Tras su gira fugaz por Nueva York, el presidente Mauricio Macri dedicó todo el miércoles a la campaña electoral.
Por la mañana, se mostró por primera vez tras las PASO con María Eugenia Vidal en el corazón del Gran Buenos Aires, en la inauguración del Metrobús de Florencio Varela. Al mediodía recibió en Olivos a los candidatos a intendentes del conurbano que no gobiernan de la primera sección electoral. Un rato más tarde, a los de la tercera sección. Y hacia última hora de la tarde a los candidatos a senadores y diputados de todo el país con chances de llegar al Parlamento el 10 de diciembre. Con un mismo mensaje: redoblar esfuerzos y salir a dar la pelea final para tratar de forzar un balotaje.
Y algo más: según pudo saber este medio de acuerdo a lo conversado en Olivos, el Presidente podría realizar anuncios en la convocatoria del próximo sábado en las Barrancas de Belgrano, en la Ciudad, la primera de la gira por 30 distritos que el oficialismo hará de cara a las elecciones.
Es parte de la estrategia que en la tarde de este miércoles detalló Marcos Peña frente a los dirigentes oficiales. El jefe de ministros habló de anuncios que podrían estar destinados a la clase media. Se evalúa, por ejemplo, un alivio impositivo.
Macri escuchó algunos reclamos de los candidatos del GBA, denominados “sin tierra”, que suelen ser, en general, mucho menos confrontativos cuando lo tienen al Presidente frente a sus narices. Le plantearon, de hecho, que no tenían pensado cortar boleta, un tema tabú en el oficialismo.
De todos modos, los dirigentes, que después de los encuentros en el quincho de Olivos se fotografiaron con él, no se privaron de pasarle a Macri algunos reclamos: hablaron, según pudo reconstruir este medio, de falta de política, de olvido por el territorio y de las consecuencias electorales de la crisis económica.
Macri reconoció que el panorama electoral era complejo, y mucho más aún en la provincia de Buenos Aires: no estuvieron ni Vidal ni su jefe de Gabinete, Federico Salvai. Sí estuvo Alex Campbell, funcionario bonaerense, candidato a diputado provincial y enlace entre la Casa Rosada y los postulantes.
El Jefe de Estado pidió un último esfuerzo para evitar que Alberto Fernández gane en octubre, en un escenario adverso tras la derrota por poco más de 15 puntos frente al candidato del Frente de Todos en las primarias del 11 de agosto.
En esos encuentros, el Presidente estuvo solo. Sin la compañía de Peña, el responsable de la campaña, que entre reuniones sí encabezó el encuentro ampliado junto a los candidatos al Congreso de todo el país y el gabinete entero.
La semana pasada, el mandatario había recibido a solas, y de a uno, a los siete intendentes del Conurbano que buscan preservar sus municipios: Jorge Macri, Nicolás Ducoté, Ramiro Tagliaferro, Diego Valenzuela, Néstor Grindetti, Julio Garro y Martiniano Molina. También sin Peña.
Después de semanas de reproches internos y tensión acumulada, el jefe de ministros volvió, sin embargo, a la centralidad y a tomar el control de la campaña. Frente a los candidatos y el gabinete, enumeró las razones por las cuales, según él, Macri va a ir a una segunda vuelta. Mencionó el aumento en la participación de los votantes y el refuerzo en la fiscalización, entre otras. Los mismos argumentos que utilizó en encuentros anteriores.
También tomaron la palabra el senador Humberto Schiavoni, el ministro Rogelio Frigerio, el gobernador Gerardo Morales y Maximiliano Ferraro, cabeza de lista de diputados de la Ciudad. “La elección no está decidida, no hay transición en marcha”, dijo el legislador y presidente de la Coalición Cívica.
El cierre estuvo a cargo de Macri y de su candidato a vicepresidente, Miguel Ángel Pichetto, que en los últimos días volvió a tensionar los vínculos con el Frente de Todos. El senador reafirmó la conducción del Presidente.
Macri agradeció. Se mostró confiado. Optimista. “Con ganas de dar la pelea”, resaltaron asistentes al encuentro, en el quincho de Olivos. El mandatario subrayó que los votantes están entusiasmados. Que la gente lo apoya. Y que ahora es él el que quiere demostrar su apoyo a la gente.
Por eso la nueva modalidad de campaña, con marchas masivas y menos protocolo que el habitual. El debut será el sábado, en las Barrancas de Belgrano, en la zona norte de la Ciudad, donde residen los vecinos que más adhieren al oficialismo. Macri tiene previsto llegar en tren.