Dos veces mencionó Alberto Fernández a su compañera de fórmula, Cristina Fernández. Aunque es usual que no aparezcan juntos en actos de campaña, la presentación en la Facultad de Veterinaria fue un plan para una “Argentina contra el hambre”, tal vez el más ambicioso desafío para cualquier candidato y especialmente para el de un partido popular. “Siempre hablamos con Cristina sobre a quién tenemos que representar. Representamos a los que la están pasando mal, a los más empobrecidos”, inició su discurso y la convocatoria a distintos sectores el candidato a presidente del Frente de Todos. “No me importa de dónde vienen ni qué piensan, por una vez hagámoslo juntos”, reclamó en un mensaje antigrieta, y mandó señales a la Iglesia, a los movimientos sociales y a los empresarios al elogiar la presencia del presidente de Syngenta, Antonio Aracre, y su promesa de donar el 1% de la producción de la empresa, al presidente de Cáritas y también al hacer suyo un reclamo por la Ley de Góndolas del titular de la CTEP, Juan Grabois, todo en el mismo discurso.
Después de volver a mencionar a Cristina, que no estuvo en el acto, contó que le dio “vergüenza” leer el libro El Hambre de Martín Caparrós y reivindicó el trabajo de Daniel Arroyo, su posible ministro de Desarrollo Social. Un fuerte gesto y señal sobre su otro plan, el de saltar la grieta, y sobre lo que será su equipo de gobierno: “No hace falta que les diga lo que sabe Daniel de este tema porque ha dedicado su vida a esto”, elogió al diputado que estuvo en el Frente Renovador y que ahora, en nombre de Alberto Fernández, tiene puentes con Facundo Manes, con Juan Carr y hasta con Hilda ‘Chiche’ Duhalde (con quien nunca dejó de conversar). Ninguno de ellos, como tampoco Marcelo Tinelli, asistió al acto, aunque siguen las charlas para sumarlos al Consejo y al Observatorio de la alimentación después del domingo 27. “Arrancamos el lunes 28”, respondió optimista Arroyo.
“Esta propuesta no tiene que esperar ningún resultado electoral”, intentó de todos modos incentivar Fernández a los diputados y senadores, aunque a 20 días de las elecciones el Parlamento está prácticamente parado. “Una vez olvidemos las diferencias, lo que nos separa, pensemos cuánto nos necesitan los que pasan hambre” insistió ante su auditorio. Y de alguna manera también dio un tirón de orejas a los formadores de precios: “No es posible que el pan y la leche no paren de subir”, se quejó antes de cuestionar la ejecución del presupuesto alimentario. Propuso también concentrarse en el primer alimento, el agua, justo una de las deudas que Cambiemos atribuyó al kirchnerismo cuando prometía un fuerte plan hídrico y cloacas como eje de la gestión de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, en Nación y Provincia.
No fue el único mensaje que el candidato del Frente de Todos se ‘apropió’ del macrismo. “Lo primero que vamos a reperfilar son los precios de la canasta básica”, avisó, dándole otro uso al verbo que impuso el ministro de Hacienda Hernán Lacunza respecto a la deuda.
Los invitados, uno por uno
Los invitados confirman quiénes son los más cercanos al candidato. Cuando todavía sólo estaban los equipos de la organización en el predio de Chorroarrín 280, llegó el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis. Más tarde se sumaron Mariano Cascallares, de Almirante Brown; Juan Zabaleta, de Hurlingham, y Juan Pablo de Jesús del Municipio de la Costa, un cuarteto habitual en las oficinas de México 337. A todos los recibía un muy sonriente Arroyo, de traje azul y camisa blanca, que evitó hacer declaraciones hasta después del anuncio. Mientras posaba para selfies y estrechaba las manos de los convidados, repetía que antes de hablar con las radios había que escuchar el anuncio y a Fernández.
Entre los sindicalistas estuvieron los hermanos Daer, Héctor y Rodolfo, el primero el más albertista de esa familia y de la familia sindical. También fue Hugo Yasky, a pocos días de haber anunciado que quienes integran la CTA vuelven a la CGT. Celebraba ese anuncio Héctor Daer al ser consultado bajo los árboles de la Universidad de Buenos Aires.
Por segundo lunes consecutivo, el candidato del Frente de Todos eligió encabezar una actividad en una facultad de la UBA, en este caso las facultades de Veterinaria y Agronomía. Parte de su propuesta incluye a las universidades y a los investigadores, y aunque en esta ocasión no hizo referencia a la educación pública, la presencia del rector de la UBA dejó en claro su preferencia. Además de Alberto Barbieri, que acompañó como el lunes pasado, estuvieron las decanas de Agronomía, Sociales y Filosofía, Marcela Galli, Carolina Mera y Graciela Morgade, respectivamente, y el decano anfitrión de Veterinaria, Alejo Pérez Carrera.
