Uno de los análisis más replicados durante los últimos 30 días de campaña de Mauricio Macri consistió en criticar algunas de sus declaraciones y promesas. Es que muchos de quienes siguieron de cerca la caravana del Sí, se puede por decenas de provincias de todo el país consideraban que el proselitismo de Juntos por el Cambio apuntaba a consolidar un núcleo duro de votantes más que a atraer voluntades indecisas.
Sin embargo, a partir de los resultados del escrutinio provisorio es posible concluir que la campaña de Macri, en la que endureció su discurso tras la contundente derrota de las PASO, no solo lo consolidó como candidato, sino que lo ayudó a sumar más de 2 millones de nuevos votos.
Es que según el escrutinio de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), Macri había logrado el 31,79% de los sufragios, lo que equivale a 8.121.416 votos, y quedó a más de 4 millones de Alberto Fernández, que alcanzó el 47,78% gracias a que 12.204.770 de personas pusieron una boleta del Frente de Todos en la urna.
Ahora, con el 96,22% de las mesas escrutadas en el conteo provisorio, Macri cosechó el voto de 10.393.809 de personas, lo que equivale al 40,44% de los sufragios, e implica que sumó 2.272.393 de voluntades respecto de las primarias.
En el caso del Frente de Todos, el conteo provisorio arrojó que Alberto Fernández logró el 48,03% de los votos, equivalentes al apoyo de 12.345.754 de personas, 100 mil sufragios más respecto de lo que logró en las PASO el ahora presidente electo.
La pregunta entonces es de dónde sacó Macri esos 2,2 millones de votos nuevos. Por un lado, el aumento de la participación (pasó del 76,4% al 80,1%) es un factor importante. Es que en las PASO, Macri pescó votos en una laguna con 25.861.050 millones de personas mientras que en la general el total de votantes fue de 26.352.226.
Por otro lado, cada uno del resto de los candidatos perdieron votos: Roberto Lavagna (Consenso Federal) pasó de 8,15% a 6,17%; Nicolás Del Caño (Frente de Izquierda-Unidad) pasó de 2,83% a 2,16%; Juan José Gómez Centurión (Frente NOS) pasó de 2,62% a 1,71%; y José Luis Espert (Frente Despertar) pasó del 2,16% al 1,47%.
Otro factor clave para Macri fue que triunfó en cuatro de los seis principales distritos del país. Si bien Fernández se impuso en la provincia de Buenos Aires (52,05% a 36,02% con el 94,16% de las mesas escrutadas) y en Tucumán (57,78% a 33,88% con el 99,00% de las mesas escrutadas) con bastante holgura, el postulante de Juntos por el Cambio lo derrotó en Córdoba (61,30% a 29,27% con el 99,16% de las mesas escrutadas), la ciudad de Buenos Aires (52,31% a 35,68% con el 98,58% de las mesas escrutadas), Santa Fe (43,50% a 42,64% con el 99,09% de las mesas escrutadas) y Mendoza (50,02% a 37,83% con el 98,94% de las mesas escrutadas).
Entre estos resultados se destaca lo conseguido por Macri en Santa Fe, donde remontó un déficit de diez puntos porcentuales (44,35% vs 34,31% en favor de Fernández en las PASO) y derrotó al ex Jefe de Gabinete. En Mendoza también sucedió algo similar: en las PASO, Fernández había derrotado a Macri (41,12% a 37,72%) y en las generales Macri venció a Fernández (50,02% a 37,83% con el 98,94% de las mesas escrutadas). En San Luis ocurrió lo mismo: en las primarias Fernández había superado a Macri (45,31% a 34,79%) y en estos comicios Juntos por el Cambio derrotó al Frente de Todos (45,09% a 41,59% con el 97,86% de las mesas escrutadas).
Por último, se registró a nivel nacional una tendencia que mostró a un Macri que mejoró respecto de las PASO ante un Fernández que solo pudo mantener los votos o incluso perdió sufragios. En la provincia de Buenos Aires, Catamarca, Corrientes, Córdoba, Formosa, Jujuy, La Pampa, Chubut, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén, Salta, San Juan, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero, Tierra del Fuego y Tucumán el candidato de Juntos por el Cambio cosechó más votos que en las primarias y Fernández los mismos o menos.
En tanto, los dos principales candidatos aumentaron sus números en la ciudad de Buenos Aires, Río Negro, Chaco y Santa Cruz, mientras que en Entre Ríos fue donde Fernández mejoró y Macri empeoró.
Seguí leyendo: