Como ha sido habitual durante esta etapa de la campaña, Mauricio Macri brindó un reportaje a una radio local antes de desembarcar con la caravana del #SíSePuede. Esta vez, la entrevista fue concedida a la FM 104,7, de Chaco, provincia que visitará esta tarde.
En diálogo con el periodista Julio Wajcman, el jefe de Estado aseguró que su único interés es ayudar a los argentinos. “A mí no me mueve la fama, ni el dinero ni el poder; yo quiero ayudar a que encontremos nuestro lugar”, planteó. Y agregó: “Yo estoy dispuesto a seguir dando la vida por ustedes”.
Más allá de estas expresiones de deseo que ha repetido en diversas oportunidades en sus últimas apariciones públicas, Macri dio una definición económica sobre un planteo que realizan diversos especialistas para un eventual segundo mandato. Consultado por la posibilidad de una dolarización de las finanzas argentinas, contestó: “No podemos resignarnos a no tener nuestra moneda”.
Y desarrolló: “Dolarizar la economía nos generaría muchas rigideces, mucha incapacidad de tener una política económica sana a la luz de lo que nos pasó; entiendo que algunos piensen que es una alternativa porque hemos sido como un alcohólico recurrente con la inflación”.
En ese contexto, el jefe de Estado aseguró que la pobreza será su prioridad en caso de ganar las elecciones. “Sigue siendo mi objetivo para mi segundo gobierno, es un tema estructural que arrastramos hace 30 años y antes de la crisis del año pasado habíamos logrado llegar a la pobreza más baja de los últimos 25 años”, aseguró.
En el debate presidencial de 2015, Macri había pedido que su gobierno sea evaluado por el descenso del índice de pobreza. En los dos primeros años, logró una reducción ese indicador hasta el 25,7 por ciento. Sin embargo, la crisis cambiaria y económica que se inició a principios de 2018 volvió a disparar la tasa hasta 35,4% en el primer semestre de 2019. Los analistas vaticinan que Cambiemos terminará su gestión en diciembre con una pobreza cercana al 38 por ciento.
Según datos disponibles, Carlos Menem asumió en 1989 con una pobreza en el Gran Buenos Aires de 47,3 por ciento. Dejó el poder, en 1999, con una tasa de 26,7 por ciento. El último indicador oficial del gobierno de Fernando De la Rúa, difundido meses antes de su renuncia, fue de 35,4 por ciento. Eduardo Duhalde le dejó el gobierno a Néstor Kirchner con 51,7% de pobreza. Antes de la intervención del Indec, en el segundo semestre de 2006, la pobreza era de 26,9 por ciento.