A las 17, sonó el teléfono de Alberto Fernández en sus oficinas de la calle México. Al otro lado de la línea estaba Donald Trump, el presidente de los Estados Unidos. “Felicitaciones por la gran victoria. La vimos por televisión”, comentó el mandatario americano, quien además le transmitió: “(Usted) va a hacer un trabajo fantástico. Espero poder conocerlo inmediatamente. Su victoria ha sido comentada en todo el mundo”, sostuvo Trump según informaron los voceros de Fernández.
A continuación, Trump avanzó en un asunto clave para el programa de gobierno de Fernández. “He instruido al FMI para trabajar con usted. No dude en llamarme”, señaló el presidente de los Estados Unidos. Esta declaración de Trump generó expectativas en el presidente electo, asumiendo que es indispensable tener los votos de la Casa Blanca en el board del FMI para lograr un nuevo acuerdo que permita postergar los pagos del crédito de 57.000 millones de dólares concedidos a la administración de Mauricio Macri.
Cuando Trump terminó de revelar la instrucción que había dado a sus representantes del FMI, Fernández transmitió al presidente americano su intención de mantener “una relación madura y cordial” alrededor de “muchos temas comunes en el marco de una situación compleja en la que Argentina necesita ayuda”.
Y concluyó el presidente electo: “Tenemos que hacer cosas juntos".
El llamado telefónico duró 10 minutos, y junto a Fernández estaban Santiago Cafiero –posible jefe de Gabinete– y el vocero Juan Pablo Biondi. Cada uno de los interlocutores tenía una traductora a disposición, pero al final se utilizó la asesora personal de la Casa Blanca. Cafiero gestionó la entrevista al embajador de los Estados Unidos, Edward Prado, quien se movió con rapidez –es amigo personal de Trump– y logró que llamara a las oficinas de la calle México.
“Fue un diálogo cordial”, comentó a Infobae un asesor de Fernández que estuvo durante la conversación.
La comunicación de Trump –corta y precisa– termina con las especulaciones con respecto a una presunta decisión de la Casa Blanca de tomar distancia del futuro gobierno de Fernández. Trump fue directo al punto para evitar malentendidos: desea mantener a la Argentina como aliado regional y entiende que el principal problema político y económico de Fernández es el volumen de deuda externa que hereda de Macri y su plan de ajuste.
Hace instantes, Felipe Solá –que aparece como probable canciller de Fernández– aseguró que “la llamada de Trump acerca un poco más y echa por tierra los malos presagios”. Aunque se mantiene como un secreto de Estado, Fernández tiene la intención de viajar a los Estados Unidos para tener una reunión bilateral con Trump en la Casa Blanca, visitar el Capitolio, dar una conferencia académica en una universidad americana y entrevistarse con las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Fernández tiene una posición divergente respecto de la de Trump acerca de la situación institucional en Venezuela. El presidente electo cree que Nicolás Maduro debe estar en la mesa de negociaciones para lograr una transición ordenada, mientras que el mandatario americano propone una estrategia que excluye al líder populista en las conversaciones previas a la convocatoria de elecciones libres y transparentes.
Sin embargo, y pese a estas diferencias geopolíticas, Trump auguró que Fernández “va a hacer un trabajo fantástico”, un pronóstico que en su conducta mediática ya es un triunfo diplomático para el presidente electo: Trump echó a funcionarios vía tuit y hasta aceleró la guerra comercial con China a través de sus posteos en las redes sociales.
David Lipton es el representante de los Estados Unidos en el Fondo Monetario Internacional, y el número dos en su board, detrás de la directora gerente Krislalina Georgieva. Lipton responde a las órdenes directas de Trump, y jugó al lado de Mauricio Macri cuando había muchísima resistencia del staff del FMI para ampliar el crédito stand by a favor de la Argentina. Sin embargo, Lipton explicó al staff que la Casa Blanca respaldaba a Macri, y finalmente el stand by se amplió a 57.000 millones de dólares.
“He instruido al FMI para trabajar con usted. No dude en llamarme”, reveló Trump a Fernández. Eso implica que el presidente americano ya instruyó a Lipton para que se pusiera a disposición del presidente electo.
El FMI aún debe desembolsar cerca de 12.000 millones del crédito stand by concedido a Macri, de los cuales 6.400 millones deberían llegar antes de que concluya este año. Si Trump cumple con su palabra, una llamada de Fernández podría destrabar los fondos que hasta ahora le han negado a Macri.
Al igual que lo ha hecho con otros mensajes de jefes de Estado y líderes internacionales, Fernández usó sus redes sociales para hacer referencia a la llamada con Trump y el contenido de su conversación.
“Recibí el llamado de Donald Trump, que me comunicó que instruyó al FMI para que trabajemos juntos para resolver el problema de nuestra deuda. Le agradecí por su importante gesto y le transmití mi intención de mantener una relación madura y cordial con los Estados Unidos”, indica la publicación.
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