El ‘kicimóvil’ como llaman al auto con el que Axel Kicillof recorrió la provincia de Buenos Aires hará dos viajes más antes del inicio de la veda electoral. Esta tarde el candidato a gobernador llegará a La Plata en el coche modelo 2011 que hace pocos días tuvo que hacer un parate e ir a boxes. En Av. Iraola y Av. Centenario, epicentro del Paseo del Bosque, cerrará su campaña con Cristina Kirchner, candidata a vicepresidenta que llegó ayer al mediodía de Santa Cruz; con Verónica Magario, su candidata a vice, y con la candidata a intendenta Florencia Saintout que ayer tuvo un acto con Alberto Fernández en la Facultad de Psicología.
Mañana el Renault Clio hará su última parada, llevará a Kicillof hasta Mar del Plata, sede del cierre nacional con la fórmula presidencial completa, la dupla bonaerense y los candidatos de General Pueyrredón, con la diputada Fernanda Raverta como líder local.
Para Kicillof será la quinta vez en la ciudad de las Diagonales en esta campaña. Para Cristina Kirchner, la segunda.
Hasta las PASO, la estrategia en el Frente de Todos fue dejar a la mayoría de los precandidatos “sin tierra” batirse entre ellos sin interferencias visibles y luego sí hacer campaña con el ganador o la ganadora para facilitarles la contienda con los intendentes de Juntos por el Cambio. La Plata fue uno de los casos, como Lanús.
La Plata no es sólo la capital provincial. Es la Ciudad que el peronismo perdió en 2015 en manos de Julio Garro, de Cambiemos, que a pesar de las críticas a su gestión fue convalidado en las urnas en el 2017 cuando en las Legislativas volvió a ganar el macrismo. El 11 de agosto la ecuación se invirtió. El Frente de Todos presentó cinco candidatos en las PASO que sumados tuvieron poco más de 47 puntos. Garro llegó a 37,7 aunque a nivel individual se impuso por el doble de votos frente a Saintout. Para arrebatarle el municipio la ex decana de la Facultad de Comunicación debe lograr el respaldo de los que votaron por sus cuatro adversarios internos y apostar a que no haya corte de boleta y la beneficie el efecto arrastre que generan los Fernández y Kicillof.
Hace unos días el candidato a gobernador pasó también por Berisso y Magdalena, entre las tantas recorridas de la zona, como también pasó María Eugenia Vidal con Garro. No llegó en cambio la caravana del #Sísepuede de Mauricio Macri. Es un dato.
Kicillof ya había estado en territorio platense cuando su candidatura era apenas una posibilidad, los intendentes del PJ querían a alguien propio y la unidad del peronismo parecía una tarea casi imposible. Arrancó allí en noviembre de 2016 con un acto en la Plaza San Martín. Al año siguiente presentó el libro Endeudar y Fugar de Eduardo Basualdo y el suyo propio, Radiografías, el 6 de agosto de este año y en la misma Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata donde ayer estuvo el candidato a presidente, Alberto Fernández, con Florencia Saintout.
Gran parte de los dirigentes esquivaban la capital provincial para evitar jugarse por alguno de los cinco precandidatos, incluso Fernández que tenía allí a Federico Martelli, del Grupo Callao y a su amiga del mismo grupo Victoria Tolosa Paz. Pero Kicillof dijo que si quería ser gobernador de la provincia debía ir a La Plata y para evitar herir suceptibilidades fue con su libro, al mejor estilo CFK, y dio una charla acompañado por el sindicalista del gremio docente Roberto Baradel y por la ex ministra de Economía bonaerense Silvina Batakis.
Kicillof volvió después de las PASO a un encuentro organizado por el presidente del PJ provincial, el intendente Fernando Gray. El evento incluyó a Sergio Massa, que hoy también lo acompañará tras haber hecho ayer el cierre de la Primera Sección Electoral con los intendentes en Malvinas Argentinas, y a varios integrantes de la lista de candidatos a diputados nacionales. Fue una sesión de fotos y una mega reunión organizada, como otra que tuvo de anfitrión a Alberto Fernández, para que Kicillof y los intendentes empezaran a hacerse amigos.
El primero que había cedido y aceptado al ex ministro de Economía y hoy diputado nacional había sido Martín Insaurralde, el que más chances había tenido de ser el candidato a gobernador. Las encuestas favorecían al ex funcionario nacional que vive en Parque Chas pero que prometió no solo tener el domicilio en Buenos Aires, sino mudarse del otro lado de la General Paz con toda su familia. Y prometió además que pasará más tiempo en La Plata, sede del Gobierno provincial, que en las oficinas de Capital que tiene la gobernación.
Kicillof, además de ser el que mejor medía en las encuestas (lo que quedó demostrado en las PASO cuando venció a María Eugenia Vidal) fue siempre el favorito de Cristina Fernández que compartió en campaña tantos casi actos con él como con el candidato a Presidente. También el de su hijo Máximo Kirchner que tejió con los intendentes, con Insaurralde como interlocutor, un vínculo que allanó el camino para cuando la ex presidenta tomó la decisión de ponerlo al frente de la batalla bonaerense. Insaurralde fue el primero en enterarse cuando Alberto Fernández y Cristina Fernández lo recibieron en el Instituto Patria. También habló con él Máximo Kirchner y fueron con Eduardo ‘Wado’ de Pedro quienes armaron las listas de candidatos a diputados nacionales y diputados y senadores provinciales en las negociaciones con el massismo tras el acuerdo de unidad y la conformación del Frente de Todos.
Esta tarde a partir de las 17, cerrarán el círculo local, aunque la última vuelta la darán en La Feliz con Fernández como el gran protagonista. Lo acompañarán los intendentes bonaerenses, más y menos cercanos, ahora con la convicción de que se puede alinear el gobierno nacional, con el provincial y sus municipios. Y seguirán esperando hasta el lunes 28 cuando se empiece a hablar, si se confirma el resultado de las PASO, sobre los planes de Kicillof para la provincia y sobre cuál sería su gabinete.
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