Los camaristas federales Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi confirmaron hoy los procesamientos de la vicepresidenta electa Cristina Kirchner por considerarla coautora del delito de cohecho pasivo en 175 casos. La ex presidenta fue procesada con prisión preventiva en la investigación de la cartelización de la obra pública, una de las causas que se formaron a partir del Caso Cuadernos. Los escritos del chofer Oscar Centeno fueron el origen de esta causa por corrupción en la que la Cámara Federal confirmó hoy algunos procesamientos.
También fueron procesados el ex ministro de Planificación Julio De Vido y el ex secretario de Obras Públicas José López, el financista Ernesto Clarens y medio centenar de empresarios, entre los cuales figuran Ángelo Calcaterra (primo del presidente Mauricio Macri), Aldo Roggio, Carlos Wagner, Juan Chediack, Cristóbal López, Fabián De Sousa y Gerardo Ferreyra. Buena parte de los hombres de negocios procesados por el juez Claudio Bonadio confesaron como arrepentidos haberse beneficiado del sistema de cartelización por el cual se fraguaban las licitaciones y se pagaban coimas. Hubo otros que lo negaron.
Wagner admitió como arrepentido haber organizado el sistema de cartelización con De Vido allá por 2004 en los inicios del kirchnerismo. Clarens reconoció haber sido quien recaudaba el dinero que pagaban los empresarios en pesos. El financista aportó planillas con los pagos que una vez cambiados a dólares o euros le entregaba en bolsos a Daniel Muñoz, quien fuera secretario privado de Néstor Kirchner.
En esta causa fueron llamados a indagatoria más de 100 empresarios por haber recibido obra pública durante el kirchnerismo y aparecer en los listados del financista Clarens. Bonadio dictó los procesamientos el 6 de junio pasado por asociación ilícita y cohecho. Ahora la Cámara Federal confirmó que los delitos existieron pero hizo una diferenciación entre los hombres de negocios. Entendió que no había pruebas para procesar a todos los que habían recibido obras. Y por eso dictó también faltas de mérito. Lázaro Báez y Hugo Eurnekián están entre los beneficiados por la decisión de la Cámara.
Los camaristas Bertuzzi y Bruglia valoraron los dichos de Clarens como arrepentido. Y señalaron: “A partir de las distintas personas que Clarens recordó haber recibido en sus oficinas, el panorama se fue ampliando hasta adquirir proporciones mayúsculas. En sus declaraciones esbozó una cifra tentativa. “Creo que debería pensarse que el dinero que circuló en ese contexto bien pudo llegar a los USD 30.000.000”, fueron sus palabras. Pero al mismo tiempo que la dimensión de casos se fue acrecentando, el imputado aportó también mayores precisiones acerca de su dinámica. Así estableció un primer momento en el que el circuito diseñado se guió por aquellas etapas. Sin embargo, habría existido un segundo tramo, inaugurado a partir del año 2011, en donde la persona que digitaba el ritmo de la recaudación, los montos y el destino era otra. Fue allí cuando José Francisco López –secretario de Obras Públicas– le dijo “…que algunas empresas llevarían dinero para la campaña electoral del kirchnerismo… En esta operatoria, le llevaba el dinero directamente a López a un departamento cerca del Hotel Faena, en Puerto Madero, CABA” . Tal ejercicio se habría de repetir nuevamente dos años más tarde, con igual proceso aunque con un “…movimiento [que] fue de mucho menor volumen que en la operatoria inicial”.
Clarens explicó cómo era el mecanismo de recaudación en su declaración como arrepentido: "Las empresas enviaban a alguien a mis oficinas. Generalmente los propios titulares, o enviaban a alguien de confianza (gerente financieros, contadores u otros). Esas personas me dejaban una suma en pesos con una anotación que indicaba qué habían cobrado (monto y concepto) y cuánto era lo que dejaban, que a veces era el 10% y en otras oportunidades sumas menores ya que aducían que la DNV no les pagaba a ellos… Yo me ocupaba de cambiar los pesos por dólares en el mercado informal, obteniendo por ello una comisión –que era mi ganancia–. Coordinaba luego con Daniel Muñoz para entregarle el dinero, tanto en el hotel Panamericano, donde aquél tenía una habitación –no siempre la misma–, como en el domicilio de la calle Juncal y Uruguay del matrimonio Kirchner en los casos en que fuera una suma más importante”.
Los camaristas destacaron los testimonios de los arrepentidos cuando dijeron: “El núcleo de cada declaración es una pieza fundamental de la investigación. Pero el que sus detalles se reproduzcan con tal nivel de detalle se estatuye en un punto de radical importancia. Cada una en soledad y a la vez, todas ellas integradas, han servido para develar un circuito de corrupción cuya amplitud, sincronismo y fuerza no puede ser eclipsada bajo el reiterado y vacío pretexto de que su reconstrucción habría sido producto de una farsa. La relevancia de los ‘cuadernos’ llevados por el chofer Centeno radica, pues, en haber sido el punto de partida de una investigación que permitió conocer el rostro oculto de este sistema y poner nombre a quienes fueron sus engranajes. Cristina E. Fernández, Julio De Vido, José López, Ernesto Clarens; son figuras que se repiten en esta crónica. Pero aquí se suman nuevos protagonistas: Nelson Periotti, Sandro Férgola y Sergio Passacantando”. Los últimos nombrados por los camaristas son quienes encabezaron al Dirección Nacional de Vialidad durante el kirchnerismo y fueron considerados parte de la maniobra.
Los camaristas dieron por probada la maniobra descripta: se cartelizó la obra pública vial para pagar coimas a los funcionarios. Pero no todos los empresarios formaron parte de la organización. El caso, luego de que Bonadio haga las recomendaciones que le hizo la Cámara para profundizar la investigación, estará en condiciones de ser enviado a juicio oral y público.
El fallo completo