Con fuertes críticas a “un sector” del periodismo y de la Justicia, esta noche se presentó en la Facultad de Derecho de la UBA el libro "Lawfare, guerra judicial-mediática, desde el primer centenario hasta Cristina Fernández de Kirchner”, del ex canciller Rafael Bielsa y el dirigente de la Federación Agraria Argentina, Pedro Peretti.
Estaba previsto que el libro fuera presentado por el presidente electo Alberto Fernández junto a la abogada Graciana Peñafort, pero finalmente Fernández no pudo estar por “problemas de agenda” y la presentación estuvo a cargo de la defensora del ex vicepresidente Amado Boudou y del ex canciller Héctor Timerman.
El mandatario electo envió una breve misiva explicando su ausencia, que fue leída públicamente al final por el periodista Martín Sivak, y que le hizo llegar a Bielsa el dirigente del PJ porteño y hombre de confianza de Alberto, Juan Manuel Olmos.
Tras disculparse porque “hubiera querido estar”, Fernández escribió en un texto membreteado con su nombre, tipeado en computadora: “La problemática de la justificación de la difamación mediática con la complicidad de una parte del Poder Judicial atenta contra la democracias latinoamericanas”. Y concluyó: "Nuestro deber con la verdadera historia” es con “el estado de derecho y la soberanía popular”.
En un salón de actos lleno, se vio a varios dirigentes vinculados al kirchnerismo como Carlos Zannini, en lo que fue la reaparición pública del ex secretario Legal y Técnico quien estuvo detenido con prisión preventiva casi cuatro meses por la causa del Memorandum con Irán, y fue liberado en marzo del año pasado. También se lo vio al secretario general de Suteba, Roberto Baradel, a quien los autores del libro le dedicaron un capítulo referido a la persecución de un dirigente agrario a principios del siglo XX.
También estuvieron en primera fila el actual senador y diputado electo por el Frente de Todos, Pino Solanas; la legisladora y periodista Gabriela Cerruti; el periodista Víctor Hugo Morales -largamente aplaudido cuando fue mencionado por Peretti-; el secretario general de ATE Capital Daniel Catalano; el actor Gerardo Romano; el abogado de Julio de Vido, entre otros, Maximiliano Rusconi, que llegó temprano y se ubicó en primero fila; y “Taty” Almeida, Madre de Plaza de Mayo Linea-Fundadora. Cuando ya había comenzado al presentación, llegó el ex embajador ante el Vaticano de Cristina Kirchner, dirigente de su confianza y amigo de Alberto Fernández, Gustavo Valdés.
Las tres “condiciones” del lawfare
Peñafort comenzó explicando qué es el lawfare, al que definió como “la persecución judicial de referentes políticos, sociales, sindicales” a través de la Justicia “en alianza con los medios”. Y en ese sentido, advirtió que “le da cero importancia a si la persona es culpable o inocente; esa decisión está tomada desde antes de que comience la causa. A nadie le importa si las víctimas son culpables o inocentes”.
Asimismo, se explayó en sus críticas a la tarea de “un sector” del periodismo. “No hay hay lawfare sin periodismo, sin una cobertura parcial de las noticias y sin periodistas que no conozcan el debido proceso y se olviden de la presunción de inocencia", sostuvo Peñafort, que fue quien mas ahondó en describir esa doctrina a la que suscribe Fernández y el Papa Francisco.
E inmediatamente agregó: “No estoy de acuerdo con la Conadep del periodismo. Hablar de una Conadep de periodistas es como hablar de Conadep de corrupción, y eso es bastardear una herramienta fundamental en la lucha contra las violaciones a los derechos humanos y sobre la cual se construyó nuestra democracia".
Asimismo, al abogada apuntó contra “un sector” de los actuales jueces: "No hay lawfare sin un Poder Judicial desprestigiado, sin crédito. Un Poder Judicial prestigioso no tolera un juez como (Claudio) Bonadio o un fiscal en rebeldía (por Carlos Stornelli)”.
