Durante su último discurso como diputada nacional en la última sesión ordinaria del año, y en medio del debate sobre el proyecto de “Ficha limpia” –que pretende inhabilitar a cargos electivos a los condenados por corrupción en segunda instancia–, Elisa Carrió fue muy dura contra los legisladores que se amparan en sus fueros y en la actitud del Parlamento de no habilitar la detención de uno de sus miembros ante un pedido de la Justicia.
Tras recordar que cuando ingresó a la Cámara de Diputados “no se podía abrir un proceso penal contra un legislador, ya que pasaba automáticamente a la Comisión de Asuntos Constitucionales”, destacó que a partir del escándalo de las coimas en el Senado en el 2000, se votó la ley que permitió la detención de un diputado previo desafuero. “En ese momento, sacamos la mejor ley que es, cuando hay un pedido de prisión preventiva o de detención, corresponde el desafuero. Lo que pasa es que acá no se aplica el derecho. Cuando una orden de prisión preventiva, corresponde de derecho, la detención. En consecuencia, hay personas que no tendrían que haber sido elegidas por la simple razón de que no podrían ejercer el cargo, por estar en prisión preventiva. Me estoy refiriendo a la vicepresidenta. Esa es la ley que ella y yo escribimos, y que ella ese día no votó por oponerse a todo. Pero ese fue un gran avance en un momento muy difícil. Ahí se terminó la impunidad para diputados y senadores y podemos ser condenados”.
En un encendido discurso sobre la lucha contra la corrupción, reivindicó lo hecho por la Coalición Cívica y el ARI desde su fundación hace 25 años. “Me fui de un partido por problemas de corrupción. Es cierto que no son todos. Porque la corrupción tiene nombre y apellido. Pero hay que ponerle nombre y apellido. Nos costó mucho ponerle nombre y apellido a (Julio) De Vido cuando no lo hacía nadie de la clase política y se pedía mi detención. Marzo del 2004”.
Y recordó: “De Vido quiso ponerme presa porque dijo que era honorable –se sonrió–. Lo más gracioso, honorable... Miren dónde está De Vido y dónde estamos nosotros".
También buscó diferenciar su actitud como diputada de la del ex ministro de Planificación Federal, hoy detenido con prisión preventiva por la causa de las irregularidades en el manejo de fondos en la mina de Río Turbio, y la causa de los cuadernos de las coimas. “Tuve 47 causas judiciales de todos los poderes del Estado y nunca me hice la víctima como se hacen algunos. Y cuando tuve que ir a juicio por la muerte del hombre de Chubut, renuncié a la banca para no que se pida el desafuero y fui absuelta. Y perdí tres años de mandato”.
“Y si ahora renuncio a la banca es para que, si a partir de marzo, si los señores del PJ y del FPV quieren venganza, no necesitan perturbar al Parlamento, solo tienen que ir a buscarme. Yo tengo la valija lista con todos los camisones rayados para ir a la cárcel común. Porque este lugar no puede ser el antro de la impunidad de la Argentina”, agregó.
Tras lo cual, se lamentó: “Sin embargo, la Argentina habilita a los condenados a ser candidatos. Y por eso vamos a tener a una procesada y condenada como vicepresidenta de la República".
La diputada también reivindicó el acuerdo original que le dio origen a Cambiemos. “Hicimos un acuerdo con el presidente Macri, fue un día de enero en una casa, donde tuvimos una conversación que se llamó sincericidio, donde nos dijimos todo. Yo no había hablado con él antes, ni con su padre. El pacto que hicimos es que no habría impunidad para nadie, ni fuera ni dentro de Cambiemos. Y esto se cumplió. Porque el Presidente está siendo investigado en varias causas judiciales y porque hay ministros que tienen varias causas en trámite. Y es la primera vez que el Gobierno, mientras está en el poder, está siendo juzgado. En consecuencia, las instituciones funcionan”, afirmó.
“Los avances han sido muchos. Porque si algo ha logrado Cambiemos es vencer el maleficio de los golpes de Estado civiles, del establishment. ¿O ustedes creen que no intentaron los laboratorios voltearnos cuando se lo llevaron puesto a Mario Quintana?", se preguntó. "Yo vi los golpes, como los vi con Cristina cuando fue lo del campo. Se terminó el maleficio de Marcelo T. de Alvear. Acá hay un gobierno no peronista que terminó su mandato. Y que entrega con 40.000 millones de reservas el Banco Central de la República Argentina. No pudieron hacernos caer del Gobierno y hay República. Y hay transparencia ”.
"Y yo, como fundadora de Cambiemos, estoy dando el ejemplo. Renuncio a la banca para que nadie me pida el desafuero. Ahora, que se animen a pedirme la detención, porque yo creo que vamos a ir detenidos el juez y yo”, concluyó con vehemencia, antes de agradecerle al presidente, Emilio Monzó.