Alberto Fernández visitó a los curas villeros y les prometió trabajar juntos para combatir el hambre y la droga

Tres sacerdotes de la ciudad de Buenos Aires y tres del Conurbano conversaron con el candidato del Frente de Todos en San Cayetano. Entre ellos estuvo el padre Carrara, un obispo villero ordenado por el papa Francisco

Fernández con seis curas villeros: “El Tano”, “Bachi”, “Toto”, Pedro, el obispo Carrara y “Pepe”

Gloria se sentó a la sombra de un árbol en el frente de la iglesia de San Cayetano en Cuzco 150 a metros de la Estación Liniers. Hizo un llamado con su teléfono. Se la oyó eufórica: "Acabo de estar con Alberto Fernández. Tiene una vibra recontra positiva el chabón". Antes que ella, una mujer joven llamada María lo tomó de las manos, lo miró a los ojos y le dijo: "No sabía que iba a estar acá. Gane en octubre. Necesitamos que nos ayude". Los ojos se le llenaron de lágrimas y él la abrazó. Excepto por una vendedora que aseguró que jamás se sacaría una foto "ni con él ni con ella", en alusión a Cristina Kirchner, cada uno de los que se acercaron le pidió una foto y le expresó su esperanza. Algunos llegaron casi corriendo. Norma Vega, que llegó de Ciudadela para hacer compras, le prometió: "Te vamos a ayudar a sacar el país adelante". Y Juber, un hombre que le había pedido una foto cuando Fernández llegó a Liniers, lo sorprendió con la foto ya impresa y enmarcada. El candidato rompió en una carcajada cuando se dio cuenta y firmó detrás del portarretrato.

Eran las 13 de este martes 17 cuando después de una charla de una hora y media y otros treinta minutos de saludos y selfies el candidato a presidente del Frente de Todos se retiró con destino a San Telmo. Dos veces tuvo que volver a abrir la puerta del auto que manejaba Daniel para seguir sacándose fotos. En el asiento de atrás se sentó Fernando 'Chino' Navarro y en otro vehículo se fue Santiago Cafiero, las únicas personas que lo acompañaron además de dos fotógrafos que registran todos sus pasos.

Todos los temas de una larga charla

María se sorprendió al ver al candidato y se acercó emocionada

Mientras duró la reunión, los fieles entraban y salían del templo. Nadie avisó que el candidato estaba allí y sólo comenzó a juntarse gente cuando los curas con los que se reunió lo llevaron del comedor donde charlaron al interior del Santuario para mostrarle la imagen del santo. Tampoco se convocó a la prensa.

Los seis curas villeros con los que se encontró Fernández, tres de la Capital y tres del Conurbano, salieron sonrientes del encuentro. Ya eran las doce y treinta. Elogiaron el tono de la charla y se mostraron agradecidos por haber podido contarle lo que ven en los barrios más carenciados. El candidato fue vestido con impecable camisa blanca, como casi siempre con sus iniciales bordadas, traje y corbata. Los curas llegaron más abrigados, casi todos con pantalones gastados y buzos y pulóveres grandes; se nota que conviven a diario con realidades diferentes.

La ronda de mates estuvo a cargo del padre Basílico Brítez, más conocido como "Bachi", de Villa Palito, La Matanza. El Padre Lorenzo "Toto" de Vedia llegó en bicicleta desde Barracas. Pedaleó de la Villa 21-24 a Once y ahí se subió al tren. Hizo el camino de reversa de la misma manera dos horas después. También estuvieron José María "Pepe" Di Paola, de La Cárcova, San Martín; Nicolás "Tano" Angelotti, de Puerta de Hierro, La Matanza, y el obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario para la Pastoral de Villas Porteñas, Gustavo Carrara, nombrado por el papa Francisco dos años atrás y consagrado en una ceremonia por el obispo Mario Poli. Fue uno de los dos primeros curas villeros en llegar a obispos. Aquel día los fieles de la villa del Bajo Flores donde Carrara fue párroco de la parroquia María Madre del Pueblo lo sacaron en andas de la Catedral. Un rato después, con los cinco ya mateando con Fernández, se sumó el padre Pedro de Villa Soldati, un cura de más bajo perfil.

El Santuario es el lugar de encuentro habitual de los curas villeros. El Padre Alejandro Vignale, cura del Santuario de San Cayetano, pasó a saludar cuando comenzó la reunión y luego se retiró. De uno en uno los curas le fueron contando a Fernández lo que hacen. El candidato les había insistido en que iba a escuchar y, como ya lo habían hecho con Roberto Lavagna, candidato a presidente, ellos arrancaron con sus principales preocupaciones.

Bajo el techo del Patrono del Pan y del Trabajo, coincidieron en que sería mejor promover la generación de empleo antes que más planes sociales. Los curas dijeron que en los barrios hay hambre, que hace falta trabajo y que les preocupan las adicciones. Varios de ellos lideran hogares de día para chicos y jóvenes de sus barrios y de otros barrios y municipios. Las drogas son un gran flagelo.

Los hombres de la Iglesia pidieron especialmente rescatar la capacidad de los pobres para salir adelante. Pidieron que los políticos no lleguen como "iluminados" a decir lo que hay que hacer. Por el contrario, que miren, integren y rescaten a los más postergados. Alberto Fernández les prometió trabajar juntos y les expresó su admiración.

La interrupción voluntaria del embarazo en agenda

Mate y masitas en la charla de Fernández con los curas villeros. En el espejo, la imagen de Cafiero

Entonces alguien mencionó el cuarto problema que a todos preocupa. Uno de los curas le contó a Infobae que Alberto Fernández salió airoso del debate. Repitió que cree en la despenalización y que es un tema de salud pública que debe tener su tratamiento. "Tenemos que encontrar una solución al enfrentamiento ideológico entre celestes y verdes", pidió además uno de los padres presentes en referencia a esa otra grieta social. En contra de la interrupción del embarazo por convicción, varios asintieron cuando se mencionó el aborto como una realidad social que pone en riesgo o termina con la vida de muchas mujeres.

El padre “Pepe” y el obispo Carrara con Alberto Fernández mientras se iba del Santuario

Los seis curas acompañaron a Fernández desde la sala donde charlaron hasta la imagen de San Cayetano. Detrás caminaron el 'Chino' Navarro y Cafiero, promotor del encuentro y mano derecha de Fernández. Profundamente católico, Cafiero es nieto de Antonio y Ana, ambos con fuertes vínculos con la Iglesia, y su padre Juan Pablo Cafiero fue embajador en el Vaticano.

Ninguno de los curas se retiró hasta que Fernández terminó de sacarse fotos. Lo acompañaron hasta el auto y esperaron a que se fuera. Incluso el cura de la Villa 21-24, el padre "Toto", miró la escena sentado en su bicicleta.

"No debemos perder el foco: nuestra prioridad es una Argentina sin hambre", tuiteó a su regreso el candidato del Frente de Todos con elogios al trabajo de los curas en los barrios más vulnerables.

Aunque desde antes de las PASO se planeaba el encuentro, justo tuvo lugar dos días después de que un obispo en Salta incomodara al presidente Mauricio Macri con un pedido por los pobres y tres días después de que la Iglesia convocara a un pacto social.

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