En sus críticas a la Justicia, agregó: “La Política Judicial no es tratar de conseguir un ascenso en base a la libertad de una persona”. Sin dar nombres, dio como ejemplo el caso del juez de un Tribunal Oral que “negoció su ascenso” con el Gobierno a la Cámara de Apelaciones, supuestamente a cambio de fallar luego de determinada manera.
Como “tercera condición” para la existencia del lawfare, mencionó “un Poder Ejecutivo que le pide a los jueces lo que no puede resolver en la política”. Y en este punto, le hizo un reconocimiento al senador Miguel Pichetto por su “coherencia”, al negarse a tratar el desafuero de Cristina Kirchner en el Senado, hasta que no hubiera una sentencia firme. “Y por sentencia firme, me refiero a que no quede pendiente ningún recurso judicial. Hasta ese momento, según nuestra Constitución, todos son inocentes”, afirmó.
Peñafort también fue muy crítica del dictado de prisiones preventivas contra ex funcionarios y dirigentes sociales durante los últimos cuatro años. “Pasaron cuatro años de la doctrina Irurzun y hoy (Germán) Garavano dijo en una radio que está mal. Esa doctrina se basó en el supuesto poder residual de un ex funcionario. Si aplicáramos esa doctrina a los actuales funcionarios, (Mauricio) Macri debería estar preso y miembros de Poder Judicial que tienen denuncias también".
Contra el uso de la “difamación”
A su turno, Bielsa comenzó definiéndose como “peronista”. Ya a pocos segundos de comenzar la presentación, luego de que una persona del público gritara “Viva Perón”, el ex canciller kirchnerista, alentó a repetir el grito, diciendo “No se escuchó”, lo que despertó las risas entre los asistentes.
Tras contar que comenzaron a escribir el libro con Peretti, diez días antes de que Cristina Kirchner presentara “Sinceramente” en La Rural el 7 de mayo de este año, “mucho antes de que Alberto Fernández fuera elegido candidato, ganara las Paso y hoy fuera presidente electo”, y destacó que el texto “no es un libro oportunista, sino oportuno”.
En ese sentido, exhortó a que no se aborde su lectura “con hambre de coyuntura”, ya que -explicó- es un análisis de hechos históricos ocurridos a principios de siglo, uno de los cuales fue conocido como el Grito de Alcorta. El texto no se refiere a las causas judiciales que enfrenta Cristina Kirchner, aunque menciona a la ex mandataria, así como a “Lula” Da Silva.
“Buscamos darle un marco histórico y teórico a la utilización de la difamación contra los luchadores del campo nacional y popular por parte de los intereses concentrados, a través de su prensa hegemónica y de los jueces ocasionalmente funcionales”, sostuvo.
En esa comparación, sostuvo que “la descalificación de militantes del campo popular, que apunta a suprimirlos civilmente”, y por eso justificó la dedicatoria a Baradel del capítulo referido al dirigente rural Francisco Capdevilla.
En su crítica a los medios, advirtió que mientras antes “un diario tenía un dueño y esa era su única actividad, ahora hay sectores concentrados de la economía que tienen medios para crear subjetividad”.
También cuestionó a un sector del periodismo, al que acusó de “mentir” y “operar” en función de determinados intereses. “Si el periodismo presenta una imputación como una indagatoria, está mintiendo. Si presenta un procesamiento como una condena, está mintiendo. Si llama a un procesamiento, condena firme, está mintiendo. Y ese tipo de periodismo va a desaparecer”. Esa afirmación fue coronada con un cerrado y prolongado aplauso.
Sobre el final, también se refirió a una supuesta Conadep del periodismo. “Los que crean que el próximo gobierno va a haber una Conadep del periodismo, están mintiendo y no son periodistas. Los que digan que va a haber un Ministerio de la Venganza, están mintiendo y no son periodistas. El periodismo se cura con mejor periodismo. Y el Poder Judicial se mejora con mejores jueces”, concluyó. El auditorio lo aplaudió de pie.
Fotos Nicolás Stulberg