15,9 millones de argentinos son pobres. Es decir que más del 35% del país no alcanza a cubrir los servicios básicos. Un 7,7% ni siquiera tiene ingresos suficientes para alimentarse, por lo que son indigentes. Las cifras alarmantes corresponden al Indec y representan las más altas del gobierno de Mauricio Macri, quien hace exactamente cuatro años prometía “pobreza cero”.
“La situación social está en caída libre, los datos del Indec marcan que parte de la clase media se transformó en pobre, parte de la gente que hace changas se trabó y no está trabajando, parte de los sectores pobres se transformaron en indigentes, y hay más gente en los comedores comunitarios y más chicos que se quedan a comer en las escuelas”, graficó con crudeza el diputado nacional Daniel Arroyo.
En diálogo con Infobae, Arroyo analizó la situación política, social y económica que afronta la Argentina en este período electoral y detalló las bases que deberá sentar el próximo gobierno para superar la crisis, aunque advirtió que primero “hay que parar la caída”.
El legislador tiene la confianza de Alberto Fernández para encarar temas sociales, aunque aún no lo confirmó como su futuro ministro de Desarrollo Social, área que conoce por haber sido vice durante el gobierno de Néstor Kirchner y titular de esa cartera en provincia de Buenos Aires con Daniel Scioli. Él se mantiene cauto, pero dispuesto al rol que le asigne en caso de ser electo el líder del Frente de Todos.
Desde que Cambiemos empezó a perder el control del manejo de la economía que Arroyo viene planteando “dos cuestiones que son muy críticas: el costo de los alimentos que todo el tiempo aumenta, y el endeudamiento de las familias; todo el mundo debe plata y termina tomando crédito al 200% de interés anual en la financiera de la esquina".
-¿No se siente aún el impacto de la Ley de Emergencia Alimentaria?
-En esencia, la Ley de Emergencia Alimentaria que nosotros sancionamos hace dos semanas implica reasignar partidas presupuestarias para volcar en comedores y merenderos, y permite hacer compras directas de alimentos. Este jueves recién hubo una reasignación de partidas, después de tanto tiempo hoy empezó el Estado a volcar partidas en el tema alimentario.
-Dirigentes peronistas, y parte del empresariado ya tratan a Fernández como presidente pese a no haber sido electo. ¿A usted lo ven como futuro ministro de Desarrollo Social?
-Alberto tiene siempre palabras muy elogiosas para mi persona, estoy muy agradecido y estoy para poner el cuerpo donde sea y como sea. Creo mucho en un gobierno de él, en su capacidad de diálogo y de gestión. Va a ser una tarea compleja gestionar este Estado en los próximos años, le tengo mucha fe y estoy para sumar como sea y donde sea.
-Fue de los primeros que planteó el problema alimentario en el gobierno de Cambiemos, siendo o no ministro, su rol estará abocado en esta problemática...
-Mi rol lo definirá Alberto más adelante. Hace mucho vengo trabajando temas sociales, en el comienzo del gobierno de Macri entendí que esto iba a un lugar complicado. Siempre tengo la idea de que si alguien quiere crear pobreza en la Argentina tiene que subir los alimentos, subir el transporte, hacer caer la construcción y la industria textil; eso ha pasado en el país.
-Entonces ¿cómo se ve conduciendo el área de Desarrollo Social?
-El Gabinete lo va a definir Alberto después de las elecciones.
- Considerando que no hay soluciones mágicas, y que la situación seguirá siendo difícil más allá de un cambio de color político, ¿Cómo sería la relación entre un gobierno de Fernández y los movimientos sociales?
- Los movimientos sociales son parte de la solución. Hoy están en los comedores, en los merenderos asistiendo, han encarado actividades productivas en lo textil, la construcción y la producción de alimentos, y le han dado visibilidad a los que nadie ve que son los sectores más pobres. Hay que trabajar y articular para generar un cambio profundo en la política social incorporando a todos: movimientos sociales, iglesias, escuelas, a los distintos sectores que trabajan en la economía popular.
-¿Qué medidas considera que deberá tomar el próximo gobierno de carácter urgente?
-Antes que reconstruir hay que parar la caída. El 10 de diciembre hay que hacer cuatro medidas: hay que garantizar el acceso a la canasta básica, no hay política social posible sino, que incluya Ley de góndolas, apoyar la economía popular; después hay que crear un gran sistema de crédito no bancario, a tasa del 2 o 3% anual con los mismos fondos que tiene el área social, sin nada raro, sin nuevos impuestos, reasignando partidas internas para maquinas y herramientas, y empezar a desendeudar a las familias; tercero, hay que cuidar la industria textil donde trabajan mujeres y jóvenes, hay un altísimo nivel de desocupación en estos sectores; y por último hacer mucha obra pública y mano de obra intensiva. Con estas cuatro cosas nosotros paramos la caída, después hay que reconstruir. Lo que yo digo no tiene impacto fiscal, hay que reorganizar partidas que ya existen.
- Más allá de que desde el Frente de Todos insisten con que no saben cómo recibirán el Gobierno, ¿el Estado está en condiciones de impulsar estas iniciativas?
- De los 600 mil millones de pesos que es la política social tomas 20 mil y armas un sistema de crédito no bancario, de lo que ya está estipulado para obra pública reorientas en parte a eso. Son cuestiones de decisiones políticas. Esto es para parar la caída social de entrada. El gran desafío es articular planes sociales con trabajo, que los que reciben planes sociales se dividan en tres sectores: los que si la economía funciona rápidamente entran a trabajar; los que aún si la economía crece no tienen posibilidades (hay que armar un esquema de capacitación con red de tutores y oficios); y los que están en una situación más crítica aún por problemas de salud, adicción, hay que convivir planes sociales con trabajo, que uno pueda tomar un empleo formal y mantener el plan social, tener ambas cosas a la vez.
-¿Con estas medidas se apacigua la situación en la calle?
-Esas medidas no cambian la realidad pero hoy están cayendo todo el tiempo, primero hay que parar la caída. Acá la caída social no va a tener piso si no se resuelve el costo de los alimentos.
-Más allá de la Emergencia Alimentaria, ¿qué más debe hacer el Gobierno independientemente del resultado del 27 de octubre?
-Tiene que poner en marcha rápido la Emergencia Alimentaria, volcar dinero a los comedores, y sostener el tipo de cambio para evitar que haya una nueva devaluación y que otra vez se traslade a precios. Es básico.
-¿No temen por la reacción de los mercados -y otra devaluación- si Fernández ratifica el resultado de las PASO en las Generales?
-Nadie tiene que tirar piedras, ni encender la mecha. Todos tenemos que colaborar, ayudar en una situación delicada donde mucha gente la está pasando mal. Hay una responsabilidad colectiva, cuando se habla tengo que pensar cómo lo recibe la persona que está contando la plata para comprar el paquete de arroz o un medicamento para su hijo, todos tenemos que actuar razonablemente. No es lo mismo alguien con responsabilidad pública, como quienes son gobierno. Hay que sostener y ayudar a los que la están pasando mal.
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