María Eugenia Vidal llegó a Balcarce 50 con un sólo objetivo político: respaldar la candidatura de Cristian Ritondo como jefe de bloque de la Cámara de Diputados. Al otro de la mesa, Mauricio Macri avaló la propuesta de la gobernadora bonaerense y la reunión quedó saldada. Después el presidente pregunto por cortesía como había sido la reunión con Axel Kicillof, y Vidal respondió que fue lo que esperaba: diplomático y cordial adentro, crítico y rampante ante los periodistas.
Ritondo es secretario de Seguridad en Buenos Aires y encabezó la lista de diputados nacionales. Si Macri lograba la reelección, Ritondo ocuparía la presidencia de la Cámara baja. Pero Alberto Fernández será presidente, y Sergio Massa será sucesor de Emilio Monzó en representación del Frente de Todos.
Vidal llegó a la Casa Rosada para ratificar un compromiso político que había asumido Macri. La gobernadora no dudaba de la palabra presidencial, pero en Balcarce 50 sus resultados electorales están cuestionados y temía que ese cuestionamiento implicará que su secretario de Seguridad terminara sentado en el fondo del recinto de sesiones.
Cuando el destino parlamentario de Ritondo quedó a salvo, y la reunión agonizaba, Macri preguntó a Vidal acerca de su encuentro con Kicillof, que llegó a La Plata para iniciar la transición formal rumbo al 10 de diciembre. La gobernadora reveló al presidente que Kicillof estuvo cordial y que preguntó sobre todas las áreas de la provincia de Buenos Aires.
Como sucedió con Macri y Fernández, la gobernadora recibió a solas a su sucesor del Frente de Todos. Pero a diferencia del cónclave entre el presidente y el presidente electo, Kicillof abandonó las oficinas de Vidal y cuestionó la administración provincial de Cambiemos como si aún estuviera en campaña electoral.
La reunión entre Macri y Vidal duró cerca de una hora. Tomaron agua mineral y apenas comentaron la situación política del país. Los dos estaban ansiosos por terminar el encuentro, después de asegurar que Ritondo no será perjudicado por una interna en la coalición oficialista que aún no empezó.
Ritondo tendrá poder real: no sólo es avalado por Macri y Vidal, sino que además manejará una bancada de 119 integrantes, la primera minoría en la Cámara de Diputados. El futuro jefe de bloque estará a cargo de todas las negociaciones con el Frente de Todos, que deberá buscar acuerdos con Cambiemos si pretende sancionar las leyes que enviará Alberto Fernández desde la Casa Rosada.
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