Mauricio Macri recibirá hoy a las 11 a los jugadores de la selección de básquetbol que lograron la medalla de plata en el Mundial de Beijing. El Presidente mismo le contó a los periodistas que había hablado con el capitán del seleccionado, Luis Scola, para felicitarlo y que del diálogo surgió la invitación a quienes llegarán hoy al país. Recibirá al entrenador, Sergio Hernández, al pivote Marcos Delía y al presidente de la CABB, Federico Susbielles.
Mientras saludaba a los alumnos del Colegio San Agustín, del barrio porteño de Recoleta, contó que había hablado con "Luifa", apodo con el que se lo conoce a Scola, porque se llama Luis Fabián. "Son un orgullo para todo el país y creo que mañana los recibo", anticipó al llegar a Gobierno, ayer por la mañana.
Macri es un Presidente atento a la agenda deportiva, no solo del fútbol. Lo hizo con el tenis, el hockey, con los deportes olímpicos. Pero en el caso del básquet siente en especial que Cambiemos comparte los valores del trabajo en equipo, el esfuerzo a largo plazo sin ansiedad por los resultados del corto, la discreción en el trato y -sobre todo ahora- la capacidad para sobreponerse de las derrotas.
Por eso, aunque nadie quiera aceptarlo, la visita del seleccionado es también una estación de la campaña electoral, una manera de enviar un mensaje sutil a la ciudadanía.
De hecho, ayer la Casa Rosada amaneció con un aro de básquet sobre la principal puerta de ingreso, ubicada en Balcarce 50, por donde entra el público invitado. Normalmente, allí se hacen instalaciones alusivas a fechas patrias o mensajes de interés público con forma de cartelera gigante, pero esta vez se dispuso un tablero de básquet con aro por debajo del histórico balcón por donde saludó Juan Domingo Perón en la noche del 17 de octubre e incluso el propio Macri, el pasado 24 de agosto, cuando acudió a una convocatoria realizada por su electorado para mostrar que ¡Sí, se puede!.
El domingo, después de que se confirmó la derrota de Argentina ante España por 95-75 y cuando recién terminaba la conferencia de prensa que dio en Salta al concluir la misa por la festividad católica del Señor y la Virgen de los Milagros, el Presidente se expresó en un tuit "muy orgulloso, como todos los argentinos, de la entrega, el talento y la tenacidad que mostró la Selección de Básquet. Gracias a todos por habernos representado en el Campeonato Mundial de esta manera. Arriba muchachos!!! Lo dieron todo!!!".
Pero Macri siguió con especial dedicación la perfomance la selección de básquet. Cuando pasó a semifinales, tras derrotar a Serbia 97-87, destacó en Twitter "felicitaciones muchachos por el paso a las semifinales". Y tres días después, el viernes 13, cuando ganaron frente a Francia por 80-66, escribió que "son un ejemplo de esfuerzo y dedicación para todos".
Es la campaña "bajo el radar" a la que está abocado el Presidente por su reelección, cada vez más convencido de que puede darlo vuelta o, por lo menos, de que el 27 de octubre tiene chances de llegar a un balotaje, como ya sucedió en el 2015.
La semana pasada estuvo en Rosario y el domingo en Salta con actividades similares. Es decir, una actividad institucional y luego una recorrida urbana sin seguridad, dejando que los vecinos se acerquen naturalmente para saludarlo y darle ánimos, o aún para criticarlo.
También el contacto con la prensa está siguiendo el mismo formato, evitando la protección de la seguridad y los "corralitos" que lo transforman en una figura inaccesible, fría o alejada del común de las personas.
Pero por si hubiera alguna duda, ayer por la tarde Macri le dio una vuelta de tuerca más a la particular campaña a la que está abocado. Puso en su cuenta de Twitter un mensaje, un austero #SiSePuede sobre fondo blanco que a la hora ya tenía 10 mil RT.