Estaba todo pensado. Se había planificado con sigilo y discreción, y con la tranquilidad del triunfo holgado que presagiaban las encuestas. Tras cuatro años de oscuridad, un grupo de trabajadores del Ministerio de Desarrollo Social y Salud pensó que la confirmación de la vuelta del peronismo al Gobierno sería el momento para volver a iluminar el mural del rostro de Eva Perón en el mítico edificio MOP: una celebración, homenaje, acto de justicia y también una provocación a los actuales administradores del inmueble y perdedores en la elección nacional.
El retorno de la Evita iluminada fue celebrado por los peronistas como una reconquista simbólica y diseñado por algunos trabajadores de la cartera dirigida por Carolina Stanley, especialmente los nucleados en la UPCN (Unión del Personal Civil de la Nación); un acontecimiento elucubrado tras el triunfo de Alberto Fernández en las PASO y en respuesta a una decisión del actual Gobierno de mantener a oscuras el mural de Evita ideado por el escultor Alejandro Marmo.
Uno de los trabajadores propuso la idea a sus compañeros y sugirió hacerlo a las 20:25 del 27 de octubre, la hora oficial de la muerte de Eva Perón, ocurrida el 26 de julio de 1952. Pero al momento señalado, los rumores de un resultado mucho más ajustado que el imaginado pausaron la operación. A las 20, los primeros números que llegaron a los teléfonos de quienes estaban escondidos en el edificio de la 9 de Julio esperando el OK para bajar la palanca de las luces daban cuatro o cinco puntos de diferencia entre Alberto Fernández y Mauricio Macri. El partido no estaba terminado. Así que esperaron. Nadie quería cantar victoria anticipadamente.
A las 22:14, cuando la diferencia en favor del Frente de Todos era irreversible y ya se sabía que el presidente Macri saldría a reconocer la derrota, alguien apretó finalmente la tecla de encendido, al tiempo que un grupo de trabajadores y militantes desde la calle gritaban la cuenta regresiva, de 10 a 0.
“Se nos ocurrió dar una señal a partir del triunfo. La señal era la imagen de Eva iluminada, que estuvo siempre apagada”, contó la persona que ideó el plan, quien pidió que se reservara su identidad.
La crítica de los trabajadores y de muchos simpatizantes peronistas era que el actual Gobierno decidió solamente encender las luces que forman la imagen de la bandera argentina, pero nunca hicieron lo mismo con el rostro de Evita, inaugurado en 2011 por la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner.
“Si te ponés a ver, tiene las banderas argentinas abajo y arriba. Cuando las prenden solas no se ve a Eva. Hay un contraste que no te permite verla. La idea era dar un mensaje por el triunfo, dar una señal de que volvíamos y reivindicar la imagen de Eva Perón, que ahí mismo hizo el renunciamiento; su oscuridad para nosotros fue como una metáfora de lo que vivimos los trabajadores de ese edificio”, comentó el trabajador.
El plan no consistió solamente en mantener la idea en secreto. También tuvieron que armar una logística para entrar al edificio MOP el domingo de elecciones, que obviamente estaba cerrado. Y no sólo eso. Según contaron quienes activaron el operativo “Evita iluminada”, el sistema de luces estaba deteriorado por la falta de uso y mantenimiento.
Por lo que los trabajadores acordaron con una empresa que aportó los focos de luz LED y los instaló el sábado, 24 horas antes de las elecciones. El acuerdo fue que quedara encendido el mural de la cara norte, llamado por su autor (quien contó con la colaboración del artista plástico Daniel Santoro) simplemente “Eva”. Es el retrato de la dirigente con el ceño fruncido, que mira desafiante a los poderosos del norte, una interpretación de la famosa foto del “Día del Renunciamiento”, cuando una multitud pidió su candidatura a la vicepresidencia para el segundo mandato de Juan Domingo Perón.
Los trabajadores tomaron la decisión de que fuera esa cara del edificio la que se iluminara “para que la vieran los que fueran a festejar la victoria peronista al Obelisco”. Alguien comentó con cierto humor: “Fue como la batiseñal, el aviso de que estamos volviendo”.
“No queríamos que trascendiera mucho, teníamos temor de que se enteraran e impidieran el ingreso al edificio. Lo mantuvimos en secreto, lo sabían algunas personas pero pedimos que no lo hagan trascender hasta las 21 del domingo, que ya íbamos a estar ahí adentro y tener datos de los resultados”, contó uno de los organizadores.
A las 22:14 entonces Evita volvió a iluminarse y los militantes que fueron a celebrarlo bajo el edificio comenzaron a gritar “Alberto presidente”. A varios kilómetros de allí, en el búnker del Frente de Todos, ubicado en el barrio de Chacarita, sonaba el mismo grito. Muchos dirigentes y militantes comenzaron a recibir y compartir en sus teléfonos dos fotos tomadas por un drone (que ilustran esta nota) de la cara norte, otra vez sobresaliente, estampada sobre la oscuridad de la noche porteña.
Fuentes del Ministerio de Desarrollo Social y Salud admitieron a Infobae que no estuvieron enterados de la operación de sus trabajadores, y a la vez le restaron importancia al episodio. Alguien del Gobierno comentó que no existe una versión oficial sobre por qué prácticamente nunca se encendieron las caras sur y norte de Eva Perón en los cuatro años que duró su gestión.
“Se apagó para ahorrar energía”, comentaron, con la idea descartar la versión de que fue una decisión política o ideológica.
No obstante, hubo algunos momentos en que sí se iluminó. Uno sucedió en un operativo similar al del domingo pero adjudicado a trabajadores del sindicato de Luz y Fuerza cuando se cumplió un nuevo aniversario del nacimiento de Evita, en mayo pasado.
El mural, instalado en el MOP, que desde 2002 es Monumento Histórico Nacional, se convirtió en estos ocho años en un símbolo de la Ciudad de Buenos Aires: una de las imágenes más elegidas por los turistas.
El diseño y la instalación de ambas caras estuvieron a cargo de Alejandro Marmo, quien tuvo la idea de instalar siluetas de la líder espiritual del peronismo y se lo propuso a Cristina Fernández de Kirchner.
El 26 de julio de 2011, en un nuevo aniversario por la muerte de Evita, se descubrió la obra “Eva de los humildes”, que es la del frente sur del edificio. La imagen está inspirada en la tapa de del libro La Razón de mi Vida. Su mirada, su boca y la flor de la solapa representan una Eva solidaria, emblema de la justicia social. Es la Eva que mira hacia el sur postergado, desde donde el 17 de octubre de 1945 llegaron las columnas de trabajadores para respaldar a Perón.
El 22 de agosto del mismo año se descubrió la otra cara, el mural “Eva” de la fachada norte, que da hacia el Obelisco. Los trabajadores que idearon el operativo Evita iluminada recordaron estos días el discurso de Cristina Fernández de Kirchner, cuando presentó la obra de la cara sur: “Eva es un auténtico ícono cultural e histórico de todos los argentinos. Ella fue la más odiada y la más amada, la más agraviada y descalificada, pero la más venerada. Hoy mira eternamente victoriosa a la Historia, con el amor de su pueblo y el reconocimiento, me atrevería a decir, de todos los argentinos”.
Seguí leyendo: