La liberación del ex presidente brasileño Luiz Inácio “Lula” da Silva después de 580 días ha dominado la conversación pública desde que ocurrió en la mañana del viernes. Y, predeciblemente, también lo hará durante el desarrollo de la cumbre del Grupo de Puebla, el espacio que busca contrarrestar a su par de Lima en lo que respecta a la integración y política exterior regional.
Previo al inicio formal del encuentro -que tendrá lugar entre el 8 y 10 de noviembre en el hotel emperador de Buenos Aires- los dirigentes progresistas compartieron una cena en el living temático de uno de los políticos más cercanos al presidente electo Alberto Fernández, el ex embajador ante el Vaticano Eduardo Valdés. Un ambiente abarrotado de recuerdos y fotos -al estilo de los “gabinetes de curiosidades” del siglo XIX- del progresismo bolivariano al que adhirieron en mayor o menor medida casi todos los dirigentes presentes en el ágape.
Además de Fernández, quien oficiará de anfitrión en la cumbre, estuvieron: Dilma Rousseff (Ex-Presidenta de Brasil), José “Pepe” Mujica Ex-Presidente de Uruguay, Fernando Lugo (Ex Presidente de Paraguay), Martin Torrijos (ex Presidente de Panamá), Ernesto Samper (ex-Presidente de Colombia).
“Fue un momento muy lindo. Es una gran alegría que Lula esté libre. Para Brasil, Lula es Mandela. Para nosotros, Lula es Perón. Es el Presidente más querido por nosotros. Se lo siente cerca y nuestro”, señaló Valdéz en diálogo con Radio Mitre.
Para demostrar su euforia, los asistentes se tomaron distintas fotos en las que hicieron el gesto de una "L" con la mano, que simboliza el slogan “LulaLivre” (Lula Libre, en portugués).
El mismo ex mandatario también hizo referencia a la foto. En sus redes sociales enumeró a los distintos líderes presentes, luego de exclamar “¡Viva América Latina” los definió como como “equipeLula” (Equipo Lula, en portugués)
Desde distintos puntos de América Latina estos dirigentes progresistas han ocupado cargos de relevancia tiempo atrás. Hoy sólo Alberto Fernández ocupará un lugar clave en la región como presidente desde el 10 de diciembre en Argentina.
Distintos asistentes se expresaron acerca de los objetivos del Grupo de Puebla y la liberación del ex presidente brasileño. “Teníamos razón cuando pedíamos más igualdad en Chile, y teníamos razón cuando decíamos que en Argentina había un proceso de endeudamiento y decadencia que terminó como terminó. Lo que nunca debemos claudicar es en nuestros principios, conductas, convicciones y en las razones que tenemos como agentes del progresismo”, aseguró Fernández.
Por su parte, el ex jefe de Estado uruguayo expresó: “Han transformado la política en un recetario de medidas económicas y son importantísimas, pero nunca vi que la gente esté feliz solo por la economía. No hay que pensar solo en el desarrollo y en el crecimiento. Hay que pensar que la felicidad humana no se logra por decreto”.
El contenido de la cumbre contribuirá a ilustrar los lineamientos de la política exterior que Alberto Fernández pueda implementar una vez tome posesión del gobierno el 10 de diciembre.
Entre los frentes más destacados se encontrarán la relación con Estados Unidos, pero también con Brasil y Uruguay, teniendo en cuenta la cercanía de Fernández con referentes que se encuentran en las antípodas del presidente Jair Bolsonaro y, en caso que se imponga en la inminente segunda vuelta, Luis Lacalle Pou.
También estará presente el potencial relanzamiento de la Unasur como espacio multilateral de integración, luego de un período de estancamiento durante los gobiernos de Macri en Argentina, Iván Duque en Colombia y Lenin Moreno en Ecuador, entre otros.
Fernández y Lula intercambiaron mensajes de apoyo luego de su liberación. Luego de que el ex mandatario pronunciara un discurso frente a la Superintendencia de la Policía Federal en Curitiba, donde estuvo preso, Fernández se comunicó por teléfono con Celso Amorim y le pidió que le transmitiera su alegría y su saludo y le contó que se siente “muy feliz” por ello.
“Conmueve la fortaleza de @LulaOficial para afrontar esta persecución (solo esa definición le cabe al proceso judicial arbitrario al que fue sometido). Su entereza demuestra no solo el compromiso sino la inmensidad de ese hombre”, expresó Fernández en su cuenta de Twitter.
Lula, por su parte, agradeció el saludo de Alberto Fernández y se ofreció a colaborar para resolver los problemas de la Argentina.
“Muy agradecido de las palabras del compañero. Quiero que sepa que puede contar conmigo en lo que necesite para conducir a la Argentina en dirección a resolver los problemas del pueblo pobre. Agradezco de corazón la solidaridad que demostró visitándome en la prisión. Dios bendiga al pueblo argentino!”, fue el mensaje de Lula en su cuenta de Twitter.
La postura de Fernández no estuvo circunscripta a las declaraciones. Poco después de ser ungido como candidato presidencial -en julio de este año- viajó al estado brasileño de Curitiba para reunirse cara a cara con Lula en la Superintendencia de la Policía Federal de ese país.
Allí, y en compañía de Celso Amorim, aseguró que tuvieron “una conversación muy animada” durante la cual abordaron la coyuntura política y económica de ambos países. Además, Fernández aseguró que el proceso estaba plagado de irregularidades y lo definió como “una mácula muy fuerte al Estado de Derecho”.
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