“Acompaño a la fórmula presidencial, y hay que acompañar a María Eugenia Vidal. ¡Los de Cambiemos que estén usando el corte de boleta en la provincia de Buenos Aires se llaman traidores!”, se despachó Elisa Carrió a los gritos, y el auditorio la ovacionó.
Incómodo, Horacio Rodríguez Larreta fue el único que no aplaudió, y aprovechó el griterío para darle un sorbo al vaso de agua.
“¿A quién se refirió cuando habló de traidores y del corte de boleta?”, le preguntó Infobae a la líder de la Coalición Cívica un rato después, en un breve cruce detrás del escenario, mientras el lugar empezaba a vaciarse. “Conurbano”, respondió la diputada, seca.
“¿Intendentes?”, insistió este medio. “Conurbano”, repitió Carrió anoche, en el día de la Lealtad, y se perdió entre sus custodios y los colaboradores que la acompañaban.
No quiso dar nombres. Pero los intendentes del PRO del Gran Buenos Aires desplegaron desde la debacle electoral del oficialismo en las PASO una agresiva estrategia para tratar de retener sus distritos, una maniobra que obligó a Mauricio Macri hace casi un mes a convocarlos uno por uno, a solas, a su despacho de Casa Rosada.
Algunos de esos jefes comunales ya hablan abiertamente de “posmacrismo”, un proyecto que incluye a Rodríguez Larreta como uno de los principales referentes.
A diferencia del acto partidario de hace algo más de diez días en Club Aráoz, en Palermo, en el que por ejemplo apuntó directamente contra Rogelio Frigerio -"nos entregó en toda la Nación", había dicho sobre el ministro del Interior, al vincularlo, de nuevo, con el PJ-, Carrió avisó anoche que esta vez no metería la pata. Aquella noche, tuvo que intervenir el propio Macri, por primera vez, para defender al funcionario: “Confío en él, todo lo hizo bajo mi conducción”.
“Yo meto la pata pero digo la verdad”, aclaró “Lilita” en la noche de ayer, enseguida, ante un grupo de diputados del PRO, los principales dirigentes de la Coalición Cívica y cientos de fanáticos, en su mayoría de la tercera edad, en El Teatro del barrio porteño de Flores, en el que hace unos días tocó la banda de rock La 25 y en el que dentro de dos fines de semana hará lo propio Divididos.
A poco más de una semana de las elecciones, y a menos de 48 horas del acto en el Obelisco, Carrió volvió a desplegar su carisma para arengar a sus simpatizantes. “La Coalición Cívica es un milagro. No se depriman algunos del PRO, nosotros pasamos del 1,8, al 34. Uno tiene que acostumbrarse a la adversidad, porque la adversidad te fortalece, te da dignidad, y si no hay batalla, ¿para qué? Ellos caminan creyendo en la victoria, nosotros vamos camino al triunfo definitivo de la República”, vociferó.
Y desplegó todo su repertorio. “Ahora hay algunos en la Nación que dicen ‘ya perdimos, ¿qué vamos a hacer? Tenemos miedo’", remarcó, y se refirió, sin menciones, a los que “ya se acomodaron”: "Eso es lo peor, son acomodaticios”, agregó.
“Yo recorrí toda la Nación, no saben el afecto, cuando lo llamé a Macri le dije ‘mirá, ¡esto está divino!’. Yo no sé por qué tienen miedo. Solo tienen miedo los cobardes. Para mí es la gloria o Ezeiza, y Ezeiza también es mi gloria, porque Dios entra en Ezeiza”, dijo. “Cuando los pueblos construyen con esfuerzo, los funcionarios dejan de tener soberbia. Y cuando los pueblos construyen con esfuerzo dejan de volverse volátiles. ¡Prefiero una minoría del 35 que sea un tronco a una mayoría volátil del 60 que se da vuelta todo el día!”, volvió a forzar la voz para el delirio de la platea.
“Nos shockea la falta de éxito. Tenemos que terminar con las internas entre nosotros, buscar la decencia, y para convocarlos yo le creo a este Presidente, sé lo que pasó, y soy dura. Tampoco creo que mejoremos por el acto mágico económicamente, no lo voy a decir. No va a ser así. Pero va a ser. Y lo importante es que sea”, insistió Carrió.
Y usó unos minutos para hablar de feminismo, después del encuentro multitudinario del fin de semana en La Plata. “No me corran por izquierda. Ni muchas feministas ni muchos de derechos humanos, porque si hoy se condena a los violadores es por nuestra reforma del 97. Y si hoy han bajado los abortos es por nuestra ley de salud reproductiva. A los machos no los quiero, ni mujeres ni hombres. El macho cruel puede ser una mujer también. Yo tengo el deber de decirles en nombre de ser la primera candidata a presidente mujer, que tuvo los primeros cargos parlamentarios de las presidencias importantes como mujer, que tenemos dos tercios de mujeres en representación en el Parlamento, que es la dignidad y la diferencia lo que nos caracteriza", lanzó primero.
Y siguió. "Yo no quiero ser hombre, no quiero dejar de pintarme las uñas, no quiero mostrar tetas caídas frente a la Catedral. Y eso no significa que nos convirtamos en machos crueles, agresores y violentos. Eso no es feminismo, eso es violencia”, lanzó en alusión al grupo de mujeres que se manifestó frente a la Catedral platense en reclamo por las históricas posturas de la Iglesia, antes del multitudinario y pacífico evento.
El martes, Carrió había participado junto a Macri y Vidal en Pergamino, provincia de Buenos Aires, de la convocatoria bajo el lema “Sí se puede“ -la semana próxima irá a Rosario y Mar del Plata-, que tendrá el sábado su epicentro en torno al Obelisco. La "Marcha del millón”, como la bautizaron, aunque los responsables de la organización esperan algunos cientos de miles de personas menos. Arriba de 100 mil asistentes ya lo consideran un éxito.
La última vez que los tres se habían mostrado juntos arriba de un escenario fue en la noche del 11 de agosto, tras el shock electoral por las derrotas del Presidente y de la gobernadora en manos de Alberto Fernández y Axel Kicillof, respectivamente.
Después, la líder de la CC pasó a integrar la Mesa de Acción Política que debutó una semana después de las primarias y cuya influencia, si es que la tuvo, empezó a diluirse con el fragor de la campaña. Ese ámbito se diagramó tras la salida de Nicolás Dujovne y la entrada de Hernán Lacunza al gabinete, y tras el desayuno que el sábado 17 de agosto compartieron Macri, Marcos Peña, Vidal y Rodríguez Larreta en la quinta “Los Abrojos”. Un encuentro tenso en el que, según fuentes oficiales, el jefe de Gobierno y la gobernadora pidieron la cabeza del jefe de ministros.
Cuarenta y ocho horas después, en Olivos, el Presidente sentó a su lado a Carrió, su principal socia, y aliada de Peña. Según confiaron, como una forma de mostrar robustez ante el embate interno contra la investidura presidencial y la de su jefe de Gabinete.
Hacia fin del año pasado, y en los últimos meses antes de las PASO, desde el entorno de la diputada tracendió que había empezado a completar los papeles para su jubilación.
Agotada, Carrió había imaginado un paulatino retiro una vez que Macri hubiera conseguido la reelección, a punto ahora de escurrirse de sus manos.
La debacle electoral de agosto obligó a la líder de la CC a ubicarse de nuevo en la trinchera. Para apuntalar al votante duro, que el sábado planea desbordar la avenida 9 de Julio, una movilización de la que Rodríguez Larreta espera beneficiarse, obsesionado con evitar el balotaje. “Estamos descontando, estamos muy cerca de ese empujón final. Vamos a tener un empujón grande seguro el sábado”, subrayó anoche el jefe de Gobierno en Flores.
La principal inquietud, en ese sentido, es qué hará Carrió después del 10 de diciembre si finalmente el Frente de Todos gana las elecciones. ¿Qué hará su bloque, conformado por entre 14 y 15 diputados, de acuerdo a los resultados de las PASO? Dependerá, en parte, de lo que haga Macri. Y los socios que todavía integran la coalición de gobierno.
Vidal, por quien “Lilita” pidió el voto insistentemente en estos días, dio en la apertura del coloquio de IDEA, en Mar del Plata, una pista de cómo planea plantarse después del 10 de diciembre. “El futuro es sin grietas”, dijo, y fue aplaudida con ganas por parte del círculo rojo.
La gobernadora planea sentarse después de fin de año en una mesa junto a Rodríguez Larreta, Martín Lousteau y otros dirigentes que aún forman parte, al menos en los papeles, del oficialismo, como Emilio Monzó -enemistado, de todos modos, con la mandataria bonaerense -y Alfredo Cornejo. Uno de ellos bautizó a ese hipotético espacio como “la mesa de los moderados”.
“Hoy es un acto de la Coalición Cívica para que no se olviden nunca que dentro de dos años la Coalición existe. Porque hay algunos, sobre todo de otros partidos, que creen que yo desaparezco. Y yo no estoy muerta, estaba de parranda, así dije en el 1,8%. Nadie creía en mí, era una leprosa y miren ahora lo espléndida que estoy”, avisó ayer por la noche.
A Carrió nunca le gustó la moderación.
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