Jaime Durán Barba no viajó el domingo a Santa Fe. En vísperas del fin de semana había sido anotado junto a su socio Santiago Nieto en la lista de asistentes que acompañarían a Mauricio Macri al debate en la Universidad Nacional del Litoral. Pero el sábado prefirió bajarse del viaje, sin mayores explicaciones: Nieto le aseguró a uno de los colaboradores del Presidente que no se subirían al Tango 04 y que, por el contrario, sí serán de la partida en el evento de la facultad de Derecho de la UBA.
El consultor Durán Barba y su socio Nieto estuvieron de todos modos a tiro de WhatsApp, el domingo por la noche. Marcos Peña y Fernando de Andreis intercambiaron mensajes con ambos durante el transcurso del debate, y en los minutos posteriores. Con más fluidez con Nieto, que suele responder con mayor rapidez.
Más allá de las lecturas del círculo rojo y de los medios, el Gobierno se fue de Santa Fe satisfecho con el resultado del debate. Al menos, ese fue el mensaje que dejaron trascender. En especial con el cierre, que Macri incorporó en el segundo y último intervalo por consejo de su jefe de ministros, que siguió el evento desde adentro del recinto de la universidad santafesina: era uno de los habilitados para asesorar al candidato durante los cortes.
El Gobierno había llegado a esa provincia con varias opciones para el final y casi nada librado al azar -en el entorno del mandatario dicen que la mención a las “narco-capacitaciones” fueron espontánea y no estaba estudiada-. Pero definieron usar ese tiempo para responderle al candidato del Frente de Todos: “El kirchnerismo no cambió, volvió el atril, el dedito y la canchereada”, cerró el jefe de Estado.
Incluso volvió a machacar con el tema en las horas posteriores. Primero en el acto que encabezó en Paraná, Entre Ríos. Después en el de esta tarde, en Pergamino, en territorio bonaerense. “¡Claro que nuestros abuelos tienen celular!”, volvió a machacar, tras la polémica con el candidato del Frente de Todos.
Desde este lunes, el equipo de campaña y discurso empezó a trabajar para el próximo fin de semana, incluido Durán Barba que, a pesar de las versiones que arreciaron sobre su figura tras la derrota del 11 de agosto, sigue siendo clave en la estrategia.
El consultor estuvo el lunes en Olivos. Este martes, se reunió durante un buen rato con María Eugenia Vidal, que también entró en la recta final de su campaña con la mirada puesta en su futuro, después del 10 de diciembre. Y pasó después por Casa Rosada: participó de la reunión para apuntalar el discurso de los actos de estos días, el del sábado en el Obelisco y el debate del domingo, junto a Macri, Peña, De Andreis, Jorge Grecco, Hernán Iglesias, Iván Petrella, Alejandro Rozitchner, Julieta Herrero y Daniela Brocco -responsables de la comunicación-, y su socio.
“Estamos en estado de asamblea permanente”, aseguró uno de los participantes de ese encuentro.
El Gobierno aún no definió los detalles del debate del domingo. “Recién empezamos”, resaltaron. Según las fuentes, Macri buscaría hacerse fuerte en los ejes de “corrupción y transparencia" y “seguridad”. La figura de Patricia Bullrich se volvió mucho más relevante que antes en los últimos tiempos. Incluso en la ciudad de Buenos Aires, en la campaña de Horacio Rodríguez Larreta, que busca la reelección porteña en primera vuelta.
En ese sentido, hay una creciente expectativa en torno al acto convocado para el sábado en la avenida 9 de Julio, en inmediaciones del Obelisco.
Este martes, entre los equipos de campaña de Nación y de Ciudad todavía había conversaciones sobre los detalles. Por ejemplo, dónde colocar el escenario. Se evaluó montarlo en cercanías del Ministerio de Desarrollo Social, que cuenta con una enorme estructura que evoca a Eva Perón. También en la Plaza de la República, hacia el sur. Aún no se decidió.
En Casa Rosada y en la sede local del macrismo están entusiasmados con la convocatoria. Evaluaron, según pudo reconstruir este medio, que el piso de asistentes debería estar por encima de las 100 mil personas para mostrarlo como una manifestación exitosa.
Rodríguez Larreta, cómo Macri, buscará capitalizar el evento. Las encuestas recientes que desmenuzaron en el equipo de campaña de la Ciudad no arrojan certezas sobre la elección: si se define en primera vuelta o deberá enfrentarse en un balotaje frente a Matías Lammens. El jefe de Gobierno volcó toda la maquinaria del Estado local para ganar en octubre.
La insistencia mediática por aclarar que es una elección “de tres vueltas” obedece solo a una estrategia electoral. Rodríguez Larreta quiere evitar llegar a noviembre como sea.
Empiezan a aparecer, en esa línea, conversaciones internas sobre cómo comunicar en la noche del domingo 27 los resultados de las elecciones. En especial por el contraste entre Rodríguez Larreta y Macri, si el candidato del Frente de Todos finalmente revalida su triunfo nacional de agosto. ¿Cómo separar, en ese hipotético plano, un festejo de una derrota? El búnker de la noche del 11 de agosto estuvo íntegramente atravesado por un estado de shock general.
Los más optimistas de la cúpula de Casa Rosada trabajan sin embargo con una hoja de ruta ante una eventual segunda vuelta. “El búnker del 27 es nuestro principal acto de campaña de cara al balotaje”, aseguraron. Un verdadero acto de fe. Y una manera de preservarse ante los trascendidos por el pos macrismo que brotan puertas adentro.
En eso también trabaja Durán Barba que, hasta el momento, no tuvo un buen segundo semestre.
A la inesperada derrota electoral del 11 de agosto -aseguraba el mismo domingo que la brecha entre el Presidente y el ex jefe de Gabinete K era ínfima-, el estratega ecuatoriano sumó en las últimas semanas la revuelta institucional, social y política que atraviesa en Ecuador Lenín Moreno, con quién simpatiza. El gurú fue clave, según él mismo les confió a los funcionarios argentinos, en la confección de las siete preguntas de la consulta popular del año pasado, que sepultó la reelección indefinida y terminó con las aspiraciones de Rafael Correa. La crisis que puso en jaque a Moreno lo tiene angustiado.
Mientras tanto, Macri continúa con su caravana “Sí se puede”. Este miércoles viajará a Córdoba -tiene previsto cerrar allí el próximo jueves- para atraer los votos que fueron propios en 2015, y que fugaron por la crisis económica y financiera que golpea a la Argentina desde 2018.
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