El triunfo por 15 puntos en las Primarias del Frente de Todos por sobre Juntos por el Cambio no solo augura un cambio en los futuros ocupantes de la Casa Rosada. Si se mantiene o acrecienta esa diferencia en las generales de octubre, también implicará que la alianza entre el PJ, el kirchnerismo y el massismo, pasará a controlar ambas Cámaras del Congreso, con un número de legisladores que le permitiría el quorum propio.
En el oficialismo temen ese escenario por el recuerdo del funcionamiento del Parlamento en los años más radicalizados del kirchnerismo, en los que la mayoría que tenía el entonces Gobierno, tanto en Diputados como en Senadores, convirtió el funcionamiento parlamentario en una virtual escribanía.
Por eso, los diputados del interbloque de Cambiemos en su primera reunión esta semana tras la derrota de las PASO, acordaron salir a "dar la batalla" para revertir el resultado de hace dos semanas y aumentar la representación parlamentaria.
En la práctica, de repetirse los resultados de las Primarias, la Cámara baja quedará polarizada en dos grandes interbloques. Por un lado, el Frente de Todos que pasaría a estar integrado por entre 120 y 122 diputados.
"En Buenos Aires esperábamos meter 15 y logramos 20 diputados con los números que sacamos. En Santa Fe, tendríamos ya 5 y quizás logramos colar un sexto. En Tucumán podríamos meter 4 de las 5 bancas en juego; en Mendoza entrarían 3, y en Catamarca es posible que los dos que entren, sean del Frente de Todos", repasa un integrante de la principal bancada opositora que se prepara para volver a ser oficialismo nuevamente.
Esta cifra de 120-122 diputados que contabilizan como "piso", incluye a los del Frente por la Victoria (hoy son 64 "puros"), los de Frente Renovador, los de Red por Argentina (que encabeza Felipe Solá e incluye a Facundo Moyano que renueva), el partido Somos (cuya referente es Victoria Donda), el Movimiento Evita (liderado por Leonardo Grosso), y el bloque del Peronismo Federal, que tiene como figura destacada al salteño Pablo Kosiner, que va por su reelección y responde al gobernador Juan Manuel Urtubey, hoy candidato a vicepresidente de Roberto Lavagna en Consenso Federal.
Sin embargo, en el kirchnerismo cuentan a estos diputados del bloque peronista no K como parte del futuro interbloque porque entienden que terminarán jugando en función del posicionamiento de sus gobernadores –la gran mayoría apoya a Alberto Fernández- y de los senadores que les responden en la Cámara alta. En este bloque están, por ejemplo, Mayda Cresto y Juan José Bahillo, de Entre Ríos, una provincia cuyo gobernador, Gustavo Bordet, tejió un acuerdo con el kirchnerismo.
"Habrá que ver si se ubican en el bloque de Carlos Caserio (el reeemplazante de Miguel Pichetto al frente del Bloque Justicialista en el Senado) o si se ubican en el de Unidad Ciudadana", analiza un destacado diputado kirchnerista.
"La idea es que el Frente de Todos funcione como un interbloque mayoritario, pero que el del Frente Renovador y los bloques de los otros partidos que se sumaron al Frente, así como los aliados, se conserven como tales. Es mejor mantener una arquitectura parlamentaria donde todos se sientan cómodos", le dijo uno de los principales referentes kirchneristas en el Parlamento a Infobae.
Ese futuro interbloque estaría conducido por Agustín Rossi, quien hoy lidera la bancada kirchnerista, primera minoría después del interbloque de Cambiemos. El santafesino – ex ministro de Defensa de Cristina Kirchner- quiere permanecer en ese cargo y tendría consenso para continuar.
Quorum propio
A los 120-122 futuros legisladores del Frente de Todos, se sumarían habituales aliados del kirchnerismo como los 7 diputados que ingresarían por Santiago del Estero, todos del Frente Cívico del gobernador Gerardo Zamora, más los dos que entrarían por San Luis, que responden al gobernador Alberto Rodríguez Sáa. Con estos aliados asegurados, la alianza triunfante en las Primarias tendrían el número necesario para el quorum: 129 diputados.
Incluso especulan con que podrían superarlo, si los acompañan otros potenciales aliados. En este último grupo contabilizan a los tres del Frente de la Concordia de Misiones (cuyo gobernador Hugo Passalacqua fue con "boleta corta"); los otros dos diputados de San Luis que continúan con su mandato y actualmente responden a Adolfo Rodríguez Saá, hoy enfrentado con su hermano; y otros dos que entrarían por Hacemos Córdoba, la fuerza de Juan Schiaretti. El gobernador cordobés hasta ahora ha buscado un delicado equilibro para no mostrar su favoristismo, ni a favor de Mauricio Macri ni de Alberto Fernández.
Del otro lado del hemiciclo del recinto de la Cámara baja, y como primera minoría, quedaría el interbloque Juntos por el Cambio, que incrementaría ligeramente su número actual y pasaría a contar con entre 110 y 111 legisladores, siempre que la alianza entre el PRO, la UCR y la Coalición Cívica se mantenga unida. Hasta ahora, los jefes de los tres partidos aseguran enfáticamente que así será. "Hay que defender la institucionalidad", sostuvieron en el comunicado que hicieron público el miércoles.
