Un empleado del banco suizo J. Safra, Alex Mauro, confirmó este miércoles en el juicio por la “ruta del dinero K” que la familia Báez abrió varias cuentas en esa entidad para resguardar parte de su fortuna en el exterior. Su declaración, a través de una videoconferencia desde Ginebra, complicó la situación de Lázaro Báez, el abogado Jorge Chueco, Daniel Pérez Gadín y especialmente de Fabián Rossi.
Mauro, el último testigo previsto en el juicio, relató que la relación arrancó en junio de 2012 con una reunión en Suiza, de la que participaron el abogado Jorge Chueco, el contador Daniel Pérez Gadín y Martín Báez. La primera cuenta abierta fue a nombre de la Fundación Kinsky.
La declaración se hizo en francés, con un traductor de por medio. Por pedido de Suiza, el TOF 4 pidió desalojar la sala de audiencias y autorizó a permanecer solo a las partes.
En julio de ese año, hubo un segundo encuentro en Buenos Aires. “Fue en el despacho de Pérez Gadín. La cuenta de Kinsky ya estaba abierta. Era una oportunidad para comprobar el papel que tenía Pérez Gadín y Chueco en la familia Báez”, relató Mauro.
Mauro, de origen italiano, reveló que luego mantuvo una reunión con Fabián Rossi en Buenos Aires por pedido de Pérez Gadín. “Me entrevisté con Rossi, me explicó sus actividades, quería abrir una cuenta”, se limitó a contar. Más tarde, ante una pregunta de los abogados de la Unidad de Información Financiera (UIF), no pudo recordar si había otras personas en ese encuentro, que derivó en la apertura de las cuentas de SGI Argentina y Marketing and Logistic Management. “No me acuerdo si había otras personas. Si había, no tenían un papel importante”, contestó.
Rossi también fue protagonista del video de La Rosadita donde se lo veía contando dinero. “Se me ve en el video porque me pidieron una ayuda”, dijo hace dos semanas en su indagatoria.
Poco tiempo después se sumaron las cuentas a nombre de las empresas “Tyndall Limited lnc” y “Fromental Corp”. “Me dieron una explicación coherente, eran parte de la estructura patrimonial de Báez. Los beneficiarios eran los mismos", dijo Mauro.
Todas las cuentas tenían como beneficiarios finales a los cuatro hijos de Báez: Martín, Leandro, Melina y Luciana, aunque según el testimonio de Mauro los últimos tres nunca estuvieron en el banco. Esas cuentas estuvieron bloqueadas un año y medio, apenas estalló el escándalo público de la ruta del dinero K, y el destino del dinero todavía se sigue investigando.
Aunque la declaración es importante para la causa, los datos de las cuentas ya habían sido aportados por Suiza al juez Sebastián Casanello en 2017.
El empleado de J. Safra también confirmó que en ese banco se abrieron cuentas a nombre de las empresas “Wodson International SA” y “Helvetic Services Group SA” luego de una nueva reunión en Ginebra con Martín Báez, Pérez Gadín y Chueco. Los tres siguen presos.
De acuerdo al cronograma dispuesto por el TOF 4, en las próximas dos audiencias deberían terminar las indagatorias. Lázaro Báez viene rechazando ese derecho hace un mes y nadie se anima a confirmar si finalmente hablará en el juicio. Por ahora prefirió expresarse en un programa de radio.
Los alegatos deberían comenzar la última semana de noviembre. Si hay algún retraso, los alegatos de las querellas, como la UIF y la Oficina Anticorrupción, podrían realizarse con el nuevo gobierno, lo que genera muchas dudas entre las partes.
Con más de 30 partes involucradas, el veredicto recién se conocerá en 2020.