Elena es un restaurante sofisticado a casi tres kilómetros de la Casa Rosada. La carne asada se sirve en una bandeja de hierro y los mozos entregan un cuchillo de campo que asusta por sus dimensiones. Al mediodía es frecuentado por protagonistas con mucho poder, y por eso no llamó la atención que Emilio Monzó, presidente de la Cámara Baja, y Martín Lousteau, futuro senador nacional, almorzaran ayer junto al viceministro del Interior, Sebastián García de Luca, y la diputada Silvia Lospennato.
Monzó, Lousteau, De Luca y Lospennato creen en Juntos por el Cambio como propuesta política hacia adelante, pero coincidieron en cuestionar la estrategia electoral avalada por Mauricio Macri, la reacción del gobierno frente a la derrota en las PASO y la respuesta económica que consintió Nicolás Dujovne cuando aún era ministro de Hacienda.
Una relación compleja
A principios de año, el titular de la Cámara de Diputados planteó al presidente un cambio de estrategia política frente a la futura batalla electoral. Monzó opinó ante Macri que era mejor ampliar la coalición política y delegar su representación presidencial a María Eugenia Vidal, gobernadora de la provincia de Buenos Aires.
El experimentado operador político le aseguró a Macri que el peronismo jugaría unido, que no alcanzaba con polarizar sobre la figura de Cristina Fernández de Kirchner y que el plan de ajuste estaba haciendo estragos en la clase media.
Dos veces, entre marzo y mayo de este año, Monzó reiteró al presidente estos argumentos. Macri rechazó las opiniones del diputado de origen justicialista y se recostó -de nuevo- en los consejos de Marcos Peña y Jaime Durán Barba. Por esa época del 2019, Durán Barba era un gurú electoral a escala galáctica y Peña un estratega que jamás había perdido una elección.
Lousteau abandonó la embajada argentina en los Estados Unidos para apostar a una carrera política en Capital Federal. Su plan es simple y lógico: utilizar el distrito porteño como trampolín hacia la Casa Rosada. Si lo hizo Macri, y funcionó, por qué no podría funcionar con el futuro senador nacional.
El exembajador en DC tiene una relación en slalom con Macri. El presidente lo llama y lo consulta, a pesar de sus críticas públicas y sus cuestionamientos privados. Lousteau nunca creyó en los planes de ajuste de Nicolás Dujovne, y siempre coincidió con Monzó acerca de ampliar la base electoral de Juntos por el Cambio.
Durante el almuerzo en Elena, los cuatro comensales -Monzó, Lousteau, De Luca y Lospennato- se mostraron preocupados acerca del futuro de la coalición oficialista. Para los cuatro representantes de Cambiemos, el presidente está errático cuando decide comunicar sus ideas y sus próximos objetivos institucionales.
Monzó, Lousteau, De Luca y Lospennato consideran que Macri exhibe un discurso que no sirve para contener al votante que apoyó al gobierno en las PASO y que su eventual derrota -sin establecer con antelación una línea ideológica precisa- puede causar una fractura en las distintas representaciones parlamentarias.
Lousteau hace una apuesta personal y política por la coalición de gobierno, pero como Monzó, no comparte la táctica que desplegó Macri y Peña para enfrentar el apabullante resultado de las PASO.
Lousteau habló con Macri y Peña, y se sorprendió por el tono de la conversación: no lo convocaban para hacer un profundo brainstorming, sino para sumarse de nuevo a una caravana proselitista que iba a marchar bajo los mismos preceptos electorales que llevó a la derrota del 11 de agosto.
Monzó coincide con las críticas de Lousteau y su mirada sobre el nuevo paquete de medidas económicas. Ambos legisladores oficialistas sostuvieron durante la comida que el nuevo paquete no servirá para seducir a la clase media, que implica una contradicción con la línea ideológica que siempre exhibió Macri y que demuestra un nivel de improvisación que beneficia la tarea del candidato Alberto Fernández.
Lousteau, Monzó, De Luca y Lospennato jugarán al lado de Macri hasta el final de la campaña electoral. Creen que el futuro de la coalición política ya no dependerá del liderazgo presidencial y la ejecución estratégica de Peña, y avizoran un conducción colegiada adonde van a sobresalir Vidal y Horacio Rodríguez Larreta.
Son cuatro políticos formados y con experiencia institucional. No se ven aplaudiendo a Macri, el próximo 10 de diciembre en la Casa Rosada.
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