Omar “Caballo” Suárez, el sindicalista que está preso desde hace tres años, reapareció hoy por Tribunales para asistir al juicio oral que comenzó en su contra por asociación ilícita y entorpecimiento de las vías navegables. Lo curioso fue cómo llegó: aunque primero llevaba una camisa blanca y un pañuelo, cuando dejó el edificio se lució en las escalinatas de Comodoro Py ante Infobae con una camiseta celeste y blanca que decía “Cristina 2019” y “libertad a los presos políticos”. Además, llevaba una foto del papa Francisco y un ejemplar del libro Sinceramente, que escribió la ex presidente. “Esto no pasó ni con la dictadura militar. Que los que hoy se van (del Gobierno) que pronto sepan lo que es la justicia”, afirmó.
Suárez llegó sorpresivamente esta mañana a los tribunales de Retiro. El juicio oral había comenzado hace unos días para los otros acusados, pero una reciente operación en la tiroides ponía en duda su presencia en el debate del ex titular del SOMU. Es que los médicos habían recomendado que estuviera aislado y entonces los jueces no sabían cuándo podrían comenzar. Sin que él escuchara la acusación, los jueces no podían avanzar.
Sin embargo, “Caballo” Suárez apareció junto a su abogado, su hija y un par de hombres de su sindicato para asistir al debate. Uno de los funcionarios judiciales que lo investigaron lo vio bajar del auto y se sorprendió de ver lo recuperado que estaba. “Me estoy recuperando de mi cáncer”, le gritó a una periodista que le comentó lo “saludable” que estaba pese a tener arresto domiciliario por razones de salud.
Al llegar al subsuelo donde se sustanciaba el debate, los jueces resolvieron que viera por video la lectura de la acusación: ya se la habían leído a los otros imputados y hubiera sido tedioso para todos los presentes volver a repetir la misma escena.
Cuando comience el desfile de las indagatorias, Suárez ya le avisó a su defensa que quiere hablar. Al salir de Tribunales, minutos después del mediodía, Suárez se había sacado la camisa blanca y lucía orgulloso la remera de "Cristina 2019″, con los carteles en donde también decía “Macri = Vidal, mentiras = pobreza”. No soltó en ningún momento la foto del Papa y su ejemplar de Sinceramente.
“Empezó el juicio. Yo esperaba esto. Vengo enfermo, me han operado de cáncer hace muy poquito, tengo problemas acústicos, tengo problemas psiquiátricos, pero no le tengo miedo a la Justicia. ¿Sabe por qué? Porque de lo que me han acusado, vamos a demostrar… Me voy a ajustar a derecho”, dijo Suárez a Infobae.
—A usted lo acusan de una asociación ilícita.
—Sí, lógicamente, estoy esperando que me lo prueben. Hoy vengo a escuchar de lo que me acusan. Que me traigan las pruebas. Yo tengo las mías.
“Caballo” responsabilizó al gobierno de Mauricio Macri de la intervención en su sindicato para “saquearlo”, pero no quiso hacer acusaciones de persecución. Al irse, lanzó bendiciones y deseos de trabajo para todos los trabajadores de la Argentina.
Histórico secretario general del SOMU, Suárez comenzó a dirigir el gremio en 1989. Estuvo allí hasta septiembre de 2016 cuando el juez federal Rodolfo Canicoba Corral ordenó su detención. Lo acusan de haber liderado una asociación destinada a la comisión de indeterminados hechos delictivos, valiéndose del control que (sus miembros) ejercían sobre el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU)”.
A finales de diciembre de 2017, el juez Luis Rodríguez le otorgó la prisión domiciliaria por problemas de salud, pero dos semanas después volvió a prisión por orden judicial.
En abril, el Tribunal Oral Federal 4 dispuso otorgarle la prisión domiciliaria, ante un “análisis global del cuadro médico” porque –señalaron– el sindicalista “padece diversas patologías que no pueden, en su conjunto, ser tratadas satisfactoriamente ya sea en el Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza o en el Hospital Penitenciario Central”. El arresto en su casa tardó en implementarse por tironeos entre el TOF y Canicoba Corral.
Al cumplir tres años preso, la defensa volvió a plantear la excarcelación. Y el TOF extendió por seis meses más la prisión preventiva por entender que, aunque el juicio oral está en marcha, continuaba la posibilidad de entorpecimiento durante el debate. “Corresponde reafirmar que el mero paso del tiempo no determina que hayan desaparecido las circunstancias advertidas por el juez de grado a la hora de disponer el encierro anticipado de Suárez, destacándose además que aquellas también fueron ratificadas por los magistrados de las distintas instancias”, escribieron los jueces Néstor Costabel, María López Iñíguez y Daniel Obligado, que llevan adelante el debate.
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