Lo que sucedió en 2018 fue un antes y un después en torno a la discusión por el aborto legal en el Congreso y a partir de entonces la incógnita parece ser más cuándo será finalmente aprobado por ambas Cámaras ya que se da por descontado que todos los años será presentado un nuevo texto para ser debatido. El año pasado, Diputados lo aprobó por 129 a 125 pero luego la iniciativa quedó trunca en el Senado, donde venció la negativa 38 a 31.
En 2019 la norma se volvió a presentar pero debido a la parálisis parlamentaria por el año electoral la discusión no llegó ni a empezar. A pesar de esto, el colectivo de mujeres realizó una importante movilización frente al Congreso y con la cabeza puesta en el 2020 lograron por primera vez que los espacios políticos consideren esta variable a la hora de armar las listas de candidatos tanto a diputados como a senadores.
Sin dudas, el año que viene la legalización será un tema y hay quienes se entusiasman en que podría aprobarse. ¿Los motivos? Alberto Fernández mostró una postura claramente a favor de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), algo que muchas militantes de la causa nunca le atribuyeron a Mauricio Macri, a pesar de haber sido el primer presidente en impulsar el debate. De hecho, el jefe de Estado se pronunció “a favor de las dos vidas” recientemente en un acto en Menoza.
El otro punto para entusiasmarse es la holgada victoria que obtuvo el Frente de Todos en todo el país en las PASO. De repetirse en las generales, el kirchnerismo logrará más bancas de las que se estimaban en un principio, cuando las encuestas predecían una elección más reñida, y esto significa que habrá más diputados a favor de la ley.
Y, por último, el hecho de que Cristina Kirchner pase a ser presidente del Senado en reemplazo de Gabriela Micetti, ferviente militante celeste. La ex presidente, compañera de fórmula de Alberto Fernández, votó a favor de la norma en 2018 y mantendrá su postura. Pero ahora tendrá una mejor posición de poder para negociar y sumar voluntades. Si bien este es un tema en el que cada legislador vota por su cuenta, la unidad del peronismo, sobre todo en la Cámara alta, puede encarrilar la discusión.
Sin embargo, a pesar de todo esto, a la hora de la verdad lo importante son los números. Y una proyección sobre cómo quedarán ambas Cámaras permite concluir que la IVE continúa con chances en Diputados pero que aún le costaría avanzar en el Senado.
En la Cámara baja quedarían 110 diputados a favor, 102 en contra y 45 indecisos. Por su parte, en la Cámara alta habría 36 en contra, 33 a favor y 3 indecisos. A priori, el resultado final sería el mismo que en 2018, pero el dato a resaltar es que se achicaría la brecha en el Senado.
Con respecto al proyecto que se debatiría, todo indica que será muy parecido al último presentado ya que este tomó las modificaciones que se hicieron en la discusión de 2018 y además agrega conceptos que buscan contemplar todas las situaciones y dificultades que se enfrentan a la hora de realizar una interrupción del embarazo.
Una de las modificaciones fue en el sujeto que contempla la ley. Ahora es “toda mujer u otras identidades con capacidad de gestar” las que tendrán el derecho a una IVE. Y se mantiene que se puede acceder " hasta las catorce (14) semanas, inclusive, del proceso gestacional".
También realiza una equivalencia entre “interrupción voluntaria del embarazo” y “aborto” y se refiere a “saluda integral” del modo en que lo hace la Organización Mundial de la Salud (OMS): un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones y enfermedades.
Sobre la posibilidad de abortar pasadas las 14 semanas se mantiene el derecho hacerlo si el embarazo fuera producto de una violación -con el solo requerimiento y la declaración jurada de la persona ante el/la profesional o personal de salud interviniente- y si estuviera en riesgo la vida o la salud integral de la mujer o persona gestante.
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