compartiendo un café ocasional. De esta manera es que (D’Alessio) apareció el 8 de enero y mantuvimos la reunión absolutamente informal en el parador CR de Pinamar, de la que participó fortuitamente, durante casi su totalidad, el intendente de Salta y ahora Gobernador electo Gustavo Sáenz”. Minimizó además el paseo para probar el auto en el que venía D’Alessio. Explicó que fue solo por unos minutos y que el hoy gobernador puede dar fe de ello.
Lo que surgió tras ese encuentro, forma parte sustancial de la causa. D’Alessio iba acompañado por Pedro Etchebest, el hombre que formuló la denuncia en Dolores. Etchebest aseguró que D’Alessio le pidió 300 mil dólares para pagarle a Stornelli y que así lo desvincularan de la causa de los cuadernos, en donde lo había mencionado un arrepentido, Juan Campillo. En rigor, Campillo no lo había nombrado pero hasta ese momento sus dichos no habían trascendido. Según la denuncia, Etchebest pidió a D’Alessio acompañarlo a Pinamar para confirmar la extorsión y concretar el pago, pero en el interín filmó y grabó esos diálogos. Tal como ya lo hizo en la causa que sustancia el juez Julián Ercolini, el fiscal Stornelli aseguró que Etchebest mintió en su denuncia. Puso como ejemplo que la reunión en Pinamar no duró cuatro horas, como dijo Etchebest sino entre 30 y 40 minutos. Afirmó que ya conocía de antes a D’Alessio y los ex policías Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi, también detenidos en la causa. Ahora, insistió con esa versión en la causa de Dolores.
“Tanto Etchebest como el denunciado D´Alessio se encontraban, en rigor, confabulados desde un comienzo para, al menos, documentar una falsa situación de tintes delictivos y en la que quisieron, además, significar alguna intervención de mi parte”, sostuvo Stornelli. Habló de “diálogos ficticios” pretendiendo “involucrarme en cuestiones de las que nunca participé ni tuve conocimiento, se encuentra teñido de la misma complicidad” y en donde “ambos, supuesto ‘extorsionador’ y ‘extorsionado’, actuaron, incluso grabando y filmando arteramente y por fuera del contexto real”, dijo. Stornelli afirmó ademas que jamás vio a Bogoliuk y Degastaldi. Y aludió a un diálogo de Telegram del 9 y 11 de febrero (cuando saltó a la luz la existencia de la causa de Dolores) en donde D’Alessio le contó sobre “una maniobra para perjudicarlo”. Según D’Alessio, que sería detenido horas después, en esa maniobra participaba "un supuesto agente de la AFI y el aquí denunciante Etchebest. Debo aclarar que en ese momento no creí en lo que me estaba diciendo, además de que no conocía quienes eran las personas que allí se mencionaban”.
PDVSA. Stornelli desmintió haber estado al tanto de un “ablande” al directivo de PDVSA Gonzalo Brusa Dovat, quien fue filmado por D’Alessio en su fiscalía. “No existió nada de irregular ni ilegal en el acto testimonial practicado (...) La presencia parcial de D´Alessio mientras ocurrió el acto testimonial fue meramente accidental". Nadie notó "signos de que estuviese coaccionado o direccionado en su declaración”. (...) No colaboré, no aporté, no contribuí, no conocía, no consentí, no participé, de ninguna manera, en la supuesta coacción o intimidación sufrida por Brusa Dovat si es que la misma en verdad ocurrió”, dijo.
Pablo Barreiro. Se trata del hijo de Ricardo Barreiro, al que la prensa bautizó el jardinero de los Kirchner y quien denunció que le pidieron plata también para arreglar la situación en la investigación de los cuadernos, a través del aduanero Carlos Liñani. Stornelli afirmó que es “curioso y sugestivo” que los hechos fueran denunciados cuatro meses después de la audiencia y en Dolores. “No existe una sola prueba ajena al testimonio de Barreiro que avale mi participación en algún tipo de ilícito”.
La cámara oculta a José María Ubeira. “En el mes de diciembre de 2018 cuando D´Alessio pasó por Fiscalía –habiéndome llamado el día anterior para decirme que tenía que decirme algo-, me refirió, sin mayores datos ni precisiones, que conocía de la existencia de un abogado que me quería girar, o que me había girado, no recuerdo, tanto a mí como al Dr. Bonadío. De ahí el mensaje que le enviara ‘dame una mano’, que se refería específicamente a que me ayudara a conseguir los datos de dicho abogado, para poder llevar adelante las acciones legales pertinentes”, dijo. El fiscal rechazó la interpretación que se le dio a la frase “convéncelo a Rodrigo”, en alusión a Rodrigo González, abogado de Leonardo Fariña, y quien -según la denuncia- sería parte de esa cámara oculta sobre Ubeira, el abogado de Federico Elaskar (en la ruta del dinero k) y de Oscar Thomas (en la causa de los cuadernos). El fiscal también rechazó maniobras contra el abogado Javier Landaburu, que declaró en su favor en Dolores y en el sumario administrativo que se abrió en la Procuración; y las maniobras denunciadas sobre Victoria Munin y Alejandro Talevi; y los casos de operaciones vinculadas a una delegación comercial de empresarios uruguayos, argentinos, colombianos e iraníes.
Piloto. “Jorge Christian Castañon es el ex marido de mi pareja y el padre de sus dos hijas”, comenzó diciendo Stornelli. En la causa se detectaron diálogos de D’Alessio y Stornelli hablando de esta personas. La acusación alude a un pedido de espionaje sobre Castañon, y maniobras que van desde hacerlo detener por “bagayero” o “ponerle algo en la valija”. En su indagatoria, Stornelli explicó que en diciembre de 2018 “mi pareja, Florencia Antonini Modet, estaba preocupada por distintos asuntos de carácter familiar" y le dijo que “no le cerraba” que su ex pareja viajase todo el tiempo a la Argentina, incluso llevando a sus hijas en primera clase, cuando incumplía con las obligaciones alimentarias. “Fue en ese marco y con esa específica inquietud que en una charla ocasional que mantuve, creo recordar, aquella vez que vino a la Fiscalía en el mes de diciembre de 2018 le pregunté a D´Alessio, quien refería conocer del tema, sí los pilotos disponían de pasajes gratuitos otorgados por las aerolíneas. En esa conversación, me dijo que me iba a averiguar, actitud que adoptó oficiosamente. Al tiempo, me llamó para preguntarme el nombre de esta persona, que le di, y me dijo que trabajaba en una compañía área y que disponía de pasajes gratuitos ilimitados o a bajo costo, no recuerdo exactamente. Esa fue toda mi inquietud e interés por el tema. No requerí mayores precisiones ni más información que el conocer si disponía de pasajes aéreos. Todo otro comentario, corre por cuenta de D´Alessio pues nada tiene que ver a lo estrictamente preguntado”. Afirmó que no hubo “espionaje” en su solicitud y que en los chats de D’Alessio se puede leer que su respuesta fue “HOLA” “GRACIAS” a modo de “cierre de la conversación”. Así rechazó las connotaciones que se le dieron a su pregunta de “qué se puede hacer” cuando le informaron que el hombre era un “bagayero”. Stornelli negó un proceder delictual y afirmó que “el único interés y motivo de esa conversación era transmitirle alivio a mi pareja”.
Estas frases formaron parte de la exposición de Stornelli ante el juez, antes de responder las preguntas que tenían preparadas Ramos Padilla y el fiscal Curi. Cerca de las 22.30 del viernes, Stornelli abandonó el juzgado. Aunque se especuló con que su declaración iba a continuar la semana próxima, por ahora no está previsto que así sea. “Es probable que en algún momento pidamos ampliar”, admitió el fiscal indagado ante la prensa, tras remarcar que dio respuesta a cada uno de los interrogantes que le hicieron. Ahora, la expectativa está en lo que diga D’Alessio.
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