Mauricio Macri y María Eugenia Vidal llegaron en el mismo helicóptero a Florencio Varela, se bajaron a diez cuadras de donde empezaba la recorrida, se subieron a una camioneta y se quedaron hablando solos varios minutos. No era la primera vez que se veían después de la dura derrota del 11 de agosto, pero sí la primera que se mostraban juntos, dando por suspendidas las tensiones generadas por el resultado adverso. Frente a la estación El Fortín, donde los esperaban para llevarlos dos estaciones más adelante, la gente los observaba, ansiosa por ver al colectivo 178 moverse en el Metrobus.
El lugar elegido parece no haber sido causal. Pablo Alaniz, el joven candidato a intendente de Juntos por el Cambio en Florencio Varela, es considerado un “peñista”, un dirigente vinculado al jefe de Gabinete, Marcos Peña, de quien fue su director nacional de Medios Digitales, hasta que decidió salir de la Casa Rosada para hacer política en uno de los distritos más pobres del conurbano bonaerense.
Florencio Varela, un distrito donde Macri obtuvo apenas 17,5 por ciento y Vidal 19,5 por ciento, se transformó hoy por la mañana en algo así como el escenario perfecto de una fumata blanca para que el oficialismo encare la campaña hasta el 27 de octubre con el menor ruido interno posible. No solo por la diferencia que sacó el Frente de Todos (Alberto Fernández obtuvo 65,3%), lo que hace que el territorio no implique una disputa interna real dentro del Gobierno, sino porque el trabajo territorial de Alaniz, nacido en Varela, es lo que esta nueva etapa de la campaña oficial quiere destacar.
Presidente y gobernadora se subieron al colectivo, donde un grupo de 15 vecinos los esperaba para compartir la primera recorrida. Cada uno tenía asignado su lugar, para poder disfrutar el traslado y dejar que las cámaras reflejaran el momento, aunque en los minutos que duró el viaje se fue desordenando todo, porque los pasajeros querían sacarse fotos con Macri y Vidal y comentar la experiencia. Llegaron a la estación Dorrego, donde se colocó la tarima y ya estaban ubicados los candidatos a intendente Carlos Regazzoni (Almirante Brown) y Julián Amendolaggine (Berazategui). Allí, el presidente del club Defensa y Justicia, Jorge Lemme, le entregó una camiseta del club a María Eugenia. El intendente Andrés Watson fue invitado, pero no apareció.
Unas 800 personas que previamente se inscribieron para participar del evento los estaban esperando. Es el Metrobus número 17 en el país y el séptimo en el Conurbano, una experiencia que el mismo Macri contó que una mujer de Varela le había dicho que “solamente para la Capital”, y ahora llegó a ese distrito de difícil acceso desde la Ciudad de Buenos Aires, con graves problemas de transporte y con el 70 por ciento de las calles que son de tierra.
Tiene una extensión de 3,5 kilómetros sobre la avenida General San Martín, con nueve estaciones y tramos con carril exclusivo para el transporte público y otros con carriles para el tránsito general, más otro tramo con calzada central de un carril por sentido para los colectivos, que mejorarán los tiempos y calidad de viaje de 14 líneas de colectivo.
Una encuesta que realizó Juntos por el Cambio dice que el 80 por ciento de los varelenses tiene una valoración positiva por esta obra que no sólo beneficiará a 113.000 personas entre pasajeros, vecinos y automovilistas, que ahora podrán viajar de forma más rápida y segura, tendrán mejor iluminación y un entorno urbano renovado, según dice el comunicado del Ministerio de Transporte. También beneficiará en forma proporcional a los vecinos de Almirante Brown y Berazategui, que están en la misma línea.
En el 2015, el Metrobus fue un motivo central para que Macri ganara las elecciones presidenciales. En La Matanza y en Resistencia, Chaco, en San Salvador de Jujuy y en Neuquén, la escisión civilizatoria que supone la llegada de esa obra ordenadora del transporte urbano se transformó en algo aspiracional, que Cambiemos prometía. Hoy, los vecinos la siguen valorando, pero ya no suma un voto más. “Llegar a Varela desde afuera del distrito era como entrar a un lugar sin identidad; ahora sentís otra cosa, un distrito que quiere ingresar por el camino del crecimiento", le dijo Alaniz a Infobae. Y concluyó: “No se trata de algo electoral, es algo que había que hacer y lo hicimos, en lo personal estoy muy contento de que sea valorado incluso por quienes no nos votarán”.
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