Un gesto importante fue el que hizo Fernández hacia la Iglesia y el de la Iglesia hacia Fernández. En su discurso el candidato destacó la presencia y la obra de Cáritas y saludó en público a su presidente, el obispo de Quilmes, Carlos José Tissera. Hubo curas de los conocidos como ‘villeros’ y de los que integran el grupo de Opción por los Pobres, como el padre José ‘Pepe’ Di Paola de La Cárcova y el padre Lorenzo ‘Toto’ de Vedia de Barracas y, entre otros, el padre Paco Oliveira que ha tenido expresiones muy duras contra el gobierno de Mauricio Macri. Más cauto, Tissera le dijo a Infobae que ayudarán, que ya vienen conversando con Arroyo y que si bien en Cáritas las colectas subieron un 21%, pierden contra la inflación.
Gustavo Béliz y José ‘Pepe’ Scioli
En otro guiño a la política y a la Iglesia, captó gran parte de la atención la presencia del ex ministro peronista Gustavo Béliz. Agradeció a cada persona que se acercó a hablarle, pero evitó hacer declaraciones. “Estoy acá acompañando una política pública”, fue todo lo que dijo a Infobae mientras caminaba acompañado por Eduardo Valdés, ex embajador en el Vaticano, y por el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien hace pocos días estuvo conversando largamente con el candidato.
Cada invitado tenía una silla blanca con su nombre, aunque finalmente hubo muchos más de lo previsto que siguieron el acto de pie. Béliz tenía reservada su ubicación en primera fila, pero cuando llegó, o él quiso o alguien pidió por él, terminó sentado en la segunda fila. No fue un desaire sino un pedido, de él o de alguien, para no tener tanta centralidad. Entre los que estaban de pie hubo otra figura que llamó la atención: José ‘Pepe’ Scioli, el hermano de Daniel Scioli, que hasta que Miguel Pichetto aceptó acompañar a Mauricio Macri, lo acompañaba en el peronismo no K que intentaba conformar un espacio para aglutinar a Roberto Lavagna, los gobernadores y Sergio Massa. Explicó su presencia: dijo que colabora con Matías Lammens en la Ciudad y terminó reencontrándose con viejos amigos que lo invitaron a verse café de por medio.
Entre los dirigentes sociales estuvieron Daniel Menéndez, de Barrios de Pie; Emilio Pérsico del Movimiento Evita; Juan Marino del Movimiento Piquetero y Juan Grabois, a quien también destacó Fernández en su discurso. Pero Grabois, por las dudas, acompaña y se reserva una cuota de desconfianza. También estuvo Fernando ‘Chino’ Navarro, aunque ya opera más como integrante del equipo de campaña, al igual que Leonardo Grosso, diputado nacional y puente entre los movimientos sociales y el Parlamento.
Del equipo más íntimo hubo fuerte presencia: Santiago Cafiero, Felipe Solá, Miguel Cuberos, Matías Kulfas, Cecilia Todesca, Ginés González García y la platense Victoria Tolosa Paz que también ofició de anfitriona y encargada de tejer puentes con algunos sectores. Entre los K, además de Recalde, hubo ex ministros como Carlos Tomada. Y para mostrar federalismo hubo ministros de Salud y de Desarrollo Social de las provincias peronistas, como el tucumano Gabriel Yedlin, que suena para mudarse a Buenos Aires. “Hace tres años que no logramos que la ministra de la Nación (Carolina Stanley) nos escuche”, aprovechó a pasar su reclamo el funcionario de Tucumán.
La puesta en escena no fue casual. El fondo verde, con tractor y máquinas de trabajo, la ausencia de una tarima como señal de cercanía fueron pensados para la transmisión en vivo que arrancó 58 minutos después del horario en que se convocó a los invitados. Primero habló Arroyo, que definió los ejes centrales del plan que anticipó el viernes Infobae. A las 11:15 arrancó el candidato a presidente.
El virtual ‘ministro’ explicó punto por punto la propuesta aunque avisó que no hay nada “cerrado”, de tal manera que todos aquellos con los que tiene previsto sentarse a conversar se sientan escuchados.
“En la cancha se ven los pingos”, desafió Grabois a Arroyo cuando estrechó su mano antes de irse de la Facultad de Veterinaria y Agronomía, aunque también elogió algunos aspectos bosquejados como la importancia de la agricultura familiar y la economía social.
De todos modos, una de las señales más fuertes fue para el campo. “En un país productor de alimentos no puede haber hambre” fue una frase repetida. Por eso la puesta en escena, aunque se guardó a los caballos en un corral y los gansos fueron dejados a resguardo. Más de un peronista se sorprendió con la ‘informalidad’ de un acto sin escenario ni cartelería política. “Quiere hablar en el pasto”, explicó alguien que controlaba que nada estuviera fuera de lugar, mientras los fotógrafos buscaban tener en el lente el tractor y la maquinaria ubicados justo detrás de donde hablaría Fernández.
Seguí leyendo: