Luego de que un grupo de manifestantes chilenos vandalizara este viernes por la noche el frente de la Embajada Argentina en Chile, el embajador José Octavio Bordón aclaró que tanto él como su familia están fuera de peligro pero que debió reforzar las medidas de seguridad por temor a nuevos ataques.
“Fue un momento difícil. Fue la primera vez que lo vivimos así. La situación ahora está controlada. Tomé la decisión de quedarme en medio de la crisis a pesar de que mantuve llamadas telefónicas permanentes tanto de autoridades locales como de Argentina”, remarcó Bordón, quien se lamentó por los daños ocasionados ya que “el edificio tiene un gran valor patrimonial”.
En medio de las protestas contra el gobierno chileno de Sebastián Piñera en Chile, un grupo de manifestantes logró vencer el portón de entrada, ingresó por la fuerza a los jardines de la residencia argentina, arrojó piedras y rompió vidrios de su frente. Además, los violentos hicieron pintadas en su fachada exigiendo la renuncia del presidente Piñera. “Espero que la violencia finalice. Son demandas internas que debe resolver el Gobierno chileno”, señaló al ser entrevistado en Radio Mitre. Y aclaró: "En medio de esa crisis tomé la decisión de no evacuarnos a pesar que teníamos diez camiones blindados en la puerta aguardando por nosotros para ser traslados”.
Consultado acerca de cómo se vive la situación en las calles, Bordón se preocupó por dejar en claro que “Chile no es un país peligroso para un argentino”. “Las pintadas no fueron contra Argentina. No fue una agresión contra nuestro país. Fue un acto vandálico en el que los manifestantes destruyeron varios edificios para construir barricadas. Fue un tema de altísima inseguridad y de gran peligro pero para los bienes”, aclaró el Embajador.
La residencia del embajador argentino en Santiago de Chile está enfrente de la sede de la Universidad privada Pedro de Valdivia, que fue incendiada por los manifestantes en medio de duros enfrentamientos con la policía.
Este viernes, miles de manifestantes se manifestaron en la céntrica Plaza Italia en el marco de las protestas contra el gobierno del presidente Sebastián Piñera. Al caer la tarde, una marea de manifestantes colmó -por tercer viernes seguido- por completo la avenida Alameda para avanzar hacia la Plaza Italia, portando banderas chilenas y carteles con mensajes contra el gobierno.
“Si uno analiza las manifestaciones diría que lo quieren derrocar a Piñera. Pero desde la centro derecha y la centro izquierda dijeron que en ningún caso apoyarán un caso de juicio político contra el Presidente”, aseveró Bordón.
Si bien la mayoría de los manifestantes marcharon pacíficamente durante la noche del viernes, un grupo de encapuchados incendió una parte de una sede de la Universidad Pedro de Valdivia. A pocas cuadras, otro grupo saqueó una iglesia histórica: la Parroquia de La Asunción -construida en 1876-. En medio de enfrentamientos con la policía utilizaron bancos y otros muebles para armar barricadas.
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