El juez Alejo Ramos Padilla procesó a un ex empleado de la Aduana en la causa D'Alessio

Se trata de Carlos Liñani, que ahora se dedicaba a las importaciones y también se presentaba como abogado

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Juez Alejo Ramos Padilla (Adrián Escandar)
Juez Alejo Ramos Padilla (Adrián Escandar)

El juez federal Alejo Ramos Padilla sumó un nuevo procesado en la causa en la que está preso Marcelo D'Alessio y que investiga una red de espionaje ilegal. Se trata de Carlos Liñani, un ex empleado de Aduana que ahora se dedicaba a las importaciones y que también se presentaba como abogado. Se lo acusa de ser parte de la asociación ilícita que se investiga en Dolores.

Ramos Padilla entendió que Liñani participó "activa y dolosamente" de las maniobras de extorsión contra Pablo Erasmo Barreiro –el ex secretario de Cristina Kirchner– y los empresarios Víctor Palomino Zitta, Saturnino Costas y Diego Aníbal Vestillero. Pablo Barreiro es hijo de Ricardo Fabián Barreiro, identificado en los medios como "el jardinero K", quien estuvo detenido en la causa de los cuadernos por el juez Claudio Bonadio y fue 'desprocesado' y liberado por orden de la Cámara Federal.

Para Ramos Padilla, Liñani era un engranaje en el mecanismo que se destapó con la detención de D'Alessio, pero su rol "no resultaba de la misma preponderancia que el resto de los miembros" sino que "se hallaba subordinada –en gran parte– al dominio de otros miembros".

Según describió Ramos Padilla, Liñani y D'Alessio le indicaron a Barreiro hijo que iba a ser detenido al igual que su padre y le exigieron una suma de dinero para evitar tal situación, a raíz de los supuestos vínculos de influencia que tenían con el juez Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli.  Además del dinero, le exigían que declarara ante Stornelli como arrepentido y acusara a funcionarios del anterior gobierno.

Claudio Bonadio (Gustavo Gavotti)
Claudio Bonadio (Gustavo Gavotti)

Barreiro no aceptó y comunicó la situación a otros abogados, del estudio de Fernando Archimbald. Fue el 5 de octubre de 2018, cuando además recibió un mensaje que le advertía que había cometido un error y le insistía en que podría ser detenido. Según la resolución, en ese momento "en ciertos medios de prensa se difundió la noticia de que era inminente la detención de Pablo Barreiro, lo que otorgó verosimilitud a los dichos de D'Alessio y Liñani y les generó un gran temor".

En su indagatoria, Liñani negó las acusaciones y afirmó que no conocía el "tenor de las maniobras que se habían pergeñado contra Barreiro y que sólo procuró oficiar de 'simple colaborador' desinteresado para ayudar" a D'Alessio.

Sin embargo, el juez Ramos Padilla afirmó en la resolución, a la que accedió Infobae, que "las circunstancias vinculadas al modo en que se presentó ante su víctima como una persona que tenía relaciones y podía ejercer influencias sobre los magistrados que llevaban adelante la supuesta investigación en contra de la víctima –Stornelli y Bonadio–, sus vínculos con otras personas de 'la embajada' o 'la D.E.A.', los señalamientos acerca de que era seguido por personal de la AFI, su insistencia en que debía contactarse con Marcelo D'Alessio y Rodrigo González para declarar ante el Dr. Stornelli y mejorar de ese modo su situación procesal y obtener además la libertad de su padre y los mensajes posteriores a aquella reunión en el Hotel Hilton Madero que le envió, entre otros, son suficientes elementos para sostener objetiva y válidamente que Liñani participó de modo activo y con pleno conocimiento del plan ilícito que la organización ilegal investigada trazó sobre su víctima-objetivo Pablo Erasmo Barreiro". 

Marcelo D’Alessio
Marcelo D’Alessio

El fallo añadió: "Liñani, en razón de su experiencia y actividad en comercio exterior, desempeñaba un rol específico en la organización en particular en torno a los planes de la organización respecto de la denominada 'mafia de la aduana' o 'mafia de los contenedores', ya que podía utilizar sus especiales conocimientos en la materia para actuar con visos de mayor legimitidad frente a las víctimas y otorgar mayor verosimilitud a las intimidaciones que formaban parte de la batería de recursos que eran utilizados para el desarrollo de ciertas operaciones, alegando vínculos propios o de otros miembros de la organización con la Agencia Federal de Inteligencia, la Embajada de los Estados Unidos, funcionarios de la Aduana, magistrados y periodistas".

Esta es la segunda mala noticia que recibe Liñani en apenas unos días: la semana pasada también lo procesó el juez Sebastián Casanello por "defraudación con influencia mentida en grado de tentativa" por una denuncia que radicó en su contra el fiscal Carlos Rívolo. Liñani dijo ante los hijos de Barreiro conocer al fiscal Rívolo, quien acompaña a Carlos Stornelli en la investigación de la causa de los cuadernos. Rívolo lo denunció porque nunca conoció a esa persona.

"El acuerdo comenzó a ejecutarse desde el momento en el que Liñani acuerda una entrevista con Pablo Barreiro y Sebastián Barreiro les ofrece colaboración para mejorar su situación procesal debido a una supuesta relación de amistad que tendría con el fiscal Rívolo y les sugiere una defensa técnica. Acto seguido propone que sean asistidos por Marcelo D'Alessio y Rodrigo González, quienes junto a él, podrían incidir  en las decisiones judiciales" en la causa cuadernos, completó la resolución de Casanello.

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