El ensayo final, con atriles y juego de roles, está agendado para los días previos. En el equipo de campaña del jefe de Gobierno terminaban de definir por estas horas qué asesores del entorno más cercano se pondrán en la piel de Matías Lammens, Matías Tombolini y Gabriel Solano, los otros tres candidatos que participarán del debate del jueves 10 en los estudios del Canal de la Ciudad.
Horacio Rodríguez Larreta sabe que, con excepción de contados casos, ahí no están los votos. No se gana, ni se pierde. Lo tienen estudiado. “La gente no cambia el voto con el debate. Solo genera conversación en el círculo rojo”, aseguran en su entorno.
Aún así, el jefe de Gobierno estudia desde hace días. Y participa de las reuniones armadas exclusivamente para preparar el evento por su equipo. Las coordina Karina Fernández, a cargo de la estrategia general de la comunicación de Rodríguez Larreta que trabaja codo a codo con Eduardo Machiavelli, jefe de campaña, Marcelo Nachón y Christian Coelho, entre otros. Fernández está al lado del jefe de la Ciudad desde hace 15 años.
El equipo a cargo de la estrategia de campaña ya sabe qué promesas va a lanzar el candidato. En qué bloques. Y de qué manera. Hernán Charosky, subsecretario de Reforma Política y Asuntos Legislativos de la Ciudad, gestionaba por estas horas con el apoderado del Frente de Todos en su versión local la posibilidad de que los candidatos puedan contar solo con apuntes durante el debate. En el entorno de Lammens pusieron el grito en el cielo ante la imposibilidad de mostrar carteles, filminas o llevar cotillón.
En estos días, los responsables de la campaña de Rodríguez Larreta revisaron además las últimas críticas públicas por parte del resto de los contrincantes. En especial del presidente de San Lorenzo, su principal contendiente, que está dedicado full time a llegar al balotaje. No se esperan, en ese sentido, ataques personales. Rodríguez Larreta y Lammens conservan una relación amistosa, macerada desde que el candidato del Frente de Todos asumió en el club de Boedo en compañía de Marcelo Tinelli, de estrecho vínculo con el alcalde.
El staff del jefe de Gobierno busca municipalizar el debate, la misma estrategia adoptada para la campaña. Intentarán mostrarlo como un gestor local, que conoce los barrios y las obras de cada comuna. Dicen que es el perfil que mejor ponderación tiene entre los porteños.
Según su entorno, Rodríguez Larreta está cerca de conseguir una victoria en primera vuelta. Oscila en torno a los 50 puntos necesarios para evitar tener que competir mano a mano con Lammens en noviembre. Hay encuestas que, cara a cara, lo ubican al jefe de Gobierno incluso unos 4 puntos por encima del 50%. Pero baja cuando se comparan boletas enteras. Es decir, con Mauricio Macri y con Alberto Fernández. Macri mantuvo si nivel de adhesión en la Ciudad después de las PASO: los estudios focales concluyeron que el voto PRO se radicalizó. Pero el candidato a presidente del Frente de Todos subió algunos puntos.
A diferencia de la estrategia para las elecciones primarias, Rodríguez Larreta ordenó ahora hacer “lo que sea” para ganar en primera vuelta. Un plan que incluye saturación de obras, más recorridas y presencia de funcionarios y empleados en las calles, clientelismo clásico en los barrios más populares y villas, acuerdos extrapartidarios, mayor estimulación del voto en la zona norte -en los sectores más fieles al PRO- y logística para que la tercera edad que no votó pueda hacerlo el 27 de octubre. Tendrán traslados a las escuelas.
Hace un par de semanas, el jefe de Gobierno cerró un acuerdo con José Luis Espert, el candidato a presidente que no lleva postulante en la Ciudad. Hay conversaciones subterráneas con Juan José Gómez Centurión, que tampoco tiene candidato local y que aglutina a un sector fanático del voto anti aborto. Rodríguez Larreta también trabaja en ese público. Martín Lousteau, cabeza de lista al Senado, identificado con el electorado verde, recorre el corredor centro, más identificado con ese color.
Desde la administración porteña trabaron también una alianza con Luis Barrionuevo para la fiscalización en los barrios más complejos del sur. El sábado, en el multitudinario acto de Barrancas de Belgrano, su cuñado Dante Camaño, del sindicato gastronómico, deambuló entre los organizadores.
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