Alberto Fernández y Emmanuel Macron tiene previsto hablar por teléfono el sábado para iniciar una relación diplomática que tendrá puntos de contacto y ciertas desavenencias vinculadas a la producción agroindustrial.
El presidente electo necesita al presidente francés cuando inicie la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y su interlocutor galo aún busca en la región a un socio geopolítico que le permita acumular poder cuando reclame el liderazgo europeo ante el esperado retiro de Ángela Merkel.
A nivel internacional, Fernández ha puesto foco en la agenda de Latinoamérica y en la crucial negociación de la deuda externa. Esos dos temas fueron eje de las conversaciones que mantuvo con Donald Trump, Andrés Manuel López Obrador, Sebastián Piñera y Pedro Sánchez, entre otros jefe de Estado.
El presidente electo considera que la región debe cambiar su mirada respecto a las recetas para achicar las asimetrías sociales y ya ha reiterado que no pagará la deuda externa si eso implica profundizar la crisis económica que hereda de Macri.
Fernández visitó España y Portugal antes de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y ahora avanza sobre los países que tiene mayor peso político y económico en la Unión Europea. El presidente recibió una carta coloquial de Macron que explicita su interés en profundizar las relaciones bilaterales y lo invita a Francia “en cuanto su agenda se lo permita”.
La carta de felicitación de Macron alumbra ciertas claves de la relación diplomática que pretende anudar con la administración peronista. El presidente conservador es genérico y ambivalente cuando describe el futuro común, pero es especifico y certero cuando se trata de enumerar sus prioridades geopolíticas.
“Se acercan varios compromisos internacionales, particularmente en materia de clima y medio ambiente. Le propongo que unamos nuestros esfuerzos para estar a la altura de las exigencias que nos imponen estos desafíos globales”, argumenta la carta firmada por Macron que recibió Fernández.
El gesto de Macron a Fernández respecto a su agenda de medio ambiente tiene una lógica institucional que puede ser satisfecho con creces. El presidente francés defiende a muerte el Acuerdo de París, y el presidente electo argentino ya tomó la decisión de crear un Ministerio del Hábitat que incluirá una secretaria de Estado vinculada a la ecología.
La mención a Macron de esta decisión política durante charla del sábado, podría acercar las posiciones personales y políticas entre los presidentes. Aún más: Fernández está enfrentado con Jair Bolsonaro por su trato agresivo y fuera de protocolo, mientras que Macron no le perdona al presidente del Brasil que haya minimizado el impacto global del Acuerdo de París. Aquí también habrá coincidencias entre ambos jefes de Estado.
Macron y Trump sos socios estratégicos, al margen de protagonizar una relación que mezcla egos, compromisos propios y agendas que algunas veces son contradictorias. Fernández necesita el apoyo de Francia en su negociación con el FMI, y el tono de la conversación que mantuvo con Trump puede contribuir en la construcción de su relación bilateral con el presidente galo.
El presidente electo necesita sumar voluntades en el board del FMI, y Macron puede alinear suficientes votos para construir una mayoría geopolítica que limite la capacidad de acción del Staff del Fondo, una variable burocrática que pesará al momento de negociar una prorroga en el pago del Standby.
Fernández aguarda con expectativa la conversación telefónica con Macron. Y no descarta viajar a Francia cuando tras su asunción presidencial. Ya esta invitado.
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