Gabriela Michetti terminó de despedirse de los senadores, emocionada, y los encargados de seguridad empezaron a apurar a los presentes para evacuar el edificio por desperfectos energéticos que atravesaron la sesión especial de poco más de una hora.
La accidentada jura de los 24 senadores electos –hubo problemas en la transmisión televisiva y de audio– dio inicio este miércoles a la nueva composición de la Cámara alta con abrumadora mayoría del PJ que debutará el 10 de diciembre, materializada a última hora de la tarde de ayer con la reunión del flamante bloque del Frente de Todos, presidido por José Mayans, que debutó hoy en su nuevo rol.
No estuvo Cristina Kirchner, la autora intelectual de la sorpresiva jugada que terminó de ejecutar ayer con la unción de Mayans como presidente de la bancada del PJ, de Claudia Abdala Ledesma de Zamora como presidenta provisional del Senado –fue la más ovacionada– y de Maurice Closs como vicepresidente primero. La ex presidenta envió un mensaje a los gobernadores cuando la mayoría peronista descontaba que designaría a dirigentes de su riñón, como Oscar Parrilli.
“Por ahí muchos deseaban que ella se cierre, y ella produce esta apertura, que es la que se ve en distintos espacios", le aseguró Closs a Infobae un rato antes del inicio de la sesión.
Antes de la jura de los 24 senadores electos de la ciudad de Buenos Aires, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego, los legisladores votaron la renuncia de la vicepresidenta electa como senadora y la de Omar Perotti.
Con una curiosidad: el pedido, en ausencia del ex gobernador de Tucumán, fue votado por varios de los senadores que esperaban para jurar y que todavía no empezaron formalmente su mandato.
Michetti avisó al comienzo de la ceremonia de jura de los 24 legisladores –el primero fue Martín Lousteau, recién aterrizado de los Estados Unidos– que la sesión daba para nada más que “una hora” por los desperfectos eléctricos que demoraron el inicio casi 60 minutos.
“Voy a ser breve porque según el tiempo estimado nos quedan seis minutos”, dijo ya sobre el final, medio en broma, Luis Naidenoff, mientras proponían los nombramientos de los nuevos funcionarios parlamentarios.
Cristina Kirchner sí se aseguró los principales casilleros para sus colaboradores de confianza. El ex jefe de la bancada K Marcelo Fuentes en la Secretaría Parlamentaria; María Luz Alonso, referente de la agrupación La Cámpora en La Pampa –fue el nexo entre la ex presidenta y Carlos Verna– en la Secretaría Administrativa, Mariano Cabral como prosecretario administrativo y Diego Bermúdez de prosecretario de Coordinación Operativa.
Cabral y Bermúdez oficiaban hasta estos días de secretarios de la vicepresidenta electa en la Cámara alta. Luz Alonso juró junto a su familia y por “Cristina Fernández de Kirchner”.
Cambiemos, por el contrario, no definió aún quiénes ocuparán la prosecretaría parlamentaria, la vicepresidencia y la vicepresidencia segunda del cuerpo. Es que el interbloque todavía tiene que decidir a sus principales espadas, al menos en los papeles. Antes de la sesión, hubo un encuentro de los senadores de ese espacio. Hay dudas por la conducción del bloque. En el PJ, el liderazgo lo ejerce Cristina Kirchner.
Las gradas del segundo piso estuvieron reservadas casi con exclusividad para legisladores de la futura coalición oficialista. Cuando se leyó la carta de renuncia de la ex presidente, fue ovacionada. Jorge Taiana ocupó su banca.
“Hagamos las manifestaciones un poco más cortitas”, tuvo que intervenir Michetti. El senador Juan Carlos Romero abundó en esa línea: dijo que la costumbre del Senado era “no manifestarse”, una doctrina impuesta por Miguel Ángel Pichetto.
Mariano Recalde, acompañado por su padre, Héctor, también fue de los más aplaudidos. También Parrilli, Alberto Weretilneck y Matías Rodríguez, senador fueguino, el más joven de la cámara a partir del 10 de diciembre.
La más ovacionada fue, de todos modos, la mujer del gobernador Gerardo Zamora, sentado en primera fila junto a Gildo Insfrán, Arabela Carreras y el ministro Rogelio Frigerio.
Más allá de los desperfectos técnicos, en el Senado había este mediodía trascendidos de pasillo por las últimas jugadas en el Frente de Todos y la conjunción del PJ y el kirchnerismo en un solo bloque.
En ese sentido, Carlos Caserio, que había impulsado en su momento la independencia de la bancada peronista que lideró Pichetto hasta su mudanza al macrismo, aún debe decidir si acepta o no el Ministerio de Transporte que Alberto Fernández le ofreció hace dos semanas como prenda para la unidad del bloque del PJ ejecutada ayer.
El presidente electo y Caserio tienen una charla pendiente. El cordobés, según su entorno, duda de la propuesta. Aún no tiene detalles. El gabinete de Fernández entra en la etapa de definiciones finales antes de la oficialización formal, según lo previsto, el viernes 6 de diciembre.
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