En la sede central del Fondo Monetario Internacional (FMI), ubicada a pocas cuadras de la Casa Blanca en Washington, escasean los directores asignados a América Latina que apuesten por la reelección de Mauricio Macri. Esos directores consideran que Alberto Fernández será presidente de la Argentina y ya preparan una hoja de ruta para renegociar el acuerdo Standby que hace casi un año firmaron Nicolás Dujovne y Christine Lagarde.
La predicción electoral del staff del FMI implica que no llegará un solo centavo de dólar previsto en el Standby y que Argentina está en soledad con sus reservas del Banco Central para enfrentar los futuros vencimientos de deuda pública.
Al Fondo ya no le importa que Macri asegure que cumplió las metas previstas: en DC asumen que el acuerdo se cayó y que es tiempo de iniciar una nueva negociación entre partes para reperfilar un Standby que puede convertir al FMI en una anécdota burocrática.
Hernán Lacunza tenía intenciones de llegar a Washington para destrabar los 5.400 millones de dólares que debía remitir el Fondo en los próximos días, pero se encontrará con un escenario parecido a una rendición de cuentas frente al staff del FMI y las autoridades más influyentes de su board político.
El ministro de Hacienda se reunirá con Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Roberto Cardarelli, jefe de la misión para la Argentina, y quizás tome café con David Lipton, director ejecutivo suplente –reemplaza en las formas a Lagarde– y con Kristalina Georgieva, designada directora del Fondo Monetario Internacional.
En todos los casos, con mayor o menor diplomacia, Lacunza en DC escuchará lo mismo: no está previsto ningún desembolso, y tampoco hay mucho apuro para enviar una delegación técnica que revise las consecuencias económicas del triunfo de Fernández en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
Si no hay delegación técnica que revise la economía nacional, no hay Staff Report, y si no hay report, no hay reunión del board para analizar el caso argentino, y si no hay análisis de la Argentina, no se puede autorizar el desembolso. Ergo: la decisión burocrática de suspender la visita de la delegación técnica encubre la postura política de wait and see respecto al gobierno de Macri.
Pero una vez que el ministro argentino conozca en Washington las novedades respecto al millonario desembolso que no llegará en las próximas semanas, los directores del FMI no descartan ofrecer a Lacunza una propuesta institucional que intenta preservar las cuentas del organismo multilateral y a su vez colaborar en la eventual transición de un gobierno de Macri a una administración de Fernández.
En este sentido, Werner y Cardarelli tendrían previsto sondear al ministro de Hacienda con una hipótesis de trabajo que aún se bosqueja en los despachos más poderosos de la Casa Blanca, el Departamento del Tesoro y el FMI.
Esa hipótesis de trabajo tiene una condición necesaria –el resultado de las elecciones de octubre– y una condición eventual que depende de Macri y Fernández, acorde al análisis político de la Argentina que se hace en DC.
La hipótesis que se diseña en Washington establece que el board del Fondo Monetario Internacional, bajo control efectivo de Donald Trump, sólo desembolsará los millones previstos en el Standby si Macri y Fernández cierran un acuerdo político que permita bosquejar cómo sería la economía argentina hasta el próximo 10 de diciembre.
Es decir, el FMI considera que Fernández derrotará a Macri, y si Argentina necesita los desembolsos para evitar una crisis en los mercados o en las reservas, la única posibilidad sería un pacto político entre el presidente en funciones y su sucesor que permita ofrecer hacia adelante cierta previsibilidad económica y financiera.
En la mesa de arena del FMI, Macri y Fernández deberían acordar después de los comicios del 27 de octubre, y ese pacto tendría que establecer una hoja de ruta con medidas económicas y financieras ejecutadas por la administración Cambiemos en favor de la futura presidencia del Frente de Todos.
Si no hay acuerdo, aseguran en DC, será difícil que haya desembolso del FMI. Aunque Macri llame a Trump a la Casa Blanca. Los asesores del presidente americano vinculados a la región también miran con atención al candidato Fernández. Y ya creen que hay un cambio de época.
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