Cómo impactó en la política uruguaya que Alberto Fernández se hospedara en la embajada de ese país en España

El candidato presidencial del Frente de Todos tuvo como anfitrión al embajador Francisco Bustillo. Que dijeron representantes de los distintos partidos uruguayos sobre la invitación

Guardar
(Alejandro Rios)
(Alejandro Rios)

La presencia del candidato presidencial argentino Alberto Fernández como huésped del embajador uruguayo en España, Francisco Bustillo, provocó diferentes reacciones a nivel político en Uruguay. Una alta fuente vinculada a la diplomacia uruguaya catalogó a Bustillo no como un diplomático, sino como "un lobbista diplomático". De hecho, su historia en el mundo de las relaciones internacionales, que va desde Argentina a España, estuvo empañada por distintas polémicas.

No es habitual que un embajador ofrezca alojamiento en su residencia a un candidato presidencial de otro país. Esto se puede interpretar como una injerencia en los asuntos internos de otra nación. Desde la cancillería se afirma que Bustillo consultó si Fernández podía quedarse en la residencia oficial en calidad de "amigo", a lo cual se le respondió que no había ningún inconveniente. La relación entre Bustillo y Fernández se remonta a cuando el primero era embajador en Argentina, durante el período 2005 – 2010. Durante estos años las relaciones entre Argentina y Uruguay se tensaron por la instalación de la pastera de Botnia, ahora UPM.

Francisco Bustillo
Francisco Bustillo

Por ese entonces el presidente Tabaré Vázquez encomendó a Bustillo que limara asperezas. Alberto Fernández era el jefe de gabinete (2003 – 2008), lo que motivo que ambos mantuvieran extensas reuniones para intentar solucionar el conflicto. De ahí nació una amistad que se mantiene hasta el día de hoy.

No obstante la amistad que crecía con Bustillo, las críticas de Alberto Fernández hacia Uruguay por ese entonces eran feroces: era el vocero oficial argentino contra la instalación de la planta de celulosa y criticaba abiertamente al presidente Vázquez.

Las protestas contra la apertura de la planta de celulosa en Uruguay (NA)
Las protestas contra la apertura de la planta de celulosa en Uruguay (NA)

Pero los tiempos cambian y antes de las PASO actuales, en una visita a Uruguay, Fernández dijo que "Argentina olvidó esa disputa". "Siempre lamenté ese episodio, porque nos terminó distanciando de un país, Uruguay, en el que tengo muchos amigos y mucha gente querida", expresó.

En este viaje a España, el embajador argentino en ese país, Ramón Puerta, le había ofrecido a Fernández coordinar sus actividades y que se pudiera alojar en la residencia oficial, pero el ahora candidato a presidente se decantó por su amigo uruguayo.

Las posiciones políticas

El prosecretario general del Partido Colorado, Felipe Schipani, consideró ó "inadmisible" que la residencia del embajador uruguayo, que es considerado territorio nacional, se utilice para alojar al candidato presidencial de otro país. "El Partido Colorado pedirá a la cancillería explicaciones por este hecho" dijo a Infobae.

"Bustillo representa al Uruguay y no corresponde que sé de alojamiento a un candidato que compite en las elecciones en Argentina. Es como si el país tomara partido por lo que es una elección en una nación vecina. Esto es algo inadecuado e inoportuno. Es la intromisión en los asuntos de otros países" sostuvo.

Por otra parte, desde el Partido Nacional que encabeza las encuestas a la elección nacional y cuyo candidato Luis Lacalle Pou podría ser el futuro presidente, indicaron que el gesto de Bustillo hacia Fernández era "positivo,un gesto de amistad entre los pueblos".

Luis Lacalle Pou (Adrián Escandar)
Luis Lacalle Pou (Adrián Escandar)

No obstante, también reconocieron que Bustillo era por demás polémico por su actuación en la vida diplomática y aclararon que "en el fondo no preocupa lo que haga Bustillo, porque su carrera de embajador se termina en pocos meses si el Partido Nacional llega al poder". Lacalle Pou, en una reciente visita a Argentina, recordó que "los países no tienen amigos ni enemigos permanentes, lo que tienen son intereses permanentes", dejando claro de esta manera que buscará mantener las relaciones bilaterales independientemente de quien se imponga en los comicios.

Un diplomático polémico

Francisco Bustillo ingresó en enero de 1986 a la cancillería uruguaya y comenzó una carrera con diferentes cargos tanto a nivel local -fue Director de Asuntos Institucionales y de Asuntos Económicos Bilaterales de la Cancillería- como internacional. Tras su pasaje por la embajada argentina, en medio del problema con Botnia, estuvo en 2011 destinado en la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP). Ahí sucedió un hecho que tuvo amplia repercusión en ambas margenes del plata: un supuesto intento de soborno por el dragado del canal Martín García.

Bustillo terminó declarando respecto de las acusaciones en 2012 ante el senado uruguayo: dijo que se había retirado de una reunión en el Jockey Club Argentino donde estaban él, Roberto García Moritán -vicecanciller argentino entre 2005 y 2008- y Sergio Cetera, un representante de Boskalis, una compañía holandesa que quería quedarse con el contrato de dragado del canal Martín García.

"Si bien en la conversación no existió ofrecimiento concreto alguno, no podemos descartar que de haber continuado dicha conversación, debido al tenor y tono que estaba adquiriendo el diálogo, podría ocurrir un ofrecimiento" de una coima, dijo Bustillo ante los senadores.

Quién lo respaldó fue el entonces embajador itinerante del gobierno de Mujica, Julio Baráibar, quién terminó renunciando, tras revelar que los hechos tal como se los había contado Bustillo se los había informado al por entonces canciller Luis Almagro (quién es ahora secretario general de la OEA y crítico del gobierno uruguayo).

La crisis de las relaciones entre Uruguay y Argentina se profundizó entonces. El tema del dragado quedaba en foja cero y se exigía que Bustillo se presentara ante la justicia argentina para aclarar sus acusaciones y también por un tema pendiente de 2008: los autos diplomáticos con franquicias. Tras la revelación de las presuntas coimas, que involucraban a por lo menos un político argentino, Baráibar presentó su carta de renuncia ante Mujica para no dañar las relaciones entre Agentina y Uruguay, mientras que a Bustillo le llegaría una sorpresa que lo favorecería y destrabaría el conflicto.

Rumbo a Europa

Ese mismo año y tras las denuncias de la CARP al diplomático, se le ofreció una de las "joyas de la corona" en materia de diplomacia internacional: la Embajada de España. Bustillo aceptó. Las denuncias que realizó por las supuestas coimas de la CARP y su citación ante los juzgados de Buenos Aires Quedaron en el olvido.

Por esos tiempos se mencionaba en círculos políticos que el alejamiento del Río de la Plata de Bustillo (enviado bien lejos de Argentina) había sido un gesto de "buena voluntad" por parte de presidente José Mugica hacia la presidenta Cristina Fernández.

Lo sustituyó en la embajada el economista Guillermo Pomi, un hombre cercano a Mujica y con una ideología más compatible con la presidenta Cristina Fernández.

Los Porsche 911

En 2012 reflotó otra controversia que investigaba el accionar del diplomático durante su tiempo como embajador en Argentina: la compra de dos Porsche modelo 911 durante ese período.

En 2007, Bustillo había comprado con franquicia diplomática dos de estos automóviles, cada uno valuado en 100 mil dólares. En 2008 saltó el escándalo de los automoviles con franquicia diplomática que de manera irregular ingresaban en Argentina. Los vehículos llegaban con ese beneficio o sea sin pagar impuestos y se podían vender 90 días después, lo cual llevó a que en varias embajadas las importaciones se dispararan.

Los dos Porsche de Bustillo, quien aseguró que los compró de buena fe, pasaron a formar parte de la investigación. Pero finalmente la causa fue archivada. En aquellos tiempos se decía desde el gobierno que las acusaciones hacia el embajador uruguayo en esta maniobra tenían relación con la tensa situación que se vivía por la planta de Botnia, mientras que en la oposición en Uruguay se hablaba que todo era "nada más que cuestión de negocios".

Seguí leyendo:

Guardar