Hernán Lacunza conocía a todo el Gabinete y los ministros lo conocían a él. Se sabía que en un eventual segundo mandato de Mauricio Macri ocuparía un lugar estratégico en el nuevo esquema económico. Sin embargo, ni él ni nadie imaginó que un 20 de agosto, a casi dos meses de las elecciones donde Juntos por el Cambio juega su última chance para quedarse en el poder, iba a encontrarlo explicando el rumbo hacia el 27 de octubre.
Más tranquilos por las primeras repercusiones de su aparición y la de Guido Sandleris en los mercados, el equipo del Presidente que hoy estuvo casi completo quiso escuchar de primera mano sus planes. Aceptó que los tiempos que vienen no son fáciles, pero tampoco imposibles si logran combinarse el cumplimiento de los acuerdos, la responsabilidad fiscal y la estabilización cambiaria, tres condiciones que juzgó imprescindibles para garantizar la tranquilidad de los argentinos.
A la derecha del Presidente, como siempre, estuvo Marcos Peña, el jefe de Gabinete que fue duramente cuestionado no solo fuera sino aun dentro de la mesa chica del oficialismo. "Es obvio que se tenía que poner en discusión su rol en esta etapa" y después del resultado electoral, explicaron cerca de él. Pero se aseguró que "analizando vuelta y vuelta la cuestión, Macri decidió no hacer un cambio tan profundo a dos meses de las elecciones".
El reconocimiento de que la continuidad de Peña estuvo en juego es otra prueba del tsunami que cayó sobre el Gobierno. En crisis anteriores, la continuidad del jefe de Gabinete no fue puesta en duda, a pesar de las críticas. En esta ocasión fue distinto, entre otras cosas, porque no puede desconocerse su responsabilidad como jefe de la campaña cuyos resultados no dejaron siquiera la posibilidad de que el Presidente se prepare para la adversidad.
Como sea, lo que parece claro en Gobierno es que se inició una etapa de desdramatizar el resultado electoral. "En una democracia se gana y se pierde, la política es así, unas PASO no son el final de nada, no se acabó el mundo", es lo que transmitió a Infobae un vocero oficial al término de la reunión de Gabinete.
Se explicó, además, que "está claro que hay modelos políticos distintos, nosotros entendemos que los pilares de la democracia pasan por que no haya déficit fiscal, que se transparente la información pública y que se termine con las prebendas del poder. La fuerza política que se unió para estas elecciones no puede decir lo mismo".
Y además de confiar en que "en la discusión de valores nosotros tenemos un aporte muy concreto para hacer", empezó a sonar en el equipo presidencial la palabra "legado", como una despedida natural de una etapa que se termina, bajando el tono de la discusión y preparándose para una campaña sin miedos ni grietas, basándose en lo que Juntos por el Cambio vino a aportar a la política.