Luego de un día caótico con nuevos cortes de calles, protestas y fuerte tensión social el Gobierno ya se preparó para anunciar una batería de medidas tendientes a apaciguar los caldeados ánimos de las organizaciones sociales.
Según consignaron a Infobae fuentes calificadas de la Casa Rosada, entre las medidas que contempla impulsar el Gobierno en los próximos días para frenar el impacto de la devaluación en la inflación y la pobreza figura un refuerzo de los montos destinados al plato per capita entregado por el Ministerio de Desarrollo Social en comedores escolares y merenderos; un mayor volumen de alimentos en los programas de transferencia alimentaria y una actualización de los montos de los programas sociales que se definirá este viernes en el Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil.
Estas medidas que se tomaron en los últimos días entre Macri y el equipo de la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley se pondrán en marcha desde la primera semana de septiembre.
"Todos sabemos que en estas crisis los primeros que sufren son los sectores más desprotegidos y hacia estos apuntan parte de las medidas que se evaluaron hoy con el Presidente", remarcó a Infobae un funcionario que estuvo en la mañana durante un encuentro del presidente Mauricio Macri con sus ministros de Hacienda y de Desarrollo Social, Hernán Lacunza y Stanley, respectivamente.
Por otra parte, funcionarios de Desarrollo Social admitieron en el transcurso del día de ayer, en el que hubo muchas movilizaciones en la calle, que "hace falta dar una señal a los movimientos sociales para evitar el caos y no generar situaciones de eventuales hechos de violencia".
Después de la derrota electoral en las PASO, el presidente Macri anunció un paquete de medidas económicas tendientes a frenar el impacto inflacionario por la devaluación. Ayer, el minstro Lacunza emitió un paquete de medidas para frenar la volatilidad del tipo de cambio y renegociar los plazos de la deuda con el FMI.
Sin embargo, casi ninguna de esas medidas apuntaban a los sectores bajos: solo se habían anunciado dos "pagos extra" de Asignación Universal por Hijo (AUH) de $ 1.000 mensuales en septiembre y en octubre; y un aumento del salario mínimo vital y móvil para unos 2 millones de trabajadores.
Ahora en el Gobierno creen que la situación social está "más caldeada" y por ello se evalúan más medidas tendientes a reforzar los comedores escolares, los programas alimentarios y el monto de todos los planes sociales en función de lo que acuerden sindicatos, empresarios y el Ministerio de Producción en la reunión de este viernes en el Consejo del Salario Mínimo.
En el ministerio de Desarrollo Social que lidera Stanley ayer hubo contactos con dirigentes de organizaciones sociales para tratar de calmar la calle. El viceministro de Desarrollo Social Carlos Pedrini fue el encargado de mantener un nexo con algunos dirigentes sociales para evitar desbordes o hechos de violencia. Es que la cantidad de manifestantes en un nuevo día de cortes y protestas superó las expectativas de los organizadores y colapsó gran parte de la ciudad de Buenos Aires, por lo que se generó un caos.
Los movimientos sociales marcharon este miércoles hacia el Ministerio de Salud y Desarrollo Social y en distintos puntos del país con la consigna "Urgencia para enfrentar el Hambre". La masiva convocatoria tuvo como objetivo que el gobierno nacional avance en la sanción de una ley de Emergencia Alimentaria y disponga de medidas de contención, como aumento del salario social, el otorgamiento de un bono de $ 2.000 y el incremento de las jubilaciones y pensiones mínimas, entre otros puntos.
Al parecer, nada de esto ofrecerá el Gobierno en lo inmediato. En cambio habrá un refuerzo en los programas alimentarios para apaciguar la pobreza. Este fue un tema de análisis en la reunión que ayer Macri mantuvo con la cúpula de la Iglesia liderada por el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea.
En el encuentro con la Iglesia el propio Presidente pidió a la cúpula que ayude a mantener la cohesión social y evitar situaciones de desborde en las calles. De hecho, las medidas que apuntan a mejorar los montos de programas para comedores y la cantidad de alimentos nutricionales se sustentan en gran medida con ayuda de parroquias o centros de Cáritas Argentina que responden a la Iglesia.
Desde el Movimiento Evita, Gildo Onorato destacó ayer que "hace falta visibilizar el hambre y la falta de trabajo, necesitamos ya la declaración de la Emergencia Alimentaria. Necesitamos que esta crisis no siga escalando porque los daños sociales son muy profundos y el único camino para frenarlo son políticas concretas para generar trabajo y para asegurar el acceso a los alimentos de la canasta básica para todas las familias", dijo.
No hay hasta ahora decisión del Gobierno de declarar la Emergencia Alimentaria. En la Casa Rosada creen sin embargo en los retoques que harán a los programas alimentarios y en el monto de planes sociales.
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