Los responsables del operativo, que encabeza Casa Militar, ya saben hasta el número de vagón del tren de la línea Mitre en el que se va a subir Mauricio Macri mañana. Ayer por la tarde, la seguridad presidencial, la Secretaría General y los organizadores por parte de la ciudad de Buenos Aires tuvieron la anteúltima reunión para ultimar detalles. Hoy será el último encuentro, para pulir los detalles finales.
Rodeado de voluntarios especialmente seleccionados, y de la custodia presidencial, el Presidente recorrerá un par de estaciones hasta el andén elevado de Belgrano C. Allí, pasadas las 5 de la tarde, lo esperará otro grupo de voluntarios, unos mil, según pudo reconstruir este medio, convocados por el equipo de campaña de Horacio Rodríguez Larreta.
Como Cristina Kirchner en sus épocas de convocatorias masivas, Macri recorrerá el tramo entre la estación del ramal Retiro-Tigre hasta el lugar en el que le hablará a los asistentes, frente a las Barrancas de Belgrano, escoltado por su custodia y los voluntarios. Rodeado por un cordón humano, un nuevo estilo de campaña con el que el oficialismo debutará este sábado para tratar de llegar a las elecciones del 27 de octubre de la mejor manera posible.
“Estamos muy contentos con el trabajo de logística coordinado con la Ciudad para esta marcha, inédita para nuestra historia política. Nunca antes hicimos algo así”, le aseguró a Infobae el secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis.
De Andreis tiene razón. El esquema de campaña previo a las PASO fue logística y visualmente distinto: en formato 360, con funcionarios, asesores y candidatos sentados en forma protocolar alrededor del escenario. Los dirigentes locales a los que Macri visitaba se quejaban, de hecho, de que el Presidente era infranqueable. El resultado de las elecciones primarias, en medio de la crisis económica, fue de poco más de 15 puntos en favor de Alberto Fernández.
El acceso al jefe de Estado en la primera marcha bajo el lema “Sí se puede” -la próxima, el lunes, está agendada en Junín, provincia de Buenos Aires, junto a María Eugenia Vidal- de este sábado no será libre. Pero habrá muchas menos restricciones que en el primer tramo de la campaña, antes de agosto. El evento, por lo pronto, no será en un gimnasio cubierto.
En la seguridad presidencial hay de hecho cierta preocupación por eventuales imponderabilidades. Incluso hace algunos días hubo quejas desde el equipo de Rodríguez Larreta por el lugar escogido. Y por la antelación con la que Casa Rosada oficializó la convocatoria, hace una semana.
Hasta ayer por la tarde, en tanto, todavía no estaba del todo definido el lugar en el que Macri dará su mensaje. Buscaban un “escenario móvil”, sin vallas. Se barajaba, según trascendió, “un colectivo ploteado”. Aunque había disidencias entre los que se inclinaban por presentarlo en un escenario convencional. Y se analizaba si sería presentado por el jefe de Gobierno. Todo está bajo análisis.
Según las estimaciones oficiales, en torno a la Plaza Barrancas de Belgrano se ubicarían, al menos, unas 5 mil personas. Sin pulseras, como se vio en el acto del miércoles en Florencio Varela, un distrito hostil para el oficialismo, en la inauguración del Metrobús junto a Vidal. En el entorno del mandatario hubo malhumor por ese detalle.
El miércoles, en la reunión de campaña con los ministros nacionales y candidatos de todo el país en Olivos, que contó con Rogelio Frigerio, Miguel Ángel Pichetto, Humberto Schiavoni, Maximiliano Ferraro y Gerardo Morales como oradores centrales antes del cierre de Macri, el jefe de ministros y de campaña, Marcos Peña, desmenuzó parte de la estrategia destinada a tratar de forzar un balotaje el cuarto domingo de octubre, una remontada a la que todavía se aferran los más optimistas.
Explicó que trabajaban en mejorar la fiscalización, en movilizar a aquellos votantes que se ausentaron en las primarias y que, según el jefe de Gabinete, se podrían inclinar por Macri, y que hasta las elecciones habrá una serie de anuncios destinados principalmente “a la clase media”, según confiaron.
Se especuló, en esa línea, con que el Presidente debutaría este sábado con los anuncios en Barrancas de Belgrano. O el lunes, en Junín. El domingo tiene previsto darle una entrevista a Jorge Lanata en Canal 13. Se analizan “alivios impositivos”, entre otras iniciativas.
Desde el Gobierno porteño convocaron a funcionarios, legisladores, asesores, militantes y candidatos, que estarán mezclados entre los vecinos.
La ministra Patricia Bullrich, que es popular en las zonas más acomodadas de la Ciudad y en un sector de los barrios más humildes, tiene previsto moverse entre la gente. Su custodia analizaba detalles de la logística con la organización. Lo mismo Elisa Carrió, que le dijo a su entorno que daría el presente: por estas horas volvía de Córdoba, el último punto de la gira que había empezado la semana pasada por el interior del país. Se espera, además, la presencia del gabinete.
El Gobierno se divide entre dos bandos. Están los que todavía creen que, como resalta el eslogan, “sí se puede”. Y los que, por lo bajo, dan cuenta de que el resultado es irreversible. Y que solo queda por hacer la mejor performance posible para engrosar los cuerpos legislativos y retener intendencias. Son mayoría.
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