25 años de denuncias contra la corrupción y exabruptos: la vida política de Elisa Carrió

La pieza clave de Cambiemos anunció su retiro

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Carrió en la Cámara de Diputados (Foto: Reuters)
Carrió en la Cámara de Diputados (Foto: Reuters)

Ayer anunció su retiro de la política y hoy renunció a su banca en la Cámara de Diputados. Como casi todo lo que hizo a lo largo de 25 años de carrera política, los dos anuncios de Elisa Carrió acapararon la atención de buena parte del círculo rojo después de unas elecciones que confirmaron los resultados de las PASO y arrojaron a Alberto Fernández como ganador y próximo presidente de la Argentina.

Tras irrumpir en la política argentina como integrante de la Convención Constituyente que reformó la Constitución en 1994, Carrió se instaló como una de las protagonistas de la vida política argentina desde su banca en la Cámara de Diputados, donde disparó contra decenas de dirigentes a los que denunció por distintos casos de corrupción, una de sus principales armas a la hora de hacer política.

Nacida en Resistencia, Chaco, el 26 de diciembre de 1956, Elisa María Avelina Carrió se casó a los 17 años con el ruralista y dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR) Enrique Santos, con quien tuvo un hijo, pero de quien se separó poco después. A los 30 años volvió a contraer matrimonio, esta vez con el abogado Miguel Ángel Benítez, con quien tuvo dos hijos: Victoria e Ignacio.

Mientras estudiaba Derecho en la Universidad Nacional del Nordeste, en enero de 1978, a los 21 años, el entonces gobernador de facto de Chaco, general de brigada Facundo Serrano, la designó mediante un decreto provincial como asesora de la fiscalía de Estado. Luego, dos años después, en 1980, ya recibida de abogada, pasó a la Procuración del Superior Tribunal de Justicia del Chaco como secretaria.

Carrió en la Convención Constituyente (Foto: Carlos Luna - Télam)
Carrió en la Convención Constituyente (Foto: Carlos Luna - Télam)

A mediados de los 90 se metió de lleno en la política partidaria y se afilió a la UCR, partido que la llevó como candidata a integrar la Convención Constituyente de 1994 que tenía el mandato de reformar la Constitución. Una vez electa entre ese grupo de dirigentes, fue miembro de la Comisión Redactora y de la Comisión de Tratados Internacionales.

Tras su paso por la Convención, Carrió ganó una banca como diputada por Chaco en las elecciones de 1995, y desde allí, dos años después sería clave en la aprobación de la ley que le dio jerarquía constitucional a la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

En 1999, ya como parte de la Alianza que llevó a Fernando de la Rúa a la presidencia, Carrió logró la reelección y se posicionó como una de las legisladoras clave del armado oficialista al ser nombrada en la comisión de Asuntos Constitucionales, una de las más importantes del Parlamento.

Fernando de la Rúa (Foto: Télam)
Fernando de la Rúa (Foto: Télam)

Su relación con el radicalismo iba de mal en peor a medida que avanzaba la presidencia de De la Rúa, pero la gota que colmó el vaso para Carrió fue cuando en 2001 el presidente le otorgó “superpoderes” al recientemente nombrado ministro de Economía Domingo Cavallo. “Con la transferencia de estos poderes se va a consolidar cada vez más el Estado mafioso“, dijo en su momento Carrió.

Inmediatamente, junto a un grupo de radicales disidentes y dirigentes peronistas y socialistas, la chaqueña fundó la fuerza Argentinos por una República de Iguales (ARI). Entre otros, formaron parte del espacio el peronista Mario Cafiero y los socialistas Alfredo Bravo y Jorge Rivas (que más tarde sería funcionario de Alberto Fernández en la jefatura de Gabinete), además de dirigentes como Marcela Bordenave, Elsa Quiroz, Eduardo Macaluse, Juan Domingo Zacarías, Graciela Ocaña, Fernando Canteros y Mario Bonacina.

En las elecciones legislativas de 2001, el ARI salió tercero con el 5,01% de los votos, unos sufragios que arrojaron como ganador al PJ con el 35,18%, que quedó por delante de la Alianza, que sumó el 22,19%. En total, el ARI logró ocho diputados, pero en 2002 esa fuerza se disolvería tras una serie de discusiones internas.

Daniel Scioli, Elisa Carrió, Graciela Ocaña y Cristina Kirchner en 2001
Daniel Scioli, Elisa Carrió, Graciela Ocaña y Cristina Kirchner en 2001

El año en el que se precipitaría la crisis que terminó con la presidencia de De la Rúa fue clave para Carrió, ya que en 2001 presidió la comisión investigadora de Operaciones de Lavado de Dinero de la Cámara de Diputados, también conocida como comisión Antilavado. En esa comisión, en la que estaba secundada por Gustavo Gutiérrez y acompañada por Cristina Fernández de Kirchner, Graciela Ocaña, Franco Caviglia, Horacio Pernasetti, Daniel Scioli, Carlos Soria, Margarita Stolbizer y José Vitar, los diputados recibían información del Senado de los Estados Unidos respecto de cuentas bancarias en el exterior de dirigentes políticos argentinos.

Sin embargo, el trabajo de la comisión se empantanó, y sus diez integrantes terminaron presentando cuatro informes distintos. En el suyo, Carrió acusó a Cavallo de lavado de dinero y en una conferencia de prensa junto a Gutiérrez, Vitar y Ocaña declaró: “Nuestra lucha no concluye con este informe, sino que continuará aun a riesgo de nuestras propias vidas”.

La ahora vicepresidenta electa Cristina Kirchner se despegó de las acusaciones de Carrió y aseguró que la chaqueña “involucró a Cavallo y al jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, en operaciones de lavado, pero después el diputado mendocino (Gutiérrez) aseguró que estos funcionarios del Gobierno no tienen relación directa con maniobras de lavado”.

Domingo Cavallo y Fernando de la Rúa (Foto: NA)
Domingo Cavallo y Fernando de la Rúa (Foto: NA)

Carrió luego fue denunciada por Cavallo por falso testimonio y falsificación de documento público. “Lo hice con la convicción de que era documentación verídica y que no podía esconder porque en ese caso incumplía el mandato de funcionaria”, declaró la diputada tras ser acusada por Cavallo.

Entre 2003 y 2005 Carrió no tuvo ningún cargo público, pero en las elecciones compitió con Carlos Menem, Néstor Kirchner, Ricardo López Murphy y Adolfo Rodríguez Saá en unas elecciones presidenciales en las que cosechó el 14,05% de los votos. Al año siguiente fundó el Instituto Hannah Arendt en la ciudad de Buenos Aires, la “base de operaciones” de la Coalición Cívica en territorio porteño y donde se formaron muchos de los hoy dirigentes del espacio.

En el año 2005 volvió a ser candidata, aunque esta vez por la Coalición Cívica y en representación de la ciudad de Buenos Aires. Dos años después volvió a postularse a la presidencia y, en competencia con Cristina Kirchner, quedó segunda con el 23,05% de los votos.

Los dirigentes del ARI Elisa Carrio y Alfredo Bravo (Foto: NA)
Los dirigentes del ARI Elisa Carrio y Alfredo Bravo (Foto: NA)

En 2009, 2013 y 2017 Carrió renovó su banca en Diputados, mientras que en 2011 volvió a intentar ir por la presidencia, aunque esta vez salió última con el 1,82% de los votos y quedó por detrás de Jorge Altamira, Eduardo Duhalde, Alberto Rodríguez Saá, Ricardo Alfonsín, Hermes Binner y Cristina Kirchner, que logró su reelección.

Tras esa derrota, en 2013 Carrió se unió al socialismo santafesino, a un sector del radicalismo y a distintos partidos de centro izquierda de la ciudad de Buenos Aires y fundó UNEN, una coalición de tintes progresistas que tuvo poco tiempo de vida.

Es que en 2015 Mauricio Macri estaba buscando aliados para luchar por la presidencia y, tras lograr un acuerdo con el radicalismo, en ese momento liderado por Ernesto Sanz, el ahora presidente saliente llegó a un acuerdo con Carrió y se conformó la alianza Cambiemos.

En ese espacio, Carrió hizo un último intento por la presidencia, pero perdió en las primarias con Macri, que más tarde se haría con el Poder Ejecutivo tras derrotar a Daniel Scioli en el balotaje de ese año.

Su influencia

La diputada Elisa "Lilita" Carrio corta un trozo de cinta adhesiva para reparar la rotura de una de las patillas de los lentes de lectura en medio del tratamiento de la ley de presupuesto 2019
La diputada Elisa "Lilita" Carrio corta un trozo de cinta adhesiva para reparar la rotura de una de las patillas de los lentes de lectura en medio del tratamiento de la ley de presupuesto 2019

La carrera de Carrió en la política argentina no pasó desapercibida, pero no solo por sus constantes denuncias contra supuestos dirigentes corruptos ni por sus estridentes declaraciones en las que apuntaba hacia propios y extraños.

Más allá de su trabajo en la Convención Constituyente y de su participación en decenas de proyectos, en 2004 propuso una consulta popular para que se aprobara el Ingreso Ciudadano para la Niñez, una especie de antecedente de lo que hoy es la Asignación Universal por Hijo (AUH).

En tanto, Carrió fue clave en la sanción de extinción del dominio real de los bienes provenientes de la corrupción e impulsó en la Cámara de Diputados la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final.

En los años del kirchnerismo en el poder, Carrió ejerció un rol de, por un lado, férrea opositora en el Congreso, y por otro, de comisaria política que denunciaba a diestra y siniestra casos de corrupción. Además, se abstuvo en votaciones clave como las del matrimonio igualitario en 2011, la de emergencia alimentaria en 2019, y votó en contra de la despenalización del aborto en 2016.

Desde su banca en Diputados Carrió también fue clave en la sanción de la Ley Donal, un proyecto que apunta a multiplicar las donaciones de alimentos y que esa comida llegue a quienes más lo necesitan.

En 2016, una causa impulsada por ella llegó a la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata, cuya Sala II, integrada por los jueces César Álvarez, Leopoldo Schiffrin y Olga Ángela Calitri, declaró por primera vez la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción previstos en el Código Penal.

Por último, este año, Carrió quedó envuelta en una investigación por espionaje ilegal a jueces, gobernadores, legisladores, ministros y hombres y mujeres de los medios de comunicación. El juez federal Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Ramiro González están al frente de una profunda investigación sobre el sistema de consultas de la AFIP para esclarecer si funcionarios allegados a Carrió ingresaron al sistema interno del organismo recaudatorio para buscar información sin requerimiento judicial.

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