Mauricio Macri llegó al búnker de Costa Salguero a las 21:55 y ya tenía en la cabeza tres decisiones concretas para dar de inmediato: hablar con Alberto Fernández, reconocer la derrota electoral ante la militancia de Cambiemos y no dar una conferencia de prensa.
Así cumplió con cada paso en apenas 20 minutos, y ante la opinión contraria de algunos hombres de su gabinete, que le aconsejaban esperar un poco más el conteo de las urnas para ver si podía subir en el resultado final del escrutinio.
“Vamos a definir esto cuanto antes”, dijo cortante un Macri golpeado por la derrota. No dejó lugar para demasiado análisis de los números adversos a pesar de que en el gobierno se mostraban conformes por los 8 puntos que subió Cambiemos respecto de las PASO y la diferencia que quedó de Alberto Fernández. A Macri no pareció convencerlo tampoco ese resultado y se lo vio molesto. Algo de esto tradujo su rostro de cansancio cuando se lo vio subir al escenario.
Fue el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quien en el salón VIP de Costa Salguero se comunicó con Alberto Fernández por teléfono y de inmediato le pasó la comunicación a Macri. Hablaron menos de cinco minutos. “Fue el tiempo suficiente como para invitar a Alberto a un desayuno, antes de que abran los mercados y ponerse de acuerdo en la transición”, dijo a Infobae un allegado a Frigerio.
El ministro del Interior había oficiado de nexo con el Frente de Todos durante toda la jornada. Había hablado con Wado de Pedro y mantuvo un contacto permanente en el día de elecciones más que nada para coordinar el momento en que el Correo empezó a dar a conocer el resultado del escrutinio provisorio.
El Presidente cree que el resultado más ajustado que en las PASO le dará suficiente margen como para realizar una “transición con alta dosis de gobernabilidad”, según graficó un secretario de Estado. En la práctica, la idea de la reunión en la Casa Rosada con Alberto Fernández, es dar una señal positiva a los mercados y arreglar una agenda inicial de transición.
No hay más detalles al respecto.
Apenas Macri arribó a Costa Salguero acompañado por Juliana Awada quiso dar el gesto de reconocimiento de la derrota con Alberto Fernández y no dilatar demasiado la agonía. “Algunos le recomendamos esperar”, admitió un funcionario del gabinete. El escrutinio arrojaba un 85% de los votos contabilizados y en el Gobierno aun se ilusionaban con que Alberto Fernández bajara dos puntos para llegar al balotaje. Nada de esto ocurrió.
Macri optó por hablar con Fernández y de inmediato pasó al escenario con todo su equipo. Hubo por lo bajo críticas a Lilita Carrió, que fue la gran ausente en Costa Salguero. Por eso Macri agradeció abiertamente a María Eugenia Vidal y a Horacio Rodríguez Larreta, a todo su equipo y evitó mencionar a Carrió.
“Agradezco a todos los que me acompañaron con el voto y los que no me votaron. Soy una persona que cree en el diálogo”, dijo ante la militancia que lo esperaba en el gran salón de Costa Salguero.
“Esto recién comienza. Juntos vamos a estar ahí para defender los valores en los que creemos y en cuidar la democracia. Vamos a seguir haciéndolo juntos porque es el compromiso que asumí”, sentenció Macri en una suerte de señal hacia lo que será el posmacrismo aunque sin entrar en detalles.
El Presidente terminó su paso por Costa Salguero cumpliendo lo que definió al llegar allí: no iba a dar conferencia de prensa. Prefirió irse raudamente con Juliana Awada y regresar a Olivos.
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