Axel Kicillof tiene el 90% de su gabinete armado. Tiene los nombres y los lugares que ocuparán. Pero aún no está dispuesto a comunicarlo. Mucho menos a dejar entrever posibles ministros. Quiere comunicar la estructura política de su gobierno después de que lo haga Alberto Fernández en la nación. Así está estipulado.
El gobernador electo del Frente de Todos se maneja con total hermetismo en el diseño de su gabinete. Consulta sus pasos con Alberto Fernández y Cristina Kirchner, pero solo valida cada nombre con la ex Presidenta. Es su jefa política y el liderazgo al que responde. “Axel es Cristina”, se encargan de marcar en el núcleo duro del kicillofismo.
El círculo más chico que rodea al economista está compuesto por unos 15 dirigentes a los que conoce de su paso por el Ministerio de Economía y la Cámara de Diputados. Son parte del pequeño armado que hoy tiene Kicillof afuera del Estado. La mayoría de ellos son economistas y todos serán parte del próximo Gabinete.
En esa lista están el ex secretario de Comercio, Augusto Costa; el ex secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Carlos Bianco; el jefe de los equipos técnicos de Kicillof y ex presidente de la Comisión Nacional de Valores, Cristian Girard; el ex director del Banco Central, Juan Cuattromo y el rector de la Universidad Nacional de José C. Paz, Federico Thea.
También aparecen cinco dirigentes que lo acompañaron en el Ministerio de Hacienda durante el último gobierno de Cristina Kirchner. Son las economistas Mara Ruiz Malec y Laura Goldbert, la politóloga y ex jefa de Gabinete de Asesores del ministerio Agustina Vila; el ex secretario de Finanzas Pablo López; el ex subsecretario de Relaciones Financieras, Agustín Simone y el ex vocal del Directorio de la Comisión Nacional de Comercio Exterior, Matías Ginsberg.
Entre ellos hay dos que se destacan: Augusto Costa y Carlos Bianco. Son los dirigentes de máxima confianza de Kicillof, con los que tiene contacto permanente y a los que conoce desde hace más tiempo. El pasado compartido no es un dato menor para el gobernador electo, que suele tomar sus decisiones más importantes en un ámbito muy cerrado en el que se rodea de sus íntimos.
Con Costa estudió la licenciatura en Economía en la UBA. Es un amigo con el que comparte su vida desde hace más de dos décadas. Bianco fue su alumno y luego se sumó a su equipo de trabajo. Con el paso del tiempo comenzó a tener mayor afinidad hasta llegar, en la actualidad, a llevar adelante el día a día de la campaña y de la transición. Costa y Bianco son los ojos de Kicillof.
Costa suena como próximo ministro de Economía, mientras que Bianco aparece como el posible jefe de Gabinete de la nueva era K. Lugares clave dentro de una estructura de gobierno. En el kicillofismo no desmienten ni confirman los rumores. Se limitan a decir que ambos ocuparán lugares muy importantes en el gabinete.
Hay un puesto que el ex ministro tiene bajo llave: el Ministerio de Seguridad. Un área de extrema sensibilidad en la provincia de Buenos Aires que fue conducida por Cristian Ritondo durante la gestión de María Eugenia Vidal. Kicillof no quiere que trasciendan nombres para evitar el manoseo público y la confirmación de cargos antes de que lo haga él.
Los más interesados en saber ese nombre son los intendentes del conurbano, quienes todos los días sufren la inseguridad en sus municipios y quieren saber el perfil que tendrá el nuevo ministro, y la política en seguridad de Kicillof. Esperan ser consultados aunque saben que el nuevo gobernador no abre demasiado el juego para la toma de decisiones.
En lo que respecta a la transición, el gobierno entrante y el que deja la gestión a partir del 10 de diciembre comenzaron la etapa de reuniones sectoriales para realizar el traspaso. La primera fue el miércoles pasado en el Banco Provincia, uno de las entidades del Estado que más le preocupa al ex ministro ya que no conoce la situación real de los fondos.
Fue solo un acercamiento para poner sobre la mesa cuáles son los datos que pretenden conocer en el peronismo K. Juan Cuattromo, Pablo López y Alejandro Formento -asesores de Kicillof - pidieron un informe técnico sobre el estado en el que se encuentra el banco. Una vez que haya una respuesta de parte del oficialismo coordinarán una nueva reunión.
Durante los próximos días habrá encuentros para hacer una evaluación sobre cómo están otras dos áreas sensibles de la provincia: salud y educación. Tanto en el gobierno bonaerense como en el kicillofismo advierten que la transición se lleva adelante sin tensiones. No cayeron dentro de la grieta. Al menos, por ahora.
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