La cotizada presidencia de Diputados
Según la tradición, la presidencia de la Cámara baja –cuarta en la línea de la sucesión presidencial-, corresponde a la Provincia de Buenos Aires. El único que la quebró fue Néstor Kirchner cuando designó en 2007 al jujeño Eduardo Fellner – uno de los primeros que apoyó su candidatura presidencial en 2003-, para compensarlo por desistir de sus ambiciones reeleccionistas en su provincia, luego de la contundente derrota de Carlos Rovira en Misiones.
Según pudo saber Infobae, si bien Rossi no participó del acuerdo para darle a Sergio Massa la presidencia de la Cámara de Diputados a cambio de resignar su precandidatura presidencial y sumarse al Frente de Todos, no tendría objeciones a su designación.
"Es un lugar de importancia que te permite participar de los debates y estrategias políticos, y a la vez tener independencia. A Emilio Monzó no lo conocía nadie hasta que llegó a presidente de la Cámara y pasó a ser un político con peso propio", razona un legislador con más de un mandato en Diputados. "A Massa le va permitir lucirse, si quiere", agrega otro colega que ocupa un despacho importante en el Palacio Legislativo.
Parálisis legislativa
La última sesión en Diputados tuvo lugar hace dos meses, el 26 de junio, poco después del cierre de listas. Luego, la Cámara baja entró en una parálisis legislativa por la campaña electoral. Y todo indica que es muy dificíl que vuelva a sesionar antes de las elecciones generales de octubre.
Desde el kirchnerismo aseguran que le transmitieron voluntad de sesionar a Monzó y a la diputada del PRO Silvia Lospenatto, secretaria parlamentaria del interbloque de Cambiemos.
"Queremos que haya sesión y consensuar una agenda de temas sobre los que se pueda lograr cierto consenso", afirman desde el bloque del FPV. Y ponen como ejemplo de temas que buscan aprobar la ley de alquileres y la de los créditos UVA. También otros proyectos que tiene dictamen de Comisión y fueron firmados por casi todos los sectores, como la ley de góndolas y la del maltrato animal.
"Estamos en un equilibrio de fuerzas en el que no podemos hacer una sesión si el oficialismo no quiere. Y a la inversa", advierte la misma fuente que integra el principal bloque de la oposición parlamentaria. Y agrega: "El tema es que el oficialismo no quiere abrir el recinto por miedo a la discusión política. La decisión es de ellos. Nosotros estamos dispuestos".
El tratamiento del Presupuesto 2020
Lo cierto es que el envío del proyecto de Presupuesto 2020 por parte del Ejecutivo antes del 15 de septiembre y su tratamiento en este año parlamentario, obligará a la Cámara baja a tener que sesionar antes del fin de las sesiones ordinarias.
¿Qué pasará entonces?, preguntó Infobae. "Sí o sí tiene que opinar el nuevo presidente. El Gobierno puede ingresar un Presupuesto básico, con una suposición de ingresos y gastos, y postegar su tratamiento hasta el recambio de la Cámara el 10 de diciembre", respondió un diputado kirchnerista que interviene en la discusión de la agenda parlamentaria. "Si Cambiemos quiere aprobar el Presupuesto tal como lo envía este Gobierno, no vamos a votarlo", ratificó.
"No sería la primera vez que se postergue su aprobación. En los primeros años de la democracia, a los presupuestos se los llamaba 'pospuestos', porque se aprobaban cuando ya habían casi completamente ejecutados. Y en 2010, el llamado "Grupo A" de la oposición nos dejó sin Presupuesto para el 2011. Y el problema es que después los funcionarios de línea de Economía no te quieren firmar nada porque no fue aprobado", recordó otro legislador que entonces era del oficialismo.
El interbloque PJ-K en el Senado
Uno de los principales referentes del nuevo Frente de Todos en Diputados explica que la intención es que en el Senado funcione un interbloque similar al de la Cámara baja.
El bloque que integra la ex presidenta Cristina Kirchner y que hoy preside el senador Marcelo Fuentes, quedaría a cargo de Oscar Parrilli, cuando el ex secretario general de la Presidencia del kirchnerismo ingese al Senado, el 10 de diciembre.
Estos números, más 8 aliados provinciales que orbitan hoy en la oposición, les permitirían al Frente de Todos alcanzar el mágico numero del 37, la mayoría necesaria para habilitar los temas en el recinto y para, incluso, aprobarlos, sin tener que lograr consensos. Solo debería buscarlos para temas que requieran una mayoría especial, como al aprobación del pliego del futuro procurador o procuradora.
Desde el kirchnerismo intentan aventar fantasmas del pasado y aseguran que buscarán el diálogo. "Alberto Fernández tiene la enorme oportunidad de refundar la democracia, y que deje de tener un sentido agonal de eliminar al adversario. Hay que aceptar la diversidad de ideas. Hoy no podemos desconocer que hay un 32% de argentinos que eligieron a Macri y merecen nuestro respeto", aseguró ante Infobae uno de los principales referentes kirchneristas en la Cámara que representa al "pueblo".
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