Julio De Vido deberá seguir esperando en prisión. La Cámara Federal decidió rechazar hoy el pedido de prisión domiciliaria que había solicitado su defensa. Sin embargo, dejó abierta una esperanza para el ex ministro de Planificación que fracasó en su intento de convertirse en candidato a diputado en estas últimas elecciones. Según revelaron a Infobae fuentes judiciales, el fallo de la Sala I del tribunal encomendó al juez Claudio Bonadio que le ordene al Cuerpo Médico Forense una serie de estudios completos sobre la salud del ex funcionario.
La Cámara busca determinar a través de los peritos oficiales y no de los médicos del Servicio Penitenciario Federal si De Vido está recibiendo la atención adecuada a su patología en la cárcel de Marcos Paz. La defensa habló de razones humanitarias para reclamar su arresto en la chacra de Zárate donde vivió hasta 2017. De Vido es insulinodependiente, padece hipertensión arterial y enfermedad vascular coronaria, además de úlceras y un nódulo en el pulmón, y en prisión -se asegura- su cuadro se ha deteriorado.
En octubre, De Vido cumplirá dos años preso. En diciembre, en tanto, celebrará sus 70 años. Según la Ley 24.660, esa edad le permite a un recluso solicitar que se considere permitirle cumplir su detención en su casa.
Precisamente, De Vido reclamó que se le otorgara ese permiso, en el marco de la causa Gas Licuado, aquella que permitió que el caso de los cuadernos de la corrupción quedara en manos del juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli.
Tal como lo reveló Infobae a fines de julio, el ex ministro planteó que aunque en el calendario marcaba que tenía 69 años, "ya estaba transitando" sus 70 años. El próximo 26 de diciembre, aniversario de su nacimiento, estaría comenzando a vivir sus 71, dijo la defensa.
No obstante, la defensa también resaltó los problemas de salud que afligen al ex funcionario y que se veían agravados estando en prisión. El viernes pasado, el abogado Gustavo Palmeiro, defensor de De Vido, reforzó estos argumentos en una audiencia oral que mantuvo ante la Cámara Federal. Si lo mandan a su casa, con una tobillera con GPS, "lo único que variará es la posible ingesta de dietas alimenticias ajustadas a sus necesidades, la realización de rutinas de ejercicio físico prescriptas médicamente, la contención familiar y médica necesaria" que necesita De Vido, se sostuvo.
Lo cierto es que los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, de la Cámara Federal, estudiaron el planteo y decidieron rechazarlo. Consideraron que por la edad la posibilidad de mandarlo a su casa era imposible. Por más interpretaciones de la defensa, De Vido tiene 69 años y no está en condiciones de solicitar ese beneficio, dejaron ver en su resolución.
"Consideramos que la actual condición de Julio De Vido no se ajusta a los términos definidos en el inciso d) del art. 32 de la ley 24.660, en atención a que no se halla configurado el requisito etario allí exigido para acceder al beneficio peticionado", aseguró la resolución a la que accedió Infobae.
Sobre su salud, la Cámara evaluó que los informes del Servicio Penitenciario sobre la salud de De Vido indican que sus afecciones pueden ser tratadas en la cárcel de Marcos Paz. Sin embargo, Bruglia y Bertuzzi decidieron oír los argumentos de la defensa a la hora de revaluar las condiciones de salud del ex funcionario, teniendo en cuenta jurisprudencia de la Corte Suprema.
Y por eso le encomendaron al juez Bonadio que disponga una serie de revisiones médicas por parte del Cuerpo Médico Forense. Serán esas conclusiones las que deberá tener en cuenta el magistrado a la hora de volver a considerar su estado de salud y el pedido de la defensa para plantear la prisión domiciliaria, estableció la resolución a la que accedió este medio.
"Instamos al magistrado de grado a que, con la premura que el caso requiere, solicite al Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional, una pericia en la cual se constaten las patologías que presenta Julio De Vido -tomando también en consideración lo informado por el Dr. Roberto Glorio, debiendo expedirse en su caso, si de acuerdo a su actual estado de salud, la privación de su libertad en el establecimiento penitenciario donde se encuentra alojado le impediría recuperarse o tratar adecuadamente sus dolencias en los términos del inciso a) del art. 32 de la Ley 24.660", sostuvo el fallo.
"Cumplimentada la diligencia encomendada, previa vista al Ministerio Público Fiscal, el a quo (juez Bonadio) deberá llevar a cabo un nuevo análisis del presente pedido de detención domiciliaria, valorando -además de las constancia ya obrantes en autos- dicha pieza pericial", se afirmó.
Si bien este fallo deniega la posibilidad a De Vido de salir inmediatamente de prisión, su defensa podrá volver a ensayar un nuevo pedido cuando estén esos informes o cuando en diciembre el ex funcionario cumpla, efectivamente, sus 70 años.
Vale aclarar que aun si hoy la Cámara Federal hubiera hecho lugar al pedido de De Vido para obtener la prisión domiciliaria, su salida de la cárcel de Marcos Paz no hubiera sido inmediata. Es que también está preso por la causa Río Turbio, en donde también hubiera tenido que conseguir el permiso de libertad o de detención en su casa.
En octubre, De Vido cumplirá dos años preso. Fue la llamada "doctrina Irurzun" la que generó la detención de De Vido en octubre de 2017, por considerar que el entonces diputado que encabezaba la comisión de Energía podía entorpecer la investigación sobre los sobreprecios en la mina de Santa Cruz por sus vínculos residuales de poder. Dos años es el plazo que fija la ley para tener a una persona detenida sin condena, bajo prisión preventiva. Sin embargo, ese lapso puede extenderse un año más si se justifica y otros seis meses si se interponen recursos.
El caso de Río Turbio está en manos del juez Luis Rodríguez, con la intervención del fiscal Stornelli, y actualmente se debate si el tramo central de la investigación ya está en condiciones de ser llevado a juicio oral.
Desde que perdió sus fueros, a De Vido se le activaron otra serie de causas y procesamientos. Sin embargo, solo está preso por las causas vinculadas al expediente cuadernos o en Río Turbio. Fue condenado a cinco años y ocho meses por presunta corrupción vinculada a la tragedia de Once, aunque su detención no se dispuso en ese expediente porque la sentencia no está firme.