Sin la euforia del primer debate realizado en Santa Fe, Alberto Fernández se fue conforme de la Facultad de Derecho, su facultad, en el segundo cara a cara con el resto de los candidatos presidenciales. En esta oportunidad quiso señalar las diferencias con Mauricio Macri, principalmente respecto al hambre y la pobreza que creció durante su gestión, y buscó exponerlo como un miembro del “clan Macri” que benefició a su familia y a sus amigos en el ejercicio de la gestión, algo que le valió un fuerte entredicho con el Jefe de Estado.
Pero Fernández intentó correrse del rol que tuvo sobre el escenario una semana atrás: tal como anticipó Infobae, bajó el tono y buscó mostrarse a sí mismo por sobre la grieta, con un diagnóstico crudo pero con un mensaje de esperanza. Por eso la cita a “La Cigarra”, de María Elena Walsh, en el comentario final, y la difusión en las redes de ese momento por parte de su equipo de trabajo, subtítulos incluidos. Convocar a todos los sectores a poner a la Argentina de pie será el eje de los últimos e intensos días de campaña.
Fernández hizo una evaluación positiva sobre su desempeño aun cuando no cree en un formato que no permite debatir sino solo hacer exposiciones. “Estuvo más agresivo”, reconoció el candidato del Frente de Todos sobre Mauricio Macri, a quien la semana pasada arrinconó con una táctica ofensiva. Repetirla podría haber sido un exceso, especulaban algunos en su entorno amén de haber defendido su dedo índice como gesto. Esta vez, sin embargo, lo levantó mucho menos.
Tras el saludo final, particularmente frío con el Presidente, bajó del escenario y preguntó a varios de sus amigos y dirigentes políticos cercanos si les gustó el debate. “Muy bien”, le respondieron sobre su desempeño y reconocieron que quedó a la defensiva en medio del fuego cruzado que propusieron Macri y el economista José Luis Espert. Coincidieron en verlo más calmo y firme en su diagnóstico sobre economía, pobreza y hambre, y parado más como presidente que como un candidato mientras que vieron a Macri como si él fuera el opositor.
Ese entorno fue encargado de replicar los datos del Presidente como, por ejemplo, las estadísticas de seguridad, los casos de corrupción y el peso de los créditos UVA. Uno de los voceros fue Sergio Massa. “Alguien que tiene 115 causas judiciales intenta ponerle ese sombrero a una persona como Alberto Fernández que se fue del Gobierno sin una causa en tribunales”, afirmó el ex intendente de Tigre. Felipe Solá, Fernando “Chino” Navarro, Juan Cabandié y Leandro Santoro hicieron declaraciones en la misma línea, mientras que Daniel Arroyo apuntó al principal tema en el que trabaja que es la cuestión social.
“Macri se entrenó para el ataque y mintió otra vez con sus datos”, fue uno de los comentarios en la fila albertista. “Es otro Macri, un Macri que vino a buscar pelea. Alberto en cambio vino a decir la verdad”, señaló un importante dirigente a Infobae mientras se iba rápido a su casa porque hoy tenía que madrugar para acompañar a Fernández en sus recorridas por Olavarría y Bahía Blanca, dos ciudades gobernadas por Cambiemos.
“Lo importante es que se va Macri”, celebró en forma anticipada un amigo del candidato que prefirió verlo por televisión, aunque reconoció que entre el desempeño del Presidente y la campaña del #Sísepuede, el oficialismo podría recuperar algún punto el próximo domingo. “Pero no habrá balotaje”, vaticinó de manera contundente.
Fernández comenzó la jornada post-debate temprano: acompañado por Sergio Massa irá a Olavarría y Bahía Blanca. La agenda se completa con su visita el miércoles 23 a Resistencia donde hará un acto de cierre para el norte junto con los gobernadores del NOA y NEA, con la convicción de que puede ampliar la ventaja en distritos donde, como en Misiones, los gobernadores electos se impusieron por un margen muy superior al propio. El jueves 24 será el sprint final, el cierre de campaña en Mar del Plata.
En la cena del domingo, en una parrilla con sus colaboradores más cercanos, el equipo que lo acompaña en México 337, entre ellos Santiago Cafiero, Juan Manuel Olmos, Eduardo 'Wado’ de Pedro, Felipe Solá, Juan Courel y Juan Pablo Biondi y el resto de la mesa que trabajó en la preparación del debate y también su pareja Fabiola Yáñez, se terminó de definir el tono que tendrá el candidato en el tramo final de la campaña: mostrar responsabilidad y transmitir esperanza. “Que ellos se queden en la grieta”, concluyeron.
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