Alberto Fernández encara este miércoles un "día libre" para hablar de economía y política con empresarios e inversores en Madrid, en el marco de una visita a España en la que intenta mantener un perfil bajo pese a que se encuentra en campaña y su presencia generó la oportunidad de contactos que pueden ser muy importantes para su futuro si logra ganarle la presidencia a Mauricio Macri en octubre.
Mañana será un día clave ya que se reunirá con el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, en el Palacio de La Moncloa, sede del Ejecutivo de Madrid. También almorzará con el ex presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, con el que Fernández coincidió en su etapa como jefe de Gabinete de Néstor Kirchner.
La agenda de Fernández, quien viajó a España por motivos académicos, es de carácter privado, de ahí que se maneje con suma discreción por parte de sus acompañantes, los dirigentes Felipe Sola y Miguel Cuberó.
A pesar de estar en campaña, el candidato explicó que no quiere hacer valoraciones públicas desde el exterior en medio de las turbulencias financieras que está sufriendo el país y después de que el gobierno de Mauricio Macri haya adoptado medidas de control de cambio para estabilizar la situación.
"No puedo hablar, no voy a hablar, estoy aquí para dar clases", se excusó ayer Fernández ante una veintena de periodistas, tras impartir una conferencia sobre comunicación política en la Universidad Camilo José Cela de Madrid.
El candidato luego dijo ante una pregunta tirada al aire sobre su expectativa de cara a las elecciones de octubre: "No hay que dar nada por ganado, y estar siempre tranquilo".
No obstante, el candidato opositor, quien ganó las recientes PASO con 15 puntos de ventaja sobre el presidente Mauricio Macri, está aprovechando su estancia en Madrid para preparar su agenda económica y de política exterior, así como sondear apoyos y compromisos inversores, en caso de ganar las elecciones.
En sus encuentros con empresarios tendrá la oportunidad de hablar con libertad sobre el análisis y diagnóstico que hace de la actual situación que atraviesa Argentina, a la vez que podrá exponer sus planes de futuro para "estabilizar la economía y salir de la recesión", como prometió ayer en un mensaje en Twitter.
Por lo pronto, ya pudo hablar de política internacional con el ministro de Asuntos Exteriores español y futuro Alto Representante de la Política Exterior europea, Josep Borrell, con quien anoche compartió una cena en Madrid.
La cena tuvo lugar en la casa de la Secretaria General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, donde el candidato y los influyentes diplomáticos hablaron de los temas de actualidad internacional más candentes y de mutuo interés.
Aunque el futuro del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, así como Venezuela, son dos temas cruciales en la agenda compartida, fuentes del entorno del candidato negaron que hayan centrado en ello.
Al término de su clase en la universidad, Fernández mantuvo un encuentro privado con la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, con la que pudo dialogar sobre el panorama económico, las dificultades del país y su compromiso inversor.
El candidato cerrará su agenda en España el jueves, y luego hará un viaje de un día a Portugal para reunirse con el primer ministro, António Costa, y responsables económicos de su gobierno, considerado un modelo a imitar por otros países con líderes progresistas en el poder.
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