“Un día me llamó Cristina y me dijo: 'Alberto, es tu turno”. Alberto Fernández cerró la campaña nacional en Mar del Plata junto a su compañera de fórmula, la ex presidenta Cristina Kirchner, y recordó en una oración el momento en que pasó de ser un dirigente que trabajaba para unir al peronismo y se convirtió en el candidato a presidente de la fuerza política opositora más importante del país. “Uno que es un militante se sacó el saco del que operaba por la unidad y se puso el saco del que tiene que conducir este tiempo”, afirmó.
El acto de cierre se llevó a cabo en la rambla que está detrás del Casino de Mar del Plata. Frente al mar y acompañado por un grupo de gobernadores del PJ que estuvieron arriba del escenario principal, el candidato a presidente del Frente de Todos le pidió a la militancia “poner dentro de las urnas la boleta completa” para que “la Argentina que queremos sea una realidad”. Fue la forma de respaldar a la candidata local, la diputada nacional Fernanda Raverta, quien abrió el último acto antes de las elecciones.
“Como dijo (Raúl) Alfonsín, vamos a aplicar la ética de la solidaridad. A aquel que se cayó del pozo vamos a tenderle la mano para que vuelva a estar con nosotros”, indicó Fernández durante su discurso de cierre, para luego apuntar contra el Presidente de la Nación y asumir el compromiso de luchar contra la pobreza desde el inicio de su posible gestión. “Desde el primer día vamos a ocuparnos de sacar del lugar en el que han quedado a los 5 millones de pobres que Macri ha dejado”, afirmó.
El candidato peronista aseguró que en cada discurso que brindaron durante la campaña, “firmamos un contrato moral y ético para ser una Argentina que atienda a los olvidados". “Hemos visto cerrar 43 pymes por día y que miles de argentinos pierdan su trabajo”, sostuvo Fernández, y luego dijo: “Todo eso pasó con un gobierno que no tuvo ningún empacho en dejar que los bancos se enriquezcan mientras toda la Argentina se empobrecía”.
En dos momentos del acto a Fernández se le llenaron los ojos de lágrimas. El primero fue cuando Raverta pidió “homenajear a Néstor Kirchner el domingo cuando vayamos a votar" y el segundo cuando Cristina Kirchner recordó su rol clave en el gobierno de su esposo: “Alberto fue el jefe de Gabinete del proyecto político que les devolvió la dignidad a los argentinos en el 2003, del gobierno que le pagó al FMI la deuda que arrastrábamos desde 1957 y el del que comenzó a reconstruir el salario”.
La ex mandataria aseguró que las candidaturas de Axel Kicillof y Fernanda Raverta configuran una renovación política y dijo que ambos legisladores “no sucumbieron cuando se había instalado el neoliberalismo de la Argentina”. En ese momento empezaron los silbidos y los insultos para Mauricio Macri. Cristina Kirchner los frenó. “No hay que silbar, ni gritar, ni insultar. Hay que votar”, afirmó.
“No estamos cerrando una campaña electoral, estamos cerrando un ciclo histórico que debe hacer que la patria no vuelva a caer en manos del neoliberalismo”, precisó Cristina Kirchner en el tramo final de su participación. Y, finalmente, agregó: “Queremos evitarles el dolor a los argentinos y por eso estamos todos juntos aquí. Nunca más a estas políticas”.
El candidato a gobernador del Frente de Todos, Axel Kicillof, también tuvo su tiempo. “Hoy podemos decir que fracasó el neoliberalismo en la Argentina. Buscaban una forma de vida basada en el egoísmo”, indicó. En esa línea, amplió: “Argentina, la provincia de Buenos Aires y Mar del Plata no quieren un proyecto individual. Quieren un proyecto colectivo y solidario. Y un gobierno que esté a la altura”.
Kicillof apuntó contra los intendentes de Cambiemos que después de las PASO evitaron hacer campaña junto a María Eugenia Vidal y Mauricio Macri. “Ahora se dedican a esconder al Presidente y la gobernadora como si cada uno fuera de un partido vecinalista”, afirmó. Luego, miró hacia atrás, donde estaban los gobernadores del PJ, y dijo: “Acá estamos todos. No tenemos que esconder a nadie”.
La candidata a conducir el municipio de Mar del Plata, Fernanda Raverta, también les dejó un mensaje a los militantes. “Tenemos un enorme entusiasmo en lo que va a pasar el 27 de octubre. Ese entusiasmo radica en saber que hubo un 9 de diciembre cuando Cristina nos dejó el legado del empoderamiento ciudadano”, señaló. En ese sentido, afirmó: “No hay mayor poder que poner en las urnas nuestras ilusiones, que en cada voto esté nuestra voz y ponerle fin a este tiempo de retrocesos y frustraciones”.
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