Río Gallegos vivió un día especial. Por un lado, las elecciones paralizaron la ciudad y por otro lado se recordaron los nueve años del fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner. Su pueblo le ofrendó un regalo electoral: el kirchnerismo recuperó el poder de la capital en una elección que fue voto a voto hasta último momento, con una diferencia que apenas superaba los 500 votos al cierre de esta nota pero con una tendencia irreversible.
Tan profunda fue la dificultad en el recuento de votos, que Cristina Fernández de Kirchner se subió a un avión privado para regresar a la Ciudad de Buenos Aires sin haber accedido a un corte fiel de cómo iba a definirse la elección en su ciudad.
Recién pasadas las 23, el 10% del escrutinio empezó a dar luz sobre una Río Gallegos que se mantenía en un silencio ensordecedor.
A última hora, Pablo Grasso, funcionario de Alicia Kirchner, titular del Instituto de Vivienda provincial, peleaba el principal sillón de la intendencia con la diputada nacional de la UCR, Roxana Reyes, cabeza a cabeza. Finamente sacó la diferencia necesaria y se volvió inalcanzable.
Pablo Fadul, presidente del comité de la UCR de la capital santacruceña, la gran apuesta de la oposición santacuceña terminó tercero en su lema y se constituyó como la gran derrota, junto al ex concejal, Jorge Cruz, espadas fuertes del radicalismo, que deberán dar paso a las nuevas generaciones. Fadul y Grasso, rivales conocidos, ya se habían enfrentado en la elección pasada, en la cual Grasso había ganado en las urnas pero no pudo imponerse por la vigente Ley de Lemas, que le dio el poder al radical, Roberto Giubetich. Ahora, después de mucho tiempo el candidato más votado, obtiene la intendencia, venciendo la imposición de la ley de lemas.
A Grasso, el gran ganador -se impuso con el 70% de los votos dentro de su lema, algo más de 4500 votos- lo traccionaron los votos del ex diputado nacional, Mauricio Gomez Bull, íntimo amigo de Máximo Kirchner y el del joven empresario, ex miembro de la oposición santacruceña, Santiago Gómez, que pegó el salto para apostar por la intendencia: sus votos, que antes estaban del otro lado, marcaron la diferencia .
En el radicalismo, a Reyes la impulsaron dos figuras: Fadul y el concejal, Fabián Leguizamon, afuera de la contienda de los números iniciales pero que terminó haciendo una gran elección por llevar a Macri en su boleta. Junto con Reyes fue una de las dos figuras que se animaron a llevar el nombre del Presidente en su boleta, evidentemente eso, que parecía ser un salvavidas de plomo, los ayudó. Ambos se disputaban el primer lugar dentro del lema radical.
El que se anotó en la elección “para hacer daño”, como dicen en las mesas de café de Río Gallegos, fue el ex gobernador, Daniel Peralta. En agosto fue candidato a gobernador y ahora se anotó a intendente con lema propio y un sublema. Obtuvo poco más de 1000 votos. Su rivalidad con el kirchnerismo es tan grande que jugó sabiendo que podía restarle votos claves al sector del PJ K, pero también al radicalismo.
La historia de Grasso en el kirchnerismo es de vieja data y de lealtad, arrancó con una únidad básica en la elección del 2003 dentro de la juventud kirchnerista del Frente para la Victoria y desde ese momento su pelea por la intendencia fue incansable. Llegó pero sin el voto popular cuando le tocó asumir de manera interina entre 2014 y 2015, está vez se le dio por el voto popular
En lo que se refiere a la pelea por las bancas para el Congreso de la Nación, no hubo sorpresas: el Frente de Todos ratificó el resultado de las PASO y se quedó con dos de las tres bancas que estaban en juego. Así, el vicegobernador, Pablo González, vuelve al Congreso de la Nación: ya fue senador nacional, obteniendo al cierre del escrutinio cerca del 65% de los votos. Lo acompañará, Paola Vessvessian, la actual ministra de Desarrollo Social de la provincia. Aunque su destino es incierto. La banca para la minoría quedó para el actual interventor de YCRT, el radical, Omar Zeidan, que ya había quedado muy golpeado por la derrota de su padrino político, Eduardo Costa, en las elecciones a gobernador. Con este escenario el kirchnerismo recuperó una de las bancas que había perdido en las elecciones de 2017.