Media hora después de lo pautado, el candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, ingresó a la sede de la Unión Industrial Argentina (UIA) por la puerta principal. Bromeó: “Hay muchos fotógrafos pero ¿para dónde tengo que ir?”. Después de las fotos le indicaron dónde estaba el ascensor y subió a la reunión donde ya lo esperaban el presidente Miguel Acevedo, más de una docena de empresarios del Comité Ejecutivo y sus colaboradores que habían llegado más temprano: Santiago Cafiero y los economistas Cecilia Todesca y Matías Kulfas. “Tengo todo el tiempo que quieran para hablar”, arrancó el diálogo el ex jefe de gabinete, que se quedó charlando durante más de dos horas después de que uno a uno se presentaran sus interlocutores. A muchos, claro, ya los conocía.
Aunque abrió el diálogo Miguel Acevedo, con quien ya tuvo otras dos reuniones, el ritmo del ida y vuelta lo marcó Fernández que explicó parte de su propuesta y después dio paso a los economistas que seguramente integrarán su gabinete. Cecilia Todesca fue quien más habló. Y a los industriales los impresionó su claridad y carisma.
Fernández repitió algunas ideas que ya hizo públicas, como su propuesta de “federalizar la economía” y planificar medidas pensando región por región. Y apuntó a las industrias y pymes que, junto al campo y la minería, serán el puntal para él de la reactivación económica. Hizo varios anuncios: su gobierno, si gana, tendrá un Ministerio de Relaciones Exteriores y Comercio Exterior y lanzará un Plan Alimentario y un Plan de Viviendas. Además, institucionalizará el diálogo y acuerdo social. “Son una pieza central como el campo y el sindicalismo”, subrayó.
Hubo varios empresarios que le hablaron de la caída de las ventas de alimentos. Y él apuntó a la paradoja argentina de producir alimentos y que haya hambre. Por ejemplo, se mencionó el bajo consumo de leche y la falta de nutrición en los primeros años de vida.
Otra vez Fernández dejó señales claras sobre quiénes lo rodearán. Elogió a Santiago Cafiero, su posible jefe de gabinete, dejó hablar por él a Todesca y a Kulfas y resaltó el trabajo que viene realizando Daniel Arroyo en materia social. Poner en marcha el consumo interno fue una de las ideas propuestas, así como una reforma tributaria que exigen con los industriales, pero para la que el candidato pide tiempo. Lo dijo explícitamente al irse: “Macri nos deja un déficit fiscal de más de siete puntos”.
Unos y otros coincidieron en el diagnóstico. “Nos tenemos que rebelar a este presente al que no tenemos que estar condenados”, palabras más o menos fueron las que pronunció el candidato que invitó a los industriales a hacer “cosas juntos”.
En la mesa estuvieron algunos que han hecho fuertes críticas al gobierno kirchnerista, como Martín Cabrales. Muy caballeros y sin mencionar cuestiones puntuales, volvieron a coincidir cuando Fernández les pidió hablar del futuro y no seguir pensando en el pasado. Varios asintieron.
Entre otras de las cosas que fue a decir Fernández, propuso “ser competitivos y salir a los mercados a vender todo lo que podamos vender” y “sostener y mejorar la inversión en educación, ciencia y técnica”. “Nos hace falta que nos acompañen”, pidió el candidato, como ya ha pedido a otros sectores, el sindicalismo peronista entre ellos. Y en ese marco los instó a sumarse a la propuesta “para terminar con el hambre” que lanzará en unos días.
“Empecemos otra vez”, insistió como lo hizo ante la Mesa de Enlace del campo cuando los titulares de la Sociedad Rural, Coninagro, Carpab y la CRA lo visitaron en su oficina de la calle México tras años de distanciamiento entre el sector y el kirchnerismo.
“No nos dividamos más”, fue otra de las frases con las que buscó cerrar viejas grietas mientras lo escuchaban atentamente Daniel Funes de Rioja, Adrián Kaufman, Cristiano Rattazzi, José Urtubey, entre otros.
Cuando terminó el encuentro, Fernández y sus colaboradores salieron con las propuestas de la UIA que presentan a cada candidato bajo el brazo.
Poco más de dos horas después de haber llegado, Fernández bajó del primer piso por escalera acompañado por su anfitrión, Miguel Acevedo. Otra vez le pidieron fotos. Se abrazaron y sonrieron. Fernández se mostró cómodo. “Tenemos un mismo ideal, la misma vocación de recuperar a la industria. Es lo que sentí”, expresó sobre las coincidencias.
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