Agustín Rossi tiene la responsabilidad de conducir el bloque de diputados más grande de la oposición. Probablemente continúe en ese lugar destacado cuando la Cámara baja tome una nueva geografía y el Frente de Todos reconfigure el espacio político legislativo. Cuando, si repite el resultado del último domingo, deje de ser oposición para pasar a ser oficialismo.
El "Chivo", como se lo conoce por su apodo, es peronista y kirchnerista. Suele decir que no tiene contradicciones ideológicas. Que va psicólogo, pero por otros problemas. No por su identidad política.
En diálogo con Infobae, durante una entrevista en la redacción, el diputado nacional santafecino analizó el escenario político y económico que quedó después de las PASO. También el posible gobierno de Alberto Fernández, el liderazgo de Cristina Kirchner, el camino hacia el final de la grieta y la sorpresa que le generó el resultado electoral en las elecciones primarias.
-Alberto Fernández 47%. Mauricio Macri 32%. ¿Se terminó la elección?
-Formalmente, no. Lo que legalmente hicimos fue convertir los precandidatos a presidente en candidatos. La lectura política es que el apoyo a la fórmula de Alberto y Cristina ha sido de un nivel de contundencia que pareciese que es irreversible la posibilidad de que el Presidente pueda descontar los 15 puntos de diferencia. Vamos a trabajar para mantener nuestro 47% y ampliar nuestra base de sustentación electoral.
-¿Lo sorprendió la amplitud del triunfo?
-Me imaginaba un triunfo pero no por tanta diferencia. Esa diferencia, salvo algunas encuestas, no las marcaba absolutamente nadie. Nosotros sentíamos un clima favorable en la calle o cuando caminábamos alrededor de Alberto. Pero también existe que los candidatos o los que estamos cerca de ellos tendemos a autoengañarnos. Entonces hay que ser prudentes.
-Tratar de no caer en el microclima…
-Claro. La manifestación de los argentinos fue contundente. Es una elección histórica. No recuerdo, desde la recuperación de la democracia y salvo la salida de Alfonsín, un presidente que busque su reelección y saque tan pocos votos. En la elección del 89′, cuando ganó Carlos Menem con el 46%, el candidato del oficialismo era César Angeloz, de la UCR de Córdoba, y sacó el 38% de los votos. El rechazo de los argentinos a la política económica y social que lleva adelante Macri ha sido contundente.
-¿Por qué nadie vio venir esa ola de votos? Se esperaba entre cuatro y siete puntos de diferencia. Ni los encuestadores, ni el periodismo, ni el peronismo, ni el Gobierno pudieron divisar la diferencia.
-Los que teníamos alguna tendencia la reprimimos para no caer en la lógica del microclima. El mito que se había creado alrededor del Gobierno con respecto a que eran malos gestionando, pero buenos haciendo campaña fueron análisis políticos que no tenían sustento en la realidad. Quedó claro.
“En el Gobierno imaginaban a una Cristina jubilada y a nosotros como una fuerza política casi marginal. No fue así
-¿Por qué?
–Después del debate de la reforma previsional en el 2017 y la devaluación de mediados de 2018, dos tercios de los argentinos calificaban negativamente la gestión de Macri. Eso se mantuvo hasta hoy. El Frente de Todos se convirtió en un vehículo político electoral creíble para una gran parte de esos argentinos que eran críticos del modelo de gestión política y económica de Cambiemos.
-Ahí entró en juego la unidad del peronismo…
-Hay que mirar un poco hacia atrás. En diciembre del año pasado era impensado que en un mismo espacio político estén Cristina, Alberto, Massa, Pino Solanas, todos los gobernadores de origen peronista, menos Schiaretti y Urtubey, todas las corrientes sindicales y la mayoría de las organizaciones sociales. Esa diversidad se pudo conjugar positivamente en la elección.
-En diciembre del año pasado la discusión giraba en torno a Cristina Kirchner. Con ella o sin ella. En aquel momento existía Alternativa Federal, donde la mayoría de los gobernadores del PJ y Massa armaron un proyecto paralelo al kirchnerismo. El escenario era diferente.
-Era completamente diferente. Es verdad. Cuando Cristina toma la decisión de proponer a Alberto como candidato, lo más rico que tenía Alternativa Federal, que eran los gobernadores, se fueron a apoyar la fórmula de los Fernández. Sobre el cierre de listas se sumó la adhesión de Massa y del Frente Renovador. Todo eso terminó dando una amplitud como hacia tiempo que no tenía la fuerza política opositora.
-¿La decisión de Cristina de pasar a un segundo lugar, no ser candidata a presidenta e impulsar la candidatura de Alberto, fue el primer ladrillo del triunfo que lograron en las PASO?
-No sé si el primero. Hubo toda una tarea que se hizo alrededor del consejo nacional del Partido Justicialista. El consejo resistió una intervención. José Luis Gioja convocó a una comisión de acción política. Ahí se sumaron dirigentes como Felipe Solá, Hugo Moyano, Héctor Daer y Alberto Fernández. Se hizo un Congreso del PJ en donde se convocó explícitamente a los dirigentes de Alternativa Federal. Todo eso fue germinando esta idea.
-La decisión de la ex presidenta fue la que generó un giro brusco en el armado electoral del peronismo.
-Cuando Cristina visualizó que había una cantidad de sectores que podían compartir un espacio político con ella, pero que quizás se sentían más cómodos con la candidatura de otro dirigente político, tomó esa decisión. El meollo de la cuestión está en el video en el que anuncia que Alberto será candidato. Allí ella dice que no solamente hay que ganar las elecciones, sino que hay que gobernar. Y que hay que conformar una coalición de gobierno más amplia que la coalición electoral.
La economía argentina está funcionando con un pulmotor del Fondo Monetario Internacional (FMI)
-Una coalición más amplia que el kirchnerismo.
-Hay dos cosas que vale la pena remarcar. Primero que está hablando en términos de coaliciones. Las coaliciones no necesitan posiciones hegemónicas. Necesitan articulaciones. Y Alberto es un gran articulador. Esto es lo que terminó conformando el Frente de Todos. En segundo lugar, habla de construir una coalición de gobierno superior a la coalición electoral. Está pensando en ganar las elecciones y en no gobernar solo con quienes participaron de nuestro espacio político electoral, sino con quienes estuvieron en otros colectivos.
-También tiene que ver el perfil de Alberto Fernández. En los últimos años había sido muy crítico con el kirchnerismo. Su decisión también apuntó a mostrar un candidato más moderado. Y, además, Cristina parecía no poder romper su techo electoral. Podría haber perdido con Macri.
-Yo no creo en eso. Es muy fácil hablar con el resultado puesto. Me parece que la decisión de Cristina no fue solo electoral. Estuvo pensada para ver cómo hacer para gobernar la Argentina en esta próxima etapa. En ese sentido, ella imaginaba que con alguien que no fuese ella y que estuviese al frente de la fórmula, iba a ser más fácil la construcción de esta coalición y gobernar la Argentina a partir del 10 de diciembre de 2019. Alberto terminó siendo un excelente candidato. Pero, probablemente, Cristina hubiese ganado igual las elecciones.
-¿Si son gobierno, no va a ser difícil compatibilizar el liderazgo de Cristina y Alberto Fernández? Ella tiene una ascendencia fuerte sobre la mayoría del peronismo y él sería el presidente de la Nación.
-Alberto y Cristina trabajaron mucho tiempo juntos. Sobre todo, en los primeros cuatro años de gestión de Néstor (Kirchner) como presidente. Después él la acompañó medio año como Jefe de Gabinete. No les es inusual trabajar juntos y tomar decisiones de manera conjunta. Creo que ambos van a tener la habilidad suficiente para convertir este hecho en un hecho virtuoso.
-¿A qué se refiere?
-Tener a una dirigente política como Cristina como vicepresidenta, que fue 8 años presidenta de este país y que tiene una dimensión de estadista que otros dirigentes políticos no tienen, es un valor. No es un disvalor. No creo que haya inconvenientes. Alberto es el que va a tener la responsabilidad de ser presidente, el que va a gestionar, el que va a conformar su equipo de gobierno.
-¿El kirchnerismo que podría volver es diferente al que se fue en el 2015?
-No vuelve el kirchnerismo, vuelve otra cosa. Vuelve el Frente de Todos. Obviamente que las coyunturas son siempre distintas. No es lo mismo el 2011, 2015, 2017 o el 2003. Y obviamente tampoco es igual el 2019. Tenemos que hacer un esfuerzo importante para convocar a la mayor cantidad de argentinos a que nos acompañen en este nuevo proceso institucional. Y en esa convocatoria tratar de ser un gobierno lo más parecido a un gobierno de unidad nacional. Lo más amplio posible. Vuelve una coalición en donde el kirchnerismo será una parte, no será la totalidad.
-¿Más allá de la coyuntura, que está claro que no es la misma que en el 2015, cómo fuerza política, miran hacia atrás y evalúan en que se equivocaron y en que no con el fin de poder cambiar?
-Siempre una fuerza política mira las cuestiones en las que hubo equivocaciones. Es imposible pensar en la supervivencia de una fuerza como la nuestra, que gobernó durante 12 años, que ha estado cuatro años en la oposición y que ha sufrido el ataque permanente en estos últimos años, que tenga la vitalidad que tiene sin haber hecho un ejercicio de reflexión y autocrítica. Ninguna fuerza política es la misma después de haber pasado lo que pasamos nosotros. Nosotros pasamos 12 años de gobierno y 4 años de persecución política permanente.
Nada de lo que pase en Venezuela se va a resolver positivamente con una invasión
-¿Se sintieron perseguidos políticos?
-Sin duda. Yo creo que el plan de Macri era que nosotros, como fuerza política, la palabra que voy a utilizar es dura, desapareciésemos. Que fuésemos una expresión política marginal de la Argentina. Cuando Macri llega al gobierno habla de un oficialismo y de una oposición responsable. Incluía a una cantidad de dirigentes y no nos incluía a nosotros, que éramos la principal fuerza política opositora. En el 2015 los argentinos eligieron un oficialismo que era Macri y una oposición que éramos nosotros.
-Macri se apoyó en el peronismo dialoguista…
-Fue la oposición más conciliadora, el peronismo más dialoguista, el peronismo responsable. Pero a nosotros claramente nos persiguió. Nos intentó poner en el borde del sistema político. Me parece que esto era parte del plan de persecución política que tenía en la pata judicial una pata importante. Imaginaban una Cristina jubilada y a nosotros como una fuerza política casi marginal. No fue así.
-¿Estuvieron dispuestos a dialogar con el gobierno en estos 3 años y medio?
El gobierno nunca nos invitó a dialogar a nosotros. Estuvimos siempre contra las cuerdas. La primera invitación a un dirigente de nuestro espacio a un viaje fue a mí. Me invitó a principios de este año a un viaje por la India. Habían pasado 3 años y medio de gestión y nunca había tenido ni una reunión con el presidente del Partido Justicialista ni con el presidente del bloque opositor. Nuestro diálogo empezaba y terminaba con los referentes políticos del oficialismo en la cámara de diputados. Hubo toda una impugnación política del gobierno. La pesada herencia, la descalificación permanente. Esto se construyó sobre nosotros.
-El día posterior a las PASO Macri dijo en conferencia de prensa que el kirchnerismo era el responsable por el movimiento que se produjo en los mercados y la posterior devaluación.
-Fuimos responsables antes de la elección por la pesada herencia y somos responsables del futuro porque perdió el oficialismo y hubo movimientos en el mercado. Me parece que las disculpas del presidente del miércoles huelgan de cualquier tipo de comentario. Hizo una barbaridad. Porque no es que nos desconoció a nosotros. Le echó la culpa a los ciudadanos argentinos que votaron en contra de su candidatura por algo que es potestad de él: controlar la política económica.
-Cuestionó a quienes habían respaldado al kirchnerismo.
-No solo enojó a nuestros votantes. También enojó a muchos votantes de él que estaban esperando una explicación de por qué le fue tan mal al gobierno en las elecciones. El presidente perdió dos veces. Perdió el domingo a la noche y perdió el lunes en la conferencia de prensa. Porque se presentó ante los argentinos como alguien que no escucha, que no entiende razones y que tiene un alto nivel de soberbia.
-Macri dijo que el kirchnerismo no tenía credibilidad en el mundo y que por eso el amplio triunfo de ustedes había generado un movimiento brusco en los mercados.
-El presidente nos retó. Nos dijo ustedes son los culpables, son los que no entienden. Y le estaba hablando al 47% de argentinos. O si se quiere a los dos tercios de los argentinos que no lo votaron. Por ustedes les pasa esto a los argentinos. Todos sabemos que no es así. Esta economía es una economía que está funcionando con un pulmotor del Fondo Monetario Internacional desde la devaluación de mayo de 2018.
Las coaliciones no necesitan posiciones hegemónicas. Necesitan articulaciones. Y Alberto Fernández es un gran articulador
-¿Tienen credibilidad en el mundo?
-Para Macri el mundo son los señores de los mercados financieros. Pero el mundo es una realidad mucho más compleja. Nosotros hemos sido una fuerza política que siempre estuvo participando en los organismos internacionales. Vamos a tener que llevar adelante una política internacional que recoja la mejor tradición en materia de política exterior de la Argentina, que es el multilateralismo.
-¿Qué implica?
-Trataremos de tener relaciones estables, respetuosas y maduras con todos los países del mundo. Estableceremos relaciones comerciales con cada uno de ellos. Durante todos los años de gestión de Néstor y Cristina no dejamos de participar de ninguno de los organismos internacionales y de tener reuniones con todos los líderes del mundo.
-Van a tener que tomar una postura con respecto a Venezuela. Es un tema muy complejo y que tiene diferentes miradas dentro del Frente de Todos.
-Sí. Venezuela es un tema complejo. Lo que creemos es que nada de lo que pasa en Venezuela se va a resolver positivamente con una invasión. Nosotros creemos que Argentina y Brasil, los dos principales países del continente, tendrían que haber tomado la digna posición que tomaron Uruguay y México, que plantearon una solución pacífica. Tratar de que los venezolanos resuelvan pacíficamente las tensiones y los problemas que existen en Venezuela.
-Finalmente, Macri y Fernández hablaron. ¿Se empieza a terminar la grieta?
-Esperemos que sí. Hay dos hechos positivos. Uno es ese. El otro lo expresó el Presidente. Yo lo valoro. "No nos tratemos como enemigos, tratémonos como rivales", dijo. La democracia argentina tiene que superar y dejar de lado ese sentido agonal. En las elecciones ganan unos u otros. El objetivo es ganarle al otro, no terminar con el otro. No exterminar al otro. No hacer lo que nosotros sentimos que quisieron hacer con nosotros después de que perdimos en las elecciones de 2015.
-En definitiva, es tratar de terminar con el enfrentamiento permanente.
-Hay un 30% de argentinos que a pesar de todo lo que hizo el presidente Macri, lo siguen acompañando. Merecen todo nuestro respeto. Acompañan las ideas, los valores que expresa Macri. Esta es una sociedad plural. Me parece que el diálogo entre Alberto y el presidente Macri va claramente en ese sentido. Aclarando que los roles son distintos. Ambos estamos preocupados por la situación económica, pero el que tiene la posibilidad de resolver y el que es responsable de haber generado esta situación, es el Presidente.
Entrevista completa
Fotos y producción audiovisual: Joaquín Pedroso
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