En el país del #NiUnaMenos y de los pañuelos verdes, las mujeres lograron importantes avances en capacidad de influencia y decisión. Sin embargo, detrás de las leyes de paridad y los nuevos liderazgos femeninos, la desigualdad de género persiste en la dimensión más territorial de la política: las intendentas escasean y apenas el 12% de los municipios del país son gestionados por mujeres.
A esa conclusión llegó la Asociación Civil Mujer y Gobierno, que preside Susana Campari. A través de un trabajo cuantitativo “artesanal” pero exhaustivo, el trabajo pudo relevar la cantidad de juntas comunales, municipios y ciudades son gobernados por mujeres tras las elecciones de 2019.
Las conclusiones, que se presentaron este viernes en la Fundación Foro del Sur, son inéditas y no dan margen a dudas. De un total de 2236 gobiernos locales distribuidos en todo el país, solo 282 están al frente de intendentas o jefas comunales. En 12 años, el crecimiento de la participación femenina en los municipios fue residual y apenas creció un 3 por ciento, si el 12,61% alcanzado en 2019 se compara con el 10,75% de 2017 y el 9,25% de 2007.
¿Por qué a las mujeres les cuesta tanto llegar a una intendencia? Sin cupos y cuotas de género que equilibren la desigualdad, se impone de hecho una cultura política machista. Por eso, las dirigentes locales que logran acceder a un cargo electivo son consideradas como auténticas “sobrevivientes”.
“La llegada de las mujeres a los gobiernos locales sigue siendo una carrera de obstáculos. Todo el tiempo hay que superar uno”, afirmó Marlise Ilhesca, directora de la Fundación Foro del Sur. “Si logran prevalecer sus candidaturas al crearse las listas, empieza el vil escrutinio de sus vidas personales, eso cuando no son sometidas a violencias verbales y hasta físicas”, completó Ilhesca.
El mapa nacional de las intendentas presenta algunas particularidades. En las provincias donde se registra una mayor participación de mujeres son Río Negro (26,7%) y La Rioja (22,2%), y le siguen Chaco (18,8%) y San Luis (17,6%). En el otro extremo, los distritos con menos mujeres intendentas son Tierra del Fuego (0%), Santiago del Estero (2,6%) y Formosa (2,7%). El dato destacado -y que ya había revelado Infobae- tal vez sea el de la provincia de Buenos Aires, donde apenas fueron electas 6 mujeres en un conjunto de 135 municipios (4,4%).
El estudio pudo identificar en qué tipo de municipios las mujeres logran imponerse y conducir. El análisis detectó una participación femenina del 53,5% en gobiernos de zonas rurales de hasta 2000 habitantes. Es decir, las mujeres tienen espacio para ser candidatas y resultar electas por los votantes en sitios de menor población y, por lo tanto, de relevancia política.
En sentido contrario, la presencia de las mujeres en los gobiernos locales cae al 29,8% en municipios chicos de entre 2.000 y 10.000 habitantes. La tendencia continúa en los municipios grandes -entre 10.000 y 100.000 habitantes- con un 14,9% de participación femenina, se desploma al 0,4% en las ciudades intermedias y araña un 1,4% en las áreas metropolitanas, aquellos centros urbanos que cuentan con más de 250 mil habitantes.
También existen algunas excepciones, con una destacada aparición de dirigentes mujeres en ciudades importantes. Betina Romero se convirtió en la primera intendenta que gobernará la ciudad de Salta desde la creación de la Municipalidad en 1857. En La Rioja ganó la intendenta Inés Brizuela y Doria, mientras que en Santiago del Estero se impuso Norma Fuentes en las elecciones municipales de 2018. Por su lado, en la provincia de Buenos Aires, lograron una victoria la referente del Movimiento Evita Mariel Fernández en el populoso distrito de Moreno, y la diputada de La Cámpora Mayra Mendoza, hizo lo propio en Quilmes.
Las estadísticas presentadas en el informe “Mujeres Intendentas: superando obstáculos” son relevantes ya que el Estado carece de datos centralizados y sistematizados sobre quiénes conducen los gobiernos locales. Se trata de una información compleja difícil de recolectar, debido a la organización política federal del país y la estructura municipal diversa que tiene cada provincia. Esa tarea viene siendo realizada desde hace siete años por la entidad “Mujer y Gobierno”.
“A cada año se ha ido profundizando esta investigación. Los datos sirven para tomar políticas públicas basadas en la evidencia, pero es información que no se demanda, porque no se suele hacer política de esa manera”, lamentó la doctora en Filosofía (UBA) y especialista en estudios de género, Diana Maffía. Sin embargo, aclaró : “Sabemos que los datos cuantitativos tienen un límite para la comprensión de los hechos políticos, por eso los fortalecemos compartiendo experiencias”.
Baja representación y cultura política machista
Otro de los datos salientes del reporte apunta al alcance de la representación política de las mujeres en el ámbito municipal. Si se analiza demográficamente el “poder local” de las mujeres, las intendentas apenas gestionan los asuntos locales del 9,04% de los habitantes del país.
“Nuestras vidas personales e íntimas están atravesadas por relaciones de poder. Esa es una forma de pensar que ‘lo personal es político’. Cuando una mujer toma un camino político, eso ya es una excepción”, aseguró Maffía en la sede de la Fundación Foro del Sur, en la calle Montevideo al 1500.
En cada recorrido, las mujeres enfrentan barreras concretas para ejercer roles de dirección política. Además de las desconfianzas que pueden existir entre correligionarios y los posibles sesgos machistas en torno a una supuesta “incapacidad” de conducir, la propia lógica partidaria tiende a excluir a mujeres que realizan una “triple jornada”, al tomar tareas de cuidado en el hogar.
“En 2009 accedí a una banca de concejal y en 2013 renové. El radicalismo me propuso en 2015 a ser candidata a intendenta, donde tuve una interna en la que mis opositores fueron todos hombres. Sentía que un sector de mi partido no confiaba en mí. Luego ganamos con el 58% de los votos”, contó la intendenta de General Arenales Erica Revilla a Infobae.
Revilla sintió de cerca la experiencia de “superación de obstáculos” que fue su ingreso a la política. “Creo que tiene que ver que a que no somos muchas mujeres que decidimos participar. Tampoco podemos estar en todas las charlas y espacios, las reuniones suelen ser de noche y una tiene familia e hijos que cuidar”, sostuvo la jefa comunal de la UCR-Juntos por el Cambio. "A lo mejor hay que mostrarnos y animarnos más”, completó.
La intendenta Celia Smiak, desde la misionera Almafuerte, contó sus impresiones: “Soy madre y tengo tres hijos. Mi vida no fue muy fácil. Al estar frente del municipio uno toma la responsabilidad desde el corazón. Pero en el municipio nos conocemos entre todos y eso ayuda”.
En su caso, Smiak resaltó el rol que tuvieron otras referentes en esa conducción política. "De todas las candidatas que nos presentamos en Misiones solo quedamos siete intendentas. Tenemos una red de mujeres en la que nos apoyamos, siempre nos juntamos a hacer capacitaciones y vemos juntas el futuro de la provincia”, afirmó. “La política es un desafío muy grande para la mujer, nos ayuda a crecer y a salir adelante”, concluyó.
“En Paraguay es muy difícil: de 33 comunas en mi departamento, solo 5 son lideradas por mujeres”, dijo a su turno Gladys Maricel Rivarola, intendenta de San Rafael del Paraná, otra de las invitadas del panel. “Me fue muy complicado porque hay machismo y no nos quieren dar oportunidades, los candidatos son elegidos por los viejos militantes”, señaló.
El crecimiento “residual” del porcentaje de intendentas empuja a otras reflexiones. Este fenómeno obedece no solo a que en los “gobiernos locales las mujeres están alejadas de los centros de poder" -resalta el informe-, sino que permite concluir que las leyes de cuotas de género no lograron una real “democratización de la cultura política", lo que requiere repensar y complementar otras estrategias a las reglas formales de la paridad.
“La cuestión es saber por qué si más mujeres deciden y logran asumir roles protagónicos en la conducción de la vida comunitaria, esa voluntad no se traduce en mayor representación en las intendencias. ¿Será que el peligro de retroceso en la agenda de igualdad llegó también a la política local?”, se preguntó Ilhesca.
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