Alberto Fernández almorzó este miércoles con Mauricio Claver, el principal asesor de Donald Trump para América Latina, y uno de los arquitectos de la Casa Blanca respecto a la rápida salida de Nicolás Maduro de Venezuela. Junto al presidente electo estuvo Felipe Solá, que aparece con muchas posibilidades de ocupar la Cancillería.
Claver es de origen cubano, se lo considera un halcón en la Casa Blanca, e influye en la mirada del presidente de los Estados Unidos cuando fija política sobre toda la región. Su presencia en México y su encuentro fuera de agenda con el presidente electo exhibe cómo Fernández avanzó en su relación política con Trump.
“Estados Unidos quiere que seas exitoso”, le dijo Claver a Fernández, según reveló a Infobae un miembro de la comitiva que acompañó al presidente electo a México.
Tras la conversación telefónica entre el presidente electo y Trump, los asesores de Fernández y de la Casa Blanca acordaron que se encontrara Claver con el sucesor de Mauricio Macri. El asesor de Trump cambió su agenda para llegar a México y Fernández retrasó su viaje para encontrarse con el enviado del presidente americano.
Fernández, Solá y Claver almorzaron en el hotel Camino Real Polanco y la conversación estuvo referida a la agenda de América Latina y en particular a la crisis institucional en Venezuela, y a los movilizaciones sociales que se produjeron en Chile y Ecuador.
El presidente electo considera que esas movilizaciones implican un punto de inflexión y que se deben buscar otras miradas para cerrar las asimetrías en la región.
Respecto a Venezuela, Claver considera que la crisis de ese país sólo se resuelve con la caída de Maduro, y que el camino hacia las elecciones libres y transparentes se debe negociar sin la presencia del líder populista. Esta posición contrasta con la postura de Fernández y Solá que apuntan establecer una mesa de negociación que incluya a todos las partes, incluidos Maduro y Juan Guaidó, el presidente interino de Venezuela que es sostenido por la Casa Blanca y 60 países alrededor del planeta.
La reunión de Fernández y Solá con Claver demuestra que en Washington siguieron con mucha atención las declaraciones del candidato electo en México. La Casa Blanca pensaba que Fernández apoyaba al Grupo Puebla como un balance de poder ideológico destinado a compensar la influencia regional del Grupo Lima. Pero el presidente electo fulminó ese prejuicio geopolítico cuando aseguró que cada país tiene el derecho de elegir su propia hoja de ruta.
Hasta ahora, hay coincidencias entre Fernández y Trump. El presidente electo mantuvo una charla corta y auspiciosa con el presidente americano, y el resultado de esa conversación de 10 minutos se pudo observar hoy en el hotel Camino de Real del Distrito Federal: hasta ahí llego Claver, el asesor de Trump que solo abandona su despacho de la Casa Blanca para protagonizar reuniones importantes.
Claver se dedica asuntos de seguridad regional y maneja una agenda compleja vinculada a Cuba, y Venezuela, y la influencia que tiene Irán, China y Rusia en esos países. Reporta directamente a Trump, y es un jugador con probado protagonismo en el silencioso y secreto círculo diplomático de Washington. Claver es un halcón republicano que opera sin dificultad en el Departamento de Estado, la Organización de Estados Americanos (OEA)y el Grupo Lima.
En este contexto, Claver se transformó en el canal directo que tiene Fernández para sondear las posiciones de Trump en la región. Y a continuación actuar en consideración, ya sea en políticas comunes entre la Casa Rosada y la Casa Blanca, o cada uno con su propia agenda geopolítica.
Fernández y Solá quedaron satisfechos con el almuerzo. Claver les trasmitió que tienen el respaldo de los Estados Unidos, que van a respetar su agenda regional y que continúa en pie el apoyo de Trump cuando comiencen las negociaciones con el FMI.
Fue la última actividad oficial del presidente electo en el Distrito Federal. Fernández llega mañana a Buenos Aires para consolidar la transición, terminar de designar su gabinete y definir sus primeras medidas de gobierno. Asume el 10 de diciembre, en la Casa Rosada.
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