La investigación sobre el patrimonio del ex juez Norberto Oyarbide acaba de sufrir una nueva demora y sigue deambulando en los despachos de Comodoro Py. El expediente cambió de juez. Es el segundo sacudón en apenas seis meses. Pero la investigación sigue a cargo del fiscal Jorge Di Lello, que ahora sí se encamina a pedir su indagatoria luego de darle varias oportunidades para que justifique su patrimonio. Oyarbide hizo caso omiso a todos los requerimientos judiciales.
La causa judicial arrancó en octubre de 2016, por una investigación preliminar del fiscal José María Campagnoli.
Con la renuncia del juez Sergio Torres, ahora en la Corte bonaerense, el caso pasó a manos de Rodolfo Canicoba Corral. Pero en los últimos días, el magistrado se excusó argumentando que él mismo había pedido el juicio político de su ex colega en 1999, en medio del escándalo Spartacus, pudo saber Infobae de fuentes judiciales.
En aquel momento, Canicoba Corral acusó a Oyarbide de haber utilizado su puesto y sus contactos para proteger, a cambio de dinero y servicios gratuitos, al prostíbulo Spartacus. La resolución incluyó el procesamiento de Luciano Garbellano, que trabajaba en Spartacus y supuestamente era el que pagaba las coimas.
En ese entonces, el ahora ex juez federal estaba suspendido y esperaba una decisión del Senado. Finalmente, Oyarbide logró esquivar el juicio político en aquella sesión recordada del 11 de septiembre de 2001.
El expediente contra Oyarbide pasó a manos del juez Julián Ercolini, que está de licencia y todavía no pudo acceder a la causa.
La situación de Oyarbide es compleja porque ya se venció el último plazo que le había otorgado el fiscal Di Lello para que justifique su patrimonio. El ex juez nunca contestó y lleva casi un año esquivando a la Justicia.
En cambio, su ex pareja, Claudio Blanco, se presentó en Tribunales y pidió la designación de un defensor oficial. Y el empresario Ariel Roperti, también acusado de ser un testaferro, hizo una presentación parcial.
La ex mujer de Roperti, Martha Cavallaro, relató ante la Justicia que su ex conoció a Oyarbide en una suerte de reservado del restorán “El Mirasol Campo & Mar”, y que a partir de ese momento su posición económica mejoró de manera ostensible.
Roperti acompañaba a Oyarbide en sus viajes por exterior. La Justicia investigó más de 30 viajes de los últimos diez años (son al menos 60 vuelos). El destino preferido del ex juez era Estados Unidos. Pero también se sucedieron viajes al Caribe, Uruguay y varias capitales de Europa.
La hipótesis de la investigación siempre apuntó a un entramado de sociedades, algunas truchas, para ocultar bienes. Las pruebas fueron apareciendo en cuentagotas.
Con este escenario, en la fiscalía de Di Lello no descartan avanzar con un pedido de indagatoria contra Oyarbide y sus posibles testaferros para que se defiendan de las acusaciones.