Mauricio Macri llegó a Nueva York, se hospedó en el exclusivo hotel Langham y partió rumbo a las Naciones Unidas para cumplir una exhaustiva agenda que estaba pensada sólo en términos diplomáticos. Sin embargo, el presidente se reunió a puertas cerradas con Hernán Lacunza, su ministro de Hacienda, y decidió participar del cónclave que un par de horas más tarde se desarrolló en la delegación argentina ante la ONU. Junto a Lacunza y el Presidente se sumó Guido Sandleris, titular del Banco Central, y al otro lado de la mesa se alinearon David Lipton, director interino del FMI, y Alejandro Werner, director para el Hemisferio Occidental del Fondo.
Durante el encuentro, la delegación oficial y la comitiva del FMI acordaron que Lacunza y su gabinete viajen el próximo 14 de octubre a Washington para protagonizar una reunión técnica junto a Roberto Cardarelli, jefe de la misión del Fondo para Argentina. En este contexto, Macri, Lacunza y Sandleris deberán seguir esperando por el desembolso de 5.400 millones de dólares que se esperaba para mediados de septiembre. Se trata de una decisión del board del FMI que excede a la línea burocrática que representan Lipton, Werner y Cardarelli.
Seis horas en la ONU
A diferencia de sus anteriores viajes a Nueva York, Macri evitó los encuentros con banqueros e inversores que apostaron a su plan económico y diseñó una agenda vinculada a las relaciones internacionales. El jefe de Estado se aburre con el juego en diagonal de la diplomacia multilateral, pero en una gira relámpago y sin reuniones con CEO´s financieros, sólo quedaba un día pleno en las Naciones Unidas.
El presidente fue invitado por Antonio Guitierres, secretario general de Naciones Unidas, a un almuerzo protocolar con sus colegas que participan en las sesiones de la Asamblea General. Macri tiene recuerdos agridulce de este evento que se repite todos los años: una vez se cruzó con Teresa May -ex premier británica- y después aseguró a los periodistas que habían hablado sobre la soberanía de las Islas Malvinas. No fue cierto, y generó una polémica fugaz con el Reino Unido.
Tras el almuerzo protocolar, Macri se reunirá con Michelle Bachelet, Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, para tratar la crisis institucional en Venezuela. Bachelet lideró una profunda investigación que confirmó la violación sistemática de los derechos humanos ejecutada por Nicolás Maduro, y Macri avaló en público ese dossier de Naciones Unidas que tuvo impacto global. No se descarta que Macri comente a Bachelet el informe que la propia Casa Rosada realizó con las denuncias de los venezolanos exilados en la Argentina.
Cuando termine su reunión con Bachelet, el presidente se dirigirá al recinto de sesiones de las Naciones Unidas. Macri estará acompañado por el canciller Jorge Faurie, el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, el vocero presidencial Ivan Pavlovsky, el embajador Martín García Moritán y el ministro Lacunza, que ya se habrá reunido con las autoridades del Fondo Monetario Internacional.
El discurso de Macri en la ONU tendrá una extensión de 15 minutos, y abarcará su decisión de incluir a la Argentina en la agenda global a través de la Organización Mundial de Comercio (OMC), el tratado Mercosur-Unión Europea (UE). la organización del G20 en Buenos Aires. Además, el presidente alertará sobre el crecimiento del terrorismo iraní en la región con la presencia de operaciones de lavado de dinero y células dormidas de Hezbollah en la Triple Frontera.
Macri también hará mención a su apoyo institucional al Acuerdo del Cambio Climático de París, denunciará el incremento del narcotráfico en el Cono Sur, reiterará sus críticas a Nicolás Maduro por la crisis social y política que causó en Venezuela y defenderá -de nuevo- la soberanía nacional en las Islas Malvinas. Será su ultimo discurso en la ONU, si no logra revertir su derrota electoral en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
Tras seis horas en Naciones Unidas, Macri se subirá al auto oficial y cruzará Manhattan para encontrarse con Donald y Melanie Trump en el hotel Palace, adonde se realizará un cóctel protocolar que el presidente americano y su esposa ofrece a los jefes de estado que llegaron a New York para la Asamblea General de la ONU. No está prevista una reunión bilateral, sólo habrá un encuentro informal y la foto oficial que registrará las sonrisas de Melanie, Donald y Mauricio, que en esta oportunidad no fue acompañado por Juliana Awada.
Cuando termine el cóctel, Macri se moverá hasta el aeropuerto de Teterboro -a 20 kilómetros de Central Park- para embarcar rumbo a Buenos Aires. A esa altura de la noche, lo único que le importará es la campaña electoral, que comienza este sábado en las Barrancas de Belgrano.
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