Este miércoles la Honorable Cámara de Senadores de la Nación tratará el pedido de licencia que solicitó el legislador tucumano, José Alperovich, luego de que su sobrina lo denunció por abusos sexuales ocurridos entre el 2017 y 2019 mientras se desempeñaba como su asistente.
El ex gobernador de Tucumán presentó el pedido el pasado lunes, aunque no lo firmó, por lo que en la Cámara Alta se espera que hoy por la mañana ingrese un documento ratificatorio para que sea aprobado en la sesión que se llevará a cabo por la tarde, antes de la jura a los 24 senadores electos el pasado 24 de octubre, informaron fuentes de la Secretaría Parlamentaria a Noticias Argentinas.
La licencia para Alperovich -que será sometida a votación- es por tiempo indeterminado y sin goce de sueldo. Consiste en un apartamiento de su cargo para dejar que la Justicia avance en la investigación, pese a que en un primer momento se resistió a suspender su trabajo legislativo. Sin embargo, integrantes del Frente de Todos como Felipe Solá y Victoria Donda manifestaron que debía emitir el pedido de licencia.
La denuncia por varios hechos de abuso sexual agravados por acceso carnal, fue presentada el último viernes por una mujer de 29 años que es hija de un primo de Alperovich. Según contó, las violaciones habrían sucedido en Buenos Aires y en Tucumán por lo que la denuncia fue emitida tanto en la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), en la Ciudad de Buenos Aires, como en los Tribunales penales de Tucumán.
Además la denunciante difundió una carta abierta en la que refleja las aberrantes situaciones a las que la habría sometido su “tío segundo y jefe”, José Alperovich. “Fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre del 2017 hasta mayo de 2019. Durante un año y medio sufrí violaciones a mi integridad física y sexual. El avasallamiento fue demoledor. Tanto que ni siquiera pude ponerlo en palabras. Él oscilaba libre y cómodamente en los tres escenarios ante los que me posicionaba: el familiar, el laboral y el del horror de la intimidad que me forzaba a vivir con él”.
“No quería que me besara. Lo hacía igual. No quería que me manoseara. Lo hacía igual. No quería que me penetrara. Lo hacía igual. Inmovilizada y paralizada, mirando las habitaciones, esperando que todo termine, que el tiempo corra. Ya saldría de ahí y estaría en mi casa, ya habría más gente alrededor, ya el disimulo y el trabajo lo iban a alejar de mí. Ya se cansaría de mí, de que no quiera, de que sea ‘asexuada’ como me llamaba. Pero su fijación no cesaba, durante mucho tiempo quiso más y más seguido, con más ganas, con más fuerza, con más violencia por mi resistencia”, describió la joven de 29 años.
“Estoy acá contando lo que viví por mi seguridad pero también para que otras mujeres se animen a hablar. Esto no me mató, me puedo proclamar y me puedo defender. Me puedo recuperar, me puedo cuidar, me puedo elegir. Hoy elijo no callarme nunca más”, concluyó en su carta.
La vicepresidente de la Nación, Gabriela Michetti había pedido prudencia con respecto al caso, sin embargo, al referirse a la denuncia de la mujer de 29 años, declaró: “Las mujeres tenemos como una sensación de que alguna cosa ella evidentemente ha vivido”.
Este martes, militantes del Movimiento Socialista de los Trabajadores se concentraron frente al Congreso exigiendo el desafuero del senador peronista. En diálogo con Télam la dirigente del MST, Vilma Ripoll sostuvo: “Acá hubo silencio, nadie salió a decir una palabra. Queremos una comisión investigadora independiente porque no confiamos en esta justicia machista y patriarcal”.
Al respecto del pedido de licencia, lo consideró “una tomada de pelo a la voluntad popular porque lo que quieren es sacarlo del medio para que baje el caso”, enfatizó Ripoll.
Alperovich cuenta con inmunidad de arresto por los fueros parlamentarios que le conceden los artículos 68, 69 y 70 de la Constitución Nacional, que impiden a otros poderes del Estado “acusar, molestar y detener” a los representantes del Congreso por razones políticas.
Sin embargo, la Justicia puede investigarlo, citarlo a declarar y hasta condenarlo, aunque en caso de que un juez pidiera su encarcelamiento, la propia Cámara de Senadores debería sesionar para avalar su desafuero a través de una votación con mayoría simple (la mitad más uno de los presentes